Por Santiago Rojas *
Hace unos días (11 de mayo) el diario británico The Telegraph dio a conocer la noticia de que en la segunda semana de mayo el Comité de Auditoría Ambiental de la Cámara de los Comunes de Gran Bretaña evaluó un informe sobre las actividades de una agencia rusa en la Antártida. La agencia rusa en cuestión se trata de Rosgeo, una agencia que aglutina a varias empresas del sector energético que se encargan de explorar a lo largo y ancho del mundo importantes yacimientos energéticos. Según el medio británico, se presentó en el Comité de Auditoría Ambiental de la Cámara de los Comunes un informe con pruebas de que dicha agencia rusa, por medio del buque Alexander Karpinsky, descubrió una gran reserva de petróleo en las cercanías a la Península Antártica. Más precisamente en el Mar de Weddell se hallaron reservas de petróleo en un total estimado de 511 mil millones de barriles de petróleo, lo que significa 30 veces más que el potencial de extracción que actualmente cuenta Vaca Muerta (reservas estimadas en 16 mil millones de barriles).
Reacciones
Frente a la noticia, dada a conocer por un medio británico, el actual Gobierno argentino de Javier Milei no se ha expedido al respecto, generando preocupación dado que el hallazgo se produjo en la Antártida Argentina -que Gran Bretaña reclama como propias desde la Guerra de Malvinas-.
Asimismo, igualmente sorprendente han sido las reacciones de la prensa argentina. Varios medios presentaron la noticia como un hallazgo en la Antártida Británica, obviando de manera intencionada que esta área en cuestión corresponde a la República Argentina. Inclusive, se representa un claro temor por la presencia de los rusos en aguas antárticas y se omite la pretensión inicial de Gran Bretaña de reivindicarse este descubrimiento como propio.
Análisis
Resulta muy llamativo el abordaje que los medios de comunicación nacionales le dieron al tema partiendo desde la perspectiva del interés británico. La presencia de un barco ruso en aguas antárticas es una preocupación netamente británica, ya que nuestro país no tiene ningún tipo de conflicto con esa Nación. Los medios se centraron más en el quien se atribuye el descubrimiento -un buque ruso- obviando lo importante, obviando el cómo, pues lo verdaderamente preocupante del asunto es que este descubrimiento fue tratado en primera instancia en la Cámara Baja de Gran Bretaña y que desde ese lugar hayan alegado derechos de propiedad.
Es importante tener en cuenta que República Argentina lleva de manera ininterrumpida 120 años en el Continente Antártico y que fue el gobierno del General Juan Domingo Perón el primero en hacer oficial el reclamo de nuestro país por la porción antártica, antes de la firma del Tratado Antártico y mucho antes de la Guerra de Malvinas. De la mano del coronel Pujato se creó el Instituto Antártico Argentino en 1951 y comenzó un proceso de concientización y difusión de la importancia de esta región para nuestra Nación.
La actividad rusa en la zona no debería de ser una preocupación para nuestro interés nacional teniendo en cuenta la lejanía geográfica de Rusia -mas centrada en consolidar su presencia en el Ártico y abrir el Mar del Norte al comercio internacional-, la ausencia de colonias rusas en nuestra proximidad geográfica y la Relación Estratégica Integral existente entre Argentina y Rusia que abre la oportunidad de cooperar en diferentes ámbitos incluida la investigación científica, geológica, espacial, antártica, entre otros. Además, gracias al diálogo político de alto nivel Rusia en los últimos años ha defendido la posición argentina al respecto del litigio por la Soberanía de Malvinas en los distintos foros internacionales. Incluso gracias a estos vínculos estrechos durante el gobierno de Macri -del cual no podemos decir que tenía simpatías con el Kremlin- Moscú envió ayuda para la búsqueda del Submarino ARA San Juan desaparecido en dudosas circunstancias en noviembre de 2017 frente a las costas argentinas.
