Bolilla blanca, bolilla negra. La buena es que, dentro del proyecto de restauración del Palacio Fuentes le llegó el turno a su puerta principal, tal vez la más emblemática de la ciudad. Pero el caso es que para las tareas la empresa encargada se tomó toda la vereda de la ochava obligando a los peatones a bajar a la calzada para transitar sin protección alguna