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“Hay muchas cosas que faltan hacer en la ciudad”

El presidente del Concejo, Miguel Zamarini, analiza el contexto de su flamante candidatura a intendente.

Miguel Zamarini recibió “del partido”, como le gusta decir, una fruta madura que él mismo hizo crecer luego de casi 40 años de militancia: su propia candidatura a intendente. Y aunque dudó,  porque ya se imaginaba un recorrido político en otro sentido, las circunstancias mandaron y finalmente dijo sí: “Estaba con muchas dudas, porque es un camino que yo no había elegido para mi vida. Pero como hay una decisión partidaria, es un desafío que tengo que aceptar. De lo contrario estaría reservándome una vida más cómoda, pero la  verdad es que en esto no hay retorno”.

El actual presidente del Concejo Municipal dice preferir el trabajo en conjunto, y parece confirmarlo en cada frase, con la frecuente inclinación que tiene de hablar en primera persona del plural. Sabe que el desafío que enfrenta se tiñe de un color más personalista, traje que no parece sentarle muy cómodo,  pero “el partido lo pide”, insiste.

Tampoco disimula, aunque lo minimiza, la coexistencia en “el partido” de lo que suele presentarse como tres grupos: el del senador nacional Rubén Giustiniani, donde él participa; el del gobernador Hermes Binner, que apunta como sucesor de Miguel Lifschitz al diputado provincial Raúl Lamberto; y el del actual intendente, quien todavía no blanqueó el nombre de su preferido.

Sin embargo, a Zamarini no parecen preocuparle esas cuestiones: “Son miradas distintas. No es como en la época de (el entonces socialista y hoy kirchnerista) Héctor Cavallero, donde hubo cuestiones ideológicas, de fondo. Ahora el tema son miradas distintas. Me gusta este, me gusta el otro, pero en realidad el partido tiene una base ideológica y una experiencia de gobierno que todos compartimos. A veces le ha tocado a uno, a veces le ha tocado a otros, pero no hay dudas de que siempre hemos trabajado en conjunto. La preferencia es por candidaturas, pero nunca está en discusión la base ideológica”.

–Sin embargo, Binner y Giustiniani han tenido visiones diferentes también en lo ideológico, sobre todo en temas que se trataron en la Legislatura nacional.

–No dejan de ser apreciaciones: “Tenemos que ir en este camino, tenemos que ver”, pero posicionamiento público se hace solamente a través de los congresos partidarios. Nuestra base ideológica y la experiencia de gobierno es a favor de los que más lo necesitan, de los que menos tienen, a favor de las políticas sociales, de ser transparentes, honestos, y estas son las bases fundamentales del socialismo, junto al compromiso con las transformaciones sociales. Y eso lo expresan tanto Binner como Lifschitz, como Giustiniani. Pero lo hacen cada uno a su manera.

–¿En ese marco, cuál es el diferencial de Zamarini?

–El perfil que me caracteriza es de diálogo, de consenso, y muy componedor a la hora de dialogar con los demás partidos políticos. Trabajo institucionalmente, en desmedro de mi propia figura. Trabajo mucho con el conjunto. Cuando llegué a la presidencia del Concejo me interesó que cambiara y me puse proa en eso y creo que lo logramos. Cuando me tocó estar en Promoción Social, en un momento duro del país, yo dije “acá hay que trabajar con toda la gente”, y nuestra gestión se rodeó de todas las organizaciones sociales, inclusive de algunas que eran muy duras. Pero yo fui al lugar donde ellos estaban.

–¿Cómo siente que está su candidatura en la consideración pública?

–Yo soy consciente de que hay un alto, muy alto grado de desconocimiento de mi persona, de parte de la ciudadanía en general. Recién ahora se me está conociendo más masivamente, pero todavía el porcentaje es muy bajo. Todavía tengo que recorrer un camino. Tengo que andar mucho para que la ciudad sepa de mí. Sepa de mi recorrido, pero también sepa de mis propuestas. Si yo quiero más para Rosario, tiene que saber por qué razón tiene que apoyarme a mí. Esa es la tarea que tengo por delante.

–¿Y cuál sería su propuesta?

–Estoy dispuesto a dar la batalla, porque hay muchas cosas que faltan hacer en la ciudad. Y yo las quiero hacer. Tenemos que lograr concluir lo que empezamos. Si no lo hicimos antes es porque no hemos podido, no porque no lo vimos. Hemos llevado centros de salud, escuelas, polideportivos, pero nos falta más. Pienso en cloacas, pavimento y saneamiento ambiental para todos nuestros barrios. Yo quiero hacer un desarrollo de una ciudad más equilibrado. Un desarrollo urbanístico fundamentalmente más equilibrado. Es verdad que la ciudad ha crecido mucho, pero es verdad que eso queda para pocas personas. Además, no hay todavía una entidad solidaria que financie las viviendas. Es imposible acceder.

–¿Eso se puede trabajar desde el municipio?

–Se puede trabajar desde el municipio; no hay que tener problemas en ir a hablar con la Nación y hacer todo el esfuerzo necesario. No hay que dividir, una vez concluidas las elecciones, en blanco o negro. Hay que trabajar con todos. Necesitamos las viviendas, ayuda en financiamiento para cloacas. La ciudad de Rosario aporta en Santa Fe más que ninguna. Y no recibe lo que aporta. Hay inequidad en la distribución. Pero esto no lo revierte un partido. Yo me imagino a todas las vecinales, a los centros comunitarios, a los clubes de barrio, trabajando fuertemente para articular un gobierno que sea de todos. Me gusta esa idea. Integrar no solamente el gabinete sino también al Concejo. Puede ser utópico, idealista, pero a mí me gusta eso. Confío en eso. Me queda más cómodo.

–¿Siente que corre con desventaja frente al candidato de Binner?

–Él puede tener su preferencia, pero no estoy seguro de que vaya a jugar directamente en la interna. Es muy probable que yo no tenga muchos recursos; voy a tener pocos para comunicar todo en una campaña electoral. Pero no me voy a detener. Yo no me siento menos. Tengo mucha confianza. Uno tiene una trayectoria, un recorrido, y se tiene que preparar para más cosas. Y está bien que así suceda.

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