La cúrcuma, un condimento milenario originario del sur de Asia, ha ganado prominencia en el campo de la salud cognitiva y el tratamiento de enfermedades inflamatorias gracias a sus compuestos activos con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Investigaciones actuales indican que la curcumina, el componente activo principal de la cúrcuma, juega un papel significativo en la mejora de la memoria y la reducción de procesos inflamatorios en el cuerpo. Particularmente, un estudio publicado en The American Journal of Geriatric Psychiatry ha revelado un impacto notable de la curcumina en el aumento del rendimiento cognitivo en adultos mayores sin demencia.
Qué es la cúrcuma
La cúrcuma es una especia que se obtiene del rizoma secado y molido de la planta Curcuma longa, perteneciente a la familia del jengibre. Es originaria del sur de Asia, donde se usó tanto en la gastronomía para otorgar un color amarillo intenso a los alimentos, como en la medicina tradicional debido a sus propiedades terapéuticas.
Los rizomas de la planta, los cuales se pueden usar frescos o procesar hirviéndolos, secándolos y luego moliéndolos en polvo. Está disponible en varias formas como cápsulas, tés y extractos. Según Nicole Hopsecger, experta en nutrición de la Clínica Cleveland de Estados Unidos, la cúrcuma aporta numerosos beneficios para la salud, lo que hace recomendable su inclusión en la dieta diaria.
La cúrcuma ayuda a mejorar la memoria
Un ensayo clínico reciente publicado en The American Journal of Geriatric Psychiatry reveló un descubrimiento prometedor para la salud cognitiva: la curcumina, un componente activo de la cúrcuma, podría tener efectos beneficiosos en la mejora de la memoria en adultos sin demencia. Se observó que el consumo diario de 90 miligramos de curcumina, administrada dos veces al día durante un período de 18 meses, conlleva a una mejora notable en el rendimiento de la memoria de quienes participaron en el estudio.
La investigación se centra en las propiedades antiinflamatorias y antioxidantes de la curcumina, sugiriendo que estos componentes son claves en la prevención del deterioro neurocognitivo. “Los investigadores pensaron que la reducción de la inflamación cerebral y las propiedades antioxidantes de la curcumina conducían a un menor deterioro de la neurocognición, que es la capacidad de pensar y razonar”, explicó Hopsecger. Este hallazgo no solo abre nuevas vías para el tratamiento de enfermedades relacionadas con la edad y el deterioro cognitivo, sino que también destaca la importancia de seguir explorando los beneficios potenciales de los compuestos naturales en la medicina.
La cúrcuma ayuda aliviar la inflamación
También gracias a la curcumina, su principal componente activo, la cúrcuma ofrece propiedades antiinflamatorias. Este agente fitoquímico interviene en los procesos inflamatorios del cuerpo al inhibir la actividad de moléculas y enzimas específicas involucradas en la inflamación. Entre estas, se destacan las ciclooxigenasas (COX) y las lipooxigenasas (LOX), así como el factor nuclear kappa B (NF-κB), todos los cuales juegan roles centrales en el desarrollo y mantenimiento de los procesos inflamatorios. Al bloquear estos mecanismos, la curcumina ayuda a reducir la inflamación y modula la respuesta del cuerpo.
Además, su capacidad para actuar como un poderoso antioxidante complementa su función antiinflamatoria. Al neutralizar los radicales libres y proteger contra el estrés oxidativo, la curcumina reduce el daño celular que puede conducir a la inflamación. Este doble mecanismo de acción, tanto antiinflamatorio como antioxidante, hace de la cúrcuma un agente terapéutico contra una variedad de condiciones inflamatorias crónicas, incluidas enfermedades cardiovasculares, diabetes, y ciertos tipos de cáncer, aliviando los síntomas y promoviendo la salud general.
Más beneficios de la cúrcuma para la salud
La cúrcuma, más allá de mejorar la memoria y aliviar la inflamación, ofrece varios otros beneficios para la salud. Entre ellos, destacan sus propiedades antioxidantes, que ayudan a combatir el daño celular causado por los radicales libres, contribuyendo así a la prevención de enfermedades crónicas y al envejecimiento saludable. Asimismo, la curcumina presente en la cúrcuma mostró potencial para sanar la salud del corazón, al mejorar la función endotelial y reducir el riesgo de formación de coágulos y arteriosclerosis.
Además, estudios sugieren que la cúrcuma puede jugar un papel en la prevención y tratamiento de ciertos tipos de cáncer, debido a su capacidad para influir en varios procesos biológicos involucrados en el desarrollo y progresión de la enfermedad. También se observó que la cúrcuma puede contribuir a la salud digestiva, aliviando síntomas de trastornos como la indigestión y la inflamación del tracto gastrointestinal. Por otro lado, se investiga su efecto sobre la regulación de los niveles de glucosa en sangre y la mejora de la sensibilidad a la insulina, lo que podría ser beneficioso para el manejo de la diabetes.
Cómo consumir cúrcuma
La cúrcuma se puede consumir de diversas maneras, tanto con fines culinarios como medicinales. Una forma común para integrarla en la alimentación diaria, es añadiéndola en polvo a sopas, guisos, arroces, y especialmente en platos que lleven curry, ya que es uno de sus ingredientes principales. También se puede usar para preparar infusiones o tés, mezclándola con agua caliente y, si se desea, añadiendo otros ingredientes como limón, miel o jengibre para mejorar su sabor.
Para fines terapéuticos, la cúrcuma está disponible en cápsulas y extractos, que ofrecen una dosis concentrada de curcumina. Es importante considerar que la absorción de la curcumina por el organismo se mejora significativamente cuando se consume junto con pimienta negra, la cual contiene piperina, que incrementa su biodisponibilidad. Además, combinarla con grasas saludables como el aceite de oliva puede facilitar su absorción, dado que la curcumina es liposoluble.