Un grupo de nenas y nenes persiguiéndose, gritando y riéndose en medio de adultos que entran y salen fue lo que nos encontramos la semana pasada cuando llegamos con este diario al histórico Club Atlético y Social Lavalle, de Cochabamba al 4400. El Lavalle resiste hace 90 años y desde principios de año tiene una nueva comisión elegida por el voto de los vecinos de barrio Bella Vista. Que el club sea un punto de referencia para grandes y chicos como alternativa a la calle, que sus 16 categorías de fútbol vuelvan a brillar en la Asociación Rosarina como en 2011 y tener todas comodidades e instalaciones para que las familias pasen el día, fueron algunas de las metas principales que nos contaron Leandro Ramírez y Juan Ponce, de la comisión directiva.
“El club está abierto todo el día porque no queremos que los chicos estén en la calle”, es lo primero que dice Leandro Ramírez.
El Lavalle está pintado de blanco y celeste, tiene su cancha rodeada por paredones y pelotas a disposición para quien quiera patear cuando se le ocurra. “Una pasión de barrio”, dice uno de los tapiales que mira a la cancha prolija, con su césped y marcas correspondientes.
“Hace cuatro meses que estamos en la comisión. Era lo que buscábamos hace tiempo, que los vecinos participen con su voto e intentamos que las actividades que hacemos lleguen a cada nene, nena, jóvenes y adultos”, explica Juan Ponce sobre las 16 categorías de fútbol que tiene el Lavalle y que abarcan desde los 7 a los 45 años.
“Estamos en la Liga Nueva Asociación de Fútbol Infantil (Nafir) y nuestra meta es volver a la Rosarina que hace desde el 2011 que no estamos”, agregó.
Unos 240 chicos y grandes entrenan en el club de Bella Vista. Los lunes y miércoles se llena porque a las 18 están los más chiquitos de 7 años y los jueves a las 19 está la categoría 2013. Cada vez que necesitan algo hacen campañas para conseguir botines u organizan venta de comida para lo que necesite cada categoría.
Los sábados y domingos tienen partidos. Cada 15 días son locales y el movimiento no para porque colaboran los papás y las mamás de chicos y chicas porque tienen equipos mixtos. “Vienen todos y también hicimos convenios con la municipalidad que aporta entrenadoras y algunos papás también son técnicos”, enumeró Juan.
“Los partidos de los más chiquitos son divertidos. En el último, nos hicieron un gol porque nuestro arquero dejó el arco para ir al baño”, fue la anécdota que le sacó una carcajada a Juan y que no se la va a olvidar.
El buffet, el lugar del club
Leandro muestra con orgullo el buffet y el sector destinado a los asadores mientras cuenta que uno de los objetivos es trasladar todo a un quincho, no sólo para cuando hay partidos sino para que pueda ser usado por las familias de los chicos y chicas que juegan al fútbol.
“Pensamos estas obras para que los vecinos sientan que el club es suyo, que puedan comer un asado o festejar un cumpleaños”, agrega para remarcar que todo se hace a pulmón, nadie cobra sueldos y tanto los padres como los miembros de la comisión ayudan con lo que saben.
“Acá vendemos pastelitos, rosquitas, torta fritas que hacemos todos los días. Desde febrero que tengo la oportunidad de alquilar acá, estoy muy agradecida porque a su vez podemos ayudar a los chicos del barrio”, dice María, la administradora del buffet.
María cuenta que disfruta no sólo de la posibilidad de tener una salida laboral sino también de poder hacerles el mate cocido con alguna masita a los chicos. “Muchas veces los veteranos comen acá y los chicos que están dando vueltas se suman. Es muy lindo también ver a las familias que vienen a tomar mates y se compran algo rico para comer en los partidos”.
Muchas ganas y proyectos
“Queremos activar más cosas, sumar vóley, poder tener un espacio para apoyo escolar, sumar computadoras y toda actividad que ayude a que no estén en la calle. A mí lo que me gusta es que los chicos estén acá, por eso apenas me levanto abro el club”, dice Leandro mientras va mostrando dónde haría cada cosa.
Desde esta nueva comisión no sólo se quedan con reformas al edificio y sumar actividades también quieren que el Lavalle, uno de los pocos clubes que subsiste en Bella Vista, se transforme en un punto de referencia para el municipio y la provincia a la hora de hacer campañas de prevención.
“En mayo hicimos durante una semana una campaña de castración y vacunación. Todos los vecinos trajeron sus mascotas. Ahora queremos sumar alguna campaña de salud y poder tener un taller de arbitraje. Además estamos buscando actividades de cultura para las vacaciones”, explica Juan para resaltar que en cada reunión con funcionarios tanto municipales como provinciales les remarca que la mejor prevención para los barrios populares es estar presentes a través de estas actividades.
“Lo que más me emociona es ver a los chicos y chicas jugar el fin de semana, que la gente grande venga a verlos, a tomar mates y nos comente cómo podemos hacer para que sus hijos estén acá. Ver que es un espacio de contención de muchos en barrio Bella Vista. Que los vecinos puedan venir también mejora la convivencia porque se van conociendo más y comparten más tiempo”, dijo Juan.
«Los papeles», pesadilla de cualquiera
Juan y Leandro describen una situación que atraviesan muchos clubes de barrio y se trata de poner al día los papeles para que les autoricen todas las actividades que quieren hacer. El Lavalle nació el 1° de abril de 1934 y aún sigue en comodato, por esta situación cada comisión que pasó en estos 90 años tuvo que regularizar la situación y mostrar que el club está.
“Los clubes de barrios populares necesitamos ayuda. Se nos hace pesado con los papeles porque todos trabajamos en otra cosa y lleva tiempo. Muchas veces hay que buscar ayuda externa para completar todo”, describió Juan para aclarar que están terminando de ponerse al día para así poder tener asociados.
“Acá somos familias, vecinos y padres con ganas de trabajar. De acá no te llevás un mango y renegás un montón pero es muy lindo ver todo lo que hicimos en estos cuatro meses”, concluyó Juan sobre lo que significa el Lavalle que en Instagram y Facebook se puede seguir como La Renovación Lavalle.
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