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Petrobras aceptó finalmente el pago con carta de crédito y se destraba la descarga de gas licuado

No hay dólares y la petrolera brasileña se resistía a aceptar otra forma de cobro del barco con GNL. La motosierra libertaria se convirtió en boomerang: por no erogar us$ 40 millones para obras en gasoductos, se terminan gastando 500 millones en importaciones

El Gobierno nacional anunció este miércoles que Petrobras aceptó finalmente la operación de pago del buque de GNL y comenzó la descarga en la terminal regasificadora de Escobar que permitirá, según la estimación oficial, revertir el corte a un centenar de industrias y estaciones de GNC y normalizar el suministro en algunas horas. El invierno fue lo que avanzó sobre la imprevisión oficial, la suspensión de obras para la «reversión de flujo» en el gasoducto Norte que hubiera permitido abastecer desde Vaca Muerta la mayor demanda y la falta de dólares para abonar el gas importado de Brasil, entre otros países a los que tuvo que recurrir el Ejecutivo.

«Hoy a las 9.10 se recibió la confirmación de la carta de crédito emitida por el BNA, de parte del banco designado por Petrobras», anunció la estatal Energía Argentina. «Inmediatamente, se inicia el proceso de descarga del barco, que ya se encontraba amurado al buque regasificador de Escobar, conectado desde las 16 del martes 28 de mayo», agregó la compañía.

En el gobierno estiman que la normalización del suministro llevará varias horas y que progresivamente se devolverá el gas a industrias y estaciones de GNC, especialmente las de Córdoba, Santa Fe y el norte del país que anoche les cortaron el servicio.

Energía Argentina, que depende de la Secretaría de Energía, arguyó que el rechazo del pago del buque de Petrobras con una carta de crédito en lugar de dólares obedeció a razones políticas: una represalia del gobierno de Luiz Inacio Lula Da Silva, argumentaron, por el destrato diplomático en el que reiteradamente incurrió el presidente Javier Milei.

«La situación se produjo por una disconformidad del proveedor respecto a la carta de crédito emitida el pasado viernes 24, a pesar de que la misma fue emitida en los términos requeridos por el proveedor destacándose que el banco había recibido una igual para un cargamento similar en las últimas semanas», agregó, más formal, Energía Argentina.

La noche del martes, se anunciaron cortes del GNC y a industrias de la zona centro y norte del país, incluso aquellas que tienen contratos firmes (ininterrumpibles, por los que pagan más para que no se les corten el suministro).

La situación se sintió primero en Córdoba y Santa Fe, pero se extendió a las provincias del NOA. En Salta, Jujuy, Catamarca y Tucumán se cortó el servicio de GNC y estiman que recién el jueves podría recuperarlo.

En CABA, Buenos Aires, Cuyo y el NEA se registraban cortes puntuales y faltantes en las estaciones de servicio, pero desde la Cámara de Expendedores de Gas advirtieron que durante la jornada se cortará en todo el país y recién el viernes o sábado podría normalizarse si es que se dan ciertas condiciones.

 

La motosierra es un boomerang

Después de haberla paralizado como parte del dogma de obra pública cero, el Gobierno tuvo que reconsiderar la reactivación de la obra para la reversión del Gasoducto Norte, ya existente, que permitirá llevar hasta las provincias norteñas el gas extraído en Vaca Muerta, porque el ducto fue pensado para aprovisionar en sentido contrario, desde Bolivia. La negativa oficial, a contramano de los eslóganes libertarios, implicó más gastos: por retacear los 40 millones de dólares que era el presupuesto de los trabajos más la instalación de bombas en el gasoducto Nestor Kirchner para duplicar su capacidad, tiene que erogar 500 millones de dólares en importación de gas.

El Gasoducto Néstor Kirchner transporta en la actualidad 11 millones de metros cúbicos de gas por día, pero si las plantas compresoras de Tratayén, Salliqueló y Mercedes estuvieran en funcionamiento, la capacidad se hubiese ampliado a 22 millones.

De no haberse pasado la motosierra engañosa, y el Gobierno hubiera girado los fondos correspondientes, las plantas estarían terminadas y la capacidad de transporte del gas proveniente de Vaca Muerta se hubiera duplicado. Es que, durante los primeros meses de la gestión libertaria, Enarsa dejó de pagarle a las constructoras que están a cargo de las obras. Le debe 30 millones de dólares a Sacde y 10 millones a Contreras, lo que forzó a ambas empresas a trabajar por debajo de su capacidad.

 

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