La presidenta Cristina Fernández advirtió ayer que “seguirá de forma inquebrantable” tomando medidas que permitan el crecimiento del país, acusó a sectores políticos de montar “provocaciones y operaciones” y denunció que el conflicto por la toma de tierras en relamo de viviendas en Villa Soldati, en el sur de la ciudad de Buenos Aires, “no se desmadró” sino que “se apadrinó”. El ministro del Interior Florencio Randazzo sostuvo que “no hay duda de que hay sectores que intentan desestabilizar” al gobierno y advirtió que “no es casualidad las actitudes que han tenido” algunos dirigentes políticos con respecto a las tomas de tierras en la Capital Federal. El jefe de Gabinete Aníbal Fernández fue más directo y señaló a “punteros del PRO y el duhaldismo” como los agitadores.
Sin desconocer la problemática habitacional que padecen vastos sectores de la sociedad, la primera mandataria ya había dicho que “no hay casualidad” en los violentos sucesos desatados desde la semana pasada, justo cuando su gobierno cumplía tres años y se festejaba el Día de los Derechos Humanos en la Plaza de Mayo. Al referirse ayer a los hechos ocurridos por la toma de predios en reclamo de viviendas, Cristina dijo que “algunos le echan la culpa a los demás en lugar de gobernar” y convocó “a todos” a “respetar la vida del otro”.
La presidenta hizo estas declaraciones ayer durante la inauguración en la ciudad bonaerense de José C. Paz de un nuevo centro de documentación rápida. Allí castigó a quienes “desde el primer día” le pusieron “piedras en el camino” y a quienes “creyeron que no estando él (en alusión a Néstor Kirchner) les iba a resultar más fácil” obstaculizar su gestión.
Por su lado, el ex presidente Eduardo Duhalde consideró que “hay un estado de confusión muy grande en el gobierno” tras las ocupaciones de predios en el Conurbano Bonaerense y en el sur de la Capital Federal, y advirtió que “el que está acostumbrado a gobernar sabe que cuando llega diciembre, hay que estar alertas”.
Y continuó: “Se generó un clima preanárquico en la Argentina y hay que poner límites, pero no matando gente. Esto me da más razón para postularme (como candidato a presidente)”. Hace pocos días Duhalde disertó en Estados Unidos y avaló la represión policial, “pero no matando“, dijo. Durante su presidencia interina en 2002 se cometieron los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán en una brutal represión policial desatada en el puente Pueyrredón, cerca de la estación Avellaneda, hecho que aceleró la salida de Duhalde de la Casa Rosada.
En tanto, Cristina criticó a quienes “no pudiendo conquistar el lugar de presidente por el voto popular hayan intentado socavar a los que sí lo logramos y entonces realizan provocaciones y operaciones que se ven todos los días”. La jefa del Estado advirtió no obstante que pese a “el dolor y la inmensa tristeza por la pérdida (de Néstor), les aseguro que voy a seguir de forma inquebrantable frente al pueblo, gobernando y tomando todos los días cada una de las medidas que han permitido el crecimiento del país”.
Además, señaló que “el compromiso de él (por Kirchner) y de su vida me lleva a afrontar con mayor fortaleza cada una de las provocaciones y operaciones” y aseguró saber “quiénes son” los responsables de esas operaciones. La presidenta agregó que “con temple y fortaleza hay que asegurarle a la gente los derechos sin buscar en otros los culpables” y dijo estar segura de que la gente “nos seguirá apoyando”.
En ese marco mencionó también la crisis de las reservas registrada el verano pasado y criticó a quienes “afirmaban que el país se destruiría” si se pagaba la deuda con reservas. Volvió a enumerar los logros económicos y afirmó que “hoy a los argentinos nos va bien, pero parece que a algunos no les gusta que nos vaya bien”. Cristina dejó inaugurado el Centro de Documentación Rápida, dependiente del Registro Nacional de las Personas, junto al gobernador bonaerense Daniel Scioli; el ministro Randazzo; el intendente Mario Ishii y otras autoridades.