En este sentido los medios locales deberían centrarse principalmente en Gran Bretaña y como sus actividades en esta parte del mundo si afectan a nuestro interés nacional. Preocupante es que este tema se haya tratado en la Cámara Baja del Parlamento Británico y no en nuestro Congreso Nacional. Preocupante es que quien alega tener derechos de propiedad sobre los hallazgos recientes haya usurpado las Islas Malvinas en enero de 1833 y que actualmente posee una base fuertemente militarizada en las aguas del Atlántico Sur a pesar de que somos una Zona de Paz. Preocupante es que luego de la Guerra de Malvinas no solo nos hayan saqueado las Islas Georgia y Sándwich del Sur sino que por su presencia en estas islas justifica sus derechos también sobre la porción argentina y chilena de la Antártida. Preocupante es que los que se espantan por los rusos en la Antártida son los mismos que saquean todos los días nuestros recursos en el Atlántico Sur de manera ilegal otorgando concesiones de pesca y de explotación de hidrocarburos frente a nuestras costas.
Si bien la noticia es muy reciente y es necesario esperar cómo se desarrolla, aún más grave es que el gobierno argentino no se haya expedido al respecto. En momentos como este necesitamos que el gobierno actúe con la seriedad que requiere este tema ya que está en juego el Interés Nacional. Los gobiernos pasan, pero los intereses estratégicos de nuestro país permanecen y por ello se requiere una diplomacia activa y profesional que aborde esta cuestión lo antes posible y que haga sentir a nivel internacional nuestra presencia en la Antártida.
A nuestro interés nacional de nada le sirve el alineamiento automático con Estados Unidos porque en definitiva es el alineamiento automático a la OTAN y a los intereses de Gran Bretaña. Antes de la Guerra de Malvinas Galtieri imaginó que alineándose con Estados Unidos nos ganaríamos la simpatía de ese país en un enfrentamiento directo con Inglaterra. Todos sabemos el resultado final: Estados Unidos no intervino y Gran Bretaña hizo lo que quiso durante y después de la Guerra de Malvinas (hundimiento del ARA Belgrano en Zona de Exclusión, usurpación de las Islas Georgias y Sándwich del Sur, Tratados de Madrid I y II).
Asimismo, demandamos que el actual gobierno argentino tome nota de la historia y haga valer el interés nacional. No es ideología, es puro interés real y concreto de nuestra Nación. Es momento que el presidente Milei y la canciller Mondino se den cuenta que no representan a una facción de fanáticos probritánicos sino que representan a todos los habitantes de este suelo y que la Causa Malvinas va más allá de las islas y se trata de los intereses actuales y futuros de nuestro país. Es importante comprender que la Causa Malvinas se trata de un TODO integrado donde cada PARTE (la Plataforma Continental, el Mar Argentino, el Atlántico Sur, las islas Malvinas, Georgia y Sándwich del Sur y la Antártida Argentina) hace a un conjunto estratégico mayor de intereses. Y en ese todo mayor la Antártida representa un área de suma importancia para la Argentina y esto lamentablemente no se enseña ni en las escuelas ni en las universidades.
El futuro que se viene es un futuro signado por el conflicto dada la escasez cada vez mayor de recursos. En esta región hay agua, energía, proteínas y es un paso estratégico entre el Océano Atlántico y el Océano Pacifico. Es una región importante desde cualquier punto de vista. Si los argentinos no somos conscientes del tamaño de nuestro país, de que somos una Nación BiContinental, de que poseemos todos estos recursos que el mundo reclama vamos a ser presa fácil de las potencias dominantes y más específicamente Inglaterra y Estados Unidos.
*Licenciado en Relaciones Internacionales / Director del Observatorio Internacional de la Fundación Igualar / Miembro del Centro de Investigaciones en Política y Economía Internacional (CIPEI) de la Universidad Nacional de Rosario / Miembro del Departamento de Asuntos Estratégicos del Instituto de Formación y Escuela de Gobierno Juan Domingo Perón / Rojasantiago18@gmail.com