En el último tiempo, los beneficios de las bebidas y alimentos probióticos han alcanzado un pico de popularidad. Batidos, yogures enriquecidos, infusiones y hasta refrescos que se pueden encontrar en cualquier góndola de supermercado se venden bajo la etiqueta de «saludables» por contener dicho componente. Pero ¿qué son los probióticos y para qué sirven?
En el último tiempo se ha popularizado el consumo de tempeh, un alimento milenario que se ha consumido en Asia durante siglos y hace algunos años ha cruzado la frontera al resto del mundo. Su fabricación es producto de la fermentación natural de la soja y es una alternativa a la carne muy saludable.
¿Qué es el tempeh y qué propiedades tiene?
Como explican los expertos de Directo al Paladar, el tempeh es un alimento fermentado de color blanco y textura compacta. Surge del cultivo natural y un proceso de fermentación controlada de la soja que «incluye la adición de un entrante llamado Rhyzopus Oligosporus, que es una mezcla de moho vivo que luego se cocina y se deja fermentar por uno a dos días».
Entre sus beneficios para la salud se destaca su aporte proteico. El tempeh tiene «la misma calidad de proteínas que la carne y vitaminas del grupo B», explican. Además, es muy bajo en colesterol.
En cuanto a su valor nutricional, según el blog gastronómico, Bon Viveur, una porción de 100 gramos equivale a «200 calorías, 20 gramos de proteína, en torno a un 11% de la dosis diaria recomendada de calcio y un 15% de la dosis diaria recomendada de hierro«.
Por último, es el tempeh es una fuente de vitamina B2, B3, B6, magnesio, manganeso, fósforo y zinc.
¿Cómo cocinar el tempeh?
El tempeh es un sustituto perfecto de la carne. Por eso, puede utilizarse como reemplazo en cualquier receta que requiera de proteína.
Algunas opciones para incluirlo a la dieta son:
- Marinado con especias y leche vegetal para ablandarlo.
- Al vapor: en rodajas o cubos.
- Frito: con rebozado para que quede crujiente.
- Desmenuzado: ideal para salsas.