Por SomosTélam
La situación de las y los trabajadores de prensa arrastra años de salarios a la baja, precarización laboral, multitareas, multiempleo. Desde el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), así como desde la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren), venimos luchando por recuperar los derechos perdidos, mejorar las condiciones de trabajo, el salario y sostener el derecho a la comunicación y a la información como un derecho humano.
2023 fue el año en que nuestro sindicato logró el reconocimiento como el verdadero interlocutor de las y los trabajadores frente a las patronales de los medios. Somos quienes tenemos la representación gremial y la legitimidad que otorga el apoyo de las y los trabajadores.
De este triunfo, de la juventud de nuestro sindicato, surge la tenacidad y la fuerza para enfrentar el ataque más furibundo hacia nuestro gremio desde la dictadura cívico, militar, eclesiástica y judicial.
Desde la asunción del gobierno de LLA periodistas, reporteros gráficos y camarógrafos fueron objeto de actos de represión policial, se les negó el acceso a actos de gobierno, se los menoscabo desde la misma investidura presidencial, y se ejerce censura en los medios públicos como nunca antes se había hecho.
El presidente Milei anunció el cierre de la agencia de noticias y publicidad de bandera en su alocución en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso de La Nación y, sin mediar tiempo, valló las puertas de Telam dejando sin tareas a sus trabajadores y trabajadoras y al país en un silencio ensordecedor. A esto sumó la amenaza de privatización de Radio Nacional y la TV Pública.
Si la situación en los medios privados ya era difícil para las y los trabajadores, el presidente se encargó de complicarla más dando argumentos a las patronales para profundizar la precarización.
Intentaré una descripción sintética de todas las situaciones que conviven en este ecosistema, que mejor podríamos llamar sistema de explotación, porque de eco no tiene nada. En los medios audiovisuales, sobre todo en las radios, prima el sistema de contratación artística o contratación a término, o el nombre de fantasía que cada empresa invente para precarizar a sus trabajadores. Son pocos los empleados en blanco en los medios radiales. Este panorama se extiende a muchos canales de televisión. Si esto ocurre en los grandes medios que emiten desde CABA, en las provincias, las ciudades y los pueblos a lo largo y ancho del país, la situación empeora.
En la mayoría de medios papel y web los salarios promedio están por debajo de la línea de pobreza lo que obliga al pluriempleo para sostener una vida mínimamente digna. En rigor de verdad, ya el pluriempleo es indigno, destruye la vida personal y desnaturaliza el ejercicio del oficio.
El impacto de la suspensión de la pauta oficial juega como justificativo para mantener salarios de pobreza en los grandes medios y como ariete destructor de los medios autogestivos, pymes y comunitarios que son una red de información que da respuesta a necesidades comunicacionales y de información del pueblo en el territorio que habita, o interconecta a la población en la gran geografía humana de nuestro país.
Insisto, ni siquiera en las empresas donde los salarios se pagan en tiempo y forma se superan, en promedio, niveles de pobreza, pero sobre esto varias empresas incumplen los acuerdos paritarios: Pagina 12, Crónica, BAE, Ámbito Financiero, Crónica TV, destacan.
Todo esto configura el combo que el poder necesita para llevar adelante políticas de dominación neocoloniales.
Nuestra tarea es fortalecernos, es resistir a las leyes que quitan derechos, a la ley de Bases, al DNU 70/2023, pero también es pensar hacia adelante.
En el país del norte, en la ciudad a la que todo amante de la bandera con rayas rojas y estrellas blancas sobre fondo azul visita, Nueva York, se incluyó en el presupuesto para 2025 un crédito de 30 millones de dólares anuales durante 3 años para sostener a los medios regionales, lo que permitirá subvencionar hasta el 50% del salario de los periodistas, medida que parte de la Ley de Sostenibilidad de Periodismo Local.
Es evidente que el mundo “civilizado”, el “Primer Mundo”, protege el periodismo y los medios de comunicación. Allí está regulado el monopolio, se subvenciona la actividad y los salarios de los periodistas. La vara no es la misma para ellos que para nosotros. Acá necesitan amordazarnos, censurarnos, empobrecernos, para poder llevar adelante sus políticas de coloniaje.
¿Cómo le contamos esto al pueblo?
Esa mordaza que nos ponen a las y los trabajadores de prensa, hecha de censura pero también de hambre y precarización laboral, se la están poniendo al pueblo, al que no solo amordazan, peor aún, le inoculan la manera de ver la realidad, de qué manera tiene que pensar.
El ataque sobre nosotros es parte de lo que hoy se conoce como guerra cognitiva, que en otros tiempos llevó otro nombre y adquiría también otros formatos, es aquella misma colonización cultural con nuevas herramientas (las redes sociales, las pantallas).
Las y los trabajadores de prensa estamos inmersos, mayoritariamente sin saberlo, en esta guerra sin bombas. Defender nuestro trabajo, nuestro salario, las condiciones en que desarrollamos nuestra tarea, no es solo en defensa propia, también es en defensa de la democracia, de una vida digna y feliz para el pueblo al que pertenecemos.
Por eso es necesario que nos acompañen en esta lucha, que se sepa cuál es nuestra realidad y que se fortalezcan los lazos de solidaridad y comunicación en bien del pueblo todo.