Andrés Brugo / Tiempo Argentino
River y Temperley jugarán esta noche, a las 21.10 en Mendoza, uno de los habituales -y atrapantes- cruces de la Copa Argentina: el duelo en el que el equipo más humilde intentará dar el golpe ante el más grande. Aunque no es lo habitual, suele pasar: River perdió en 2013 ante Estudiantes de Caseros y Temperley eliminó a San Lorenzo en 2018. Ya en esta Copa, otro equipo del sur del Gran Buenos Aires, Talleres de Remedios de Escalada, superó hace pocos días a Racing.
Entre River y Temperley no hay tantos antecedentes: en el profesionalismo se enfrentaron 19 veces en los tres paréntesis en los que el Celeste subió a Primera, entre 1975 y 1977, desde 1983 hasta 1987, y de 2015 a 2018. Temperley ganó dos de ellos en la cancha pero sumó un tercer triunfo por el doping positivo de un jugador de River, Ramón Centurión, en 1986, y hasta podría hacerse un listado con los jugadores que pasaron por los dos clubes: sobresalen Ignacio Nacho Fernández y Gustavo Zapata.
Pero también hay un hilo musical entre los dos clubes, y es la tarde del 14 de febrero de 1982, cuando uno de los grandes -enormes- músicos de Argentina, Luis Alberto Spinetta, dio un recital en la cancha de Temperley, en el estadio Alfredo Beranger. En verdad, se trató de una de las bandas icónicas del Flaco, Spinetta Jade, pero la historia futbolera es la misma.
Fiel a su libertad y a su poesía, Spinetta era un hincha de River que se permitía elogiar a la tribuna de Boca. En verdad, el padre del Flaco era de Platense, pero Luis eligió al rojo y blanco por Machín, un personaje fundacional de la historia de River. Primero, en la década del 10 del siglo pasado, Machín fue jugador, luego utilero y más tarde, en las décadas siguientes, consejero de los futbolistas, en especial mano derecha del Ángel Labruna jugador y técnico. Machín también era famoso porque amenizaba con una guitarra criolla las concentraciones de La Máquina, la emblemática delantera de River de los años 40.
Ya en sus últimos años, en la década del 60, Machín le regaló su guitarra al hijo de un matrimonio de amigos del Bajo Belgrano al que invitaba tan seguido al club, al vestuario y a los partidos, que terminó haciéndose de River. Ese chico con inclinaciones artísticas se llamaba Luis Alberto Spinetta, el artista más influyente del rock argentino, que comenzó a componer con la guitarra criolla de 1923 que recibió de Machín y que, ya en 1982, subió a Temperley con la banda roja, y no con una cualquiera.
A pesar de ser una tarde de verano, aquella tarde usó un modelo de camiseta de River manga larga con cuello redondo, marca Olimpia, que el club de Núñez sólo había usado dos partidos en 1981, uno de ellos ante el Boca de Diego Maradona (1-1 del 5 de julio, en el Monumental).
Spinetta con la de River
Las fotos fueron cedidas a Tiempo por un lector, Claudio Valdata, que acudió a ese recital como aficionado. “En ese tiempo te dejaban entrar con cámaras y grabadores a los recitales, y yo tomé esta fotos con una Pentax K100 y un tele de 200 mm desde el alambrado. El recital fue en la cancha de Temperley y para el público se usó la tribuna oeste”, dijo Valdata, bioquímico e hincha de RIver.
El valor de las fotos de Valdata no sólo es sentimental y artístico: también tienen una parte futbolera. Sirven para comprobar que Spinetta salió al escenario con la 10 de Alonso. Son números bastantes finos pero que -puede chequearse en imágenes en YouTube- corresponden a la indumentaria oficial que River usó en aquel mencionado superclásico contra Boca. En la única foto conocida durante años, Spinetta estaba de frente, por lo que no se podía distinguirse el número de la camiseta.
También Valdata recuerda que el músico hizo una referencia a Alonso durante el recital. Así como un usuario de Twitter publicó hace algunos años que Spinetta dijo “esta casaca me la regaló Dios”, el fotógrafo aficionado que le compartió a Tiempo su pequeño tesoro hasta ahora oculto confirma: “Seguro que hizo una referencia a que era la camiseta de Alonso. Lo que no me acuerdo son las palabras exactas, si era la ‘del más grande’ o ‘la de Dios’, ya que Maradona en esa época todavía no había sido entronado en el Olimpo futbolístico”, recuerda Valdata.
El bajista Frank Ojstersek, que aparece en las imágenes con camiseta azul con rayas horizontales rojas y blancas, agrega el contexto y menciona al resto de los integrantes de la foto: “Fue después de haber grabado (el álbum) ‘Los niños que escriben en el cielo’, que lo grabó Leo Sujatovich, uno de los tecladistas. El otro Diego Rapoport, que tiempo después se va (de Spinetta Jade) y quedamos en cuarteto (con el baterista Pomo Lorenzo). En la foto, Luis está con una Fender Telecaster”.
El aporte de las fotos de Valdata resulta clave para confirmar que Spinetta amaba a Alonso, al punto de usar su número 10 sobre el escenario. Sin embargo, suele malinterpretarse el destinatario de una de las canciones más populares del poeta, “el anillo del Capitán Beto”, un tema de 1976 de Invisible, otra de las bandas de Spinetta. “Ahí va el Capitán Beto por el espacio, la foto de Carlitos sobre el comando y un banderín de River Plate y la triste estampita de un santo”, dice un fragmento.
Sin embargo, uno de los integrantes de Invisible, el bajista “Machi” Rufino, contó en 2020 que, en este caso, la musa inspiradora de Spinetta no fue Alonso sino un amigo suyo. “El nombre se me ocurrió a mí. Cuando buscábamos nombre para el tema, Luis decía, ‘el Capitán, qué…¿qué puede ser?’, y yo dije Capitán Beto, y le encantó la idea. Beto era un chico que era amigo mío, vivíamos casa por medio en la calle Paraguay, en Palermo. Éramos muy amigos. El nombre Beto se usó porque representaba un sobrenombre común en la Argentina”.
Pero Spinetta, aún así, una tarde de verano usó la 10 de Alonso, su dios futbolero.