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Demasiado regalado: Newell’s tuvo errores en defensa y Banfield aprovechó

La Lepra desperdició un penal en la primera parte, pero en el complemento la defensa fue inestable y el local tuvo dos penales y tras fallar el primero, Giménez anotó el segundo y luego sentenció con una corrida sin marca

No se puede fallar tanto. Defender mal, al final te condena. Newell’s tuvo el partido con viento a favor en el sur, pero Ramírez falló un penal, y luego Banfield desnudó las falencias de una dupla central juvenil y llena de falencias y se quedó con una victoria 2-0 que volvió a poner en cuestionamiento a Mauricio Larriera.

La liviandad de Banfield hizo que Newell’s tuviera un inicio favorable. Pero no pudo ni supo aprovecharlo. Ramírez llegó al sur bonaerense mufado con el arco contrario. Una situación personal lo tuvo en estado de ánimo bajo y eso se vio reflejado en este inicio de Liga. Y un rápido penal a los 18 minutos, tras una buena jugada de Banega con Aguirre y una mano de Quiroz, le dio la chance al Colo de romper con una sequía de varios partidos. Pero el goleador viene pifiado y el arquero Sanguinetti se lució con un manotazo salvador, como si hubiera sabido el lugar exacto de una ejecución que iba esquinada y con buena potencia.

El partido le propuso a Newell’s una prueba anímica. Y lejos de bajonearse o lamentarse, la Lepra se adueñó de la pelota y controló el juego, con un Banfield que se sintió más cómodo defendiendo que intentando atacar lleno de limitaciones.

Banega, mucho mejor desde lo físico y más acompañado por Fernández Cedrés y Cacciabue, se movió de un lado a otro, en busca de ese espacio que le permitiera poner a un compañero de cara al gol, como sucedió en la jugada del penal con Aguirre. Pero Panchito González nunca encontró el GPS de Ever y Aguirre se encaprichó con un enganche hacia adentro que los rivales tenían muy estudiado. Entonces, el dominio de pelota leproso no se reflejó en chances de gol.

En el complemento todo cambió. Y no fue por voluntad del local. Banfield entendió que su ventaja era poner la pelota en el área por arriba, con Jacob y Glavinovich sufriendo horrores en el juego aéreo, donde la ausencia de Velázquez se notó. Y llegó un penal para el Taladro, tras un córner que se revisó en el VAR por un reclamo de brazo de Banega (pegado al cuerpo), pero encontró en la misma imagen un agarrón de camiseta de Glavinovich, de esos que no se cobran pero que Rey Hilfer sancionó. Giménez remató por encima del travesaño, dejando en claro que a Banfield todo le cuesta.

El partido le perdonó una a Newell’s, pero al rato tuvo otra. Otro córner, un anticipo de un jugador local y Hoyos salvó a puro reflejo. Pero en la jugada siguiente llegó otro centro, Jacob y Glavinovich miraron como toda la noche, y Giménez anotó de cabeza. Pero apareció el VAR y detectó un adelantamiento finito del delantero y anuló el gol. Otra vez el partido le dio un guiñó a la Lepra.

La tercera fue la vencida. Los cambios de Larriera esta vez no dieron resultado y Banfield siguió atacando. Y tras un centro rasante, Sepúlveda anticipó a Glavinovich y la pelota dio en la mano demasiado extendida del defensor. Otro penal de VAR. Giménez le dio fuerte, Hoys se quedó parado porque adivinó el remate al medio, pero la pelota le doblegó las manos y se metió contra un costado, casi pidiendo permiso.

Y sin que Newell’s reaccionara, de un lateral, Sepúlveda sacó a pasear a Glavinovich, Giménez expuso la fragilidad de Jacob al eludirlo con un toque simple que desairó al defensor, y la picó ante Hoyos para un 2-0 que fue un castigo para un Newell’s que dio muchas ventajas. No aprovechó su momento y pagó caro tener en cancha una zaga improvisada e inexperta. Y Larriera ya no está tan firme como al principio del partido.

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