Un paisaje sonoro que dialoga con la música del Litoral y al mismo tiempo con aquellas canciones más populares de los patios de la pampa húmeda. Un acordeón que es abrazada por un músico sensible, atento e inquieto que, sobre todo, respeta a sus maestros con los que se deslumbró siendo apenas un niño. Tanto es así que Chamán, su nuevo disco, está dedicado al enorme Raúl Barboza, y en él a todos los que abrieron puertas para los que venían detrás.
Thito Amantte llega a Rosario este fin de semana para presentar su nuevo trabajo en el Gran Salón de la Plataforma Lavardén. Chamán es un disco que, precisamente, sigue abriendo puertas, que no oculta nada, que muestra su sonido basal casi como un mapa, más allá de rendirse a la magia de un instrumento cuyo sonido cercano es, siempre que exista un buen intérprete, la irresistible invitación a un viaje sin fronteras que va de lo ancestral a lo contemporáneo.
Se trata de un disco conceptual, “en gratitud al arte de Raúl Barboza y a su influencia en la música y la cultura del litoral suramericano” que incluye temas propios como “Chamán”, la primera parada del viaje, y clásicos del género como “Puente Pexoa” o “Kilómetro 11”, ambos compuestos entre los 40 y 50 por el inmanente Mario del Tránsito Cocomarola
Para la presentación de este sábado, la formación estará integrada por Thito Amantte en acordeón, Nardo González en guitarra, Gonzalo Ros Vela en bajo y Sebastián Martínez en percusión, junto a Silvio Rodríguez en violín y Matías Galasso en el piano, ambos como músicos invitados.
Pura magia
“El Chamán es la expresión suprema de la magia ancestral. Adquiere forma humana, modifica los tiempos, inaugura portales, transmuta realidades con sabiduría infinita. Los más ancianos de la tribu aseguran que no existen fronteras que lo contengan ya que la naturaleza alimenta su espíritu en constante expansión evolutiva”, sostiene el músico. Y profundiza: “El espacio que habita, se nutre y se transforma ante su poderosa cosmovisión. «Cada gota de lluvia, cada nido y cada semilla cuentan con su protección luminosa» dicen los guaraníes”.
“Yo vivo en el barrio, conservo eso. Ahí me crié, ahí pasé los momentos más hermosos de mi vida y otros que no lo fueron tanto, pero que al estar al abrigo del barrio siempre me sentí contenido”, dijo el músico oriundo de Bigand pero ciudadano del mundo, que comenzó con su gran pasión siendo un niño, con apenas 8 años.
Chamán remite a magia, a lo intangible e inexplicable que, también tiene la música. “Este es un disco que a mí me da mucha alegría compartirlo, me costó mucho soltarlo, porque es como que lo tenía dando vueltas hace mucho tiempo y ya era hora de darlo a conocer. Y no lo hice solo, porque el verdadero arte siempre es una construcción colectiva y maravillosa; entonces para concretar este disco conté con la complicidad de Nardo González, Sebastián Martínez, Roy Valenzuela, Marquitos Montes, Silvio Rodríguez, Caro González; todos ellos son como un ejército de pájaros que me ayudó a soltar esta bandada de canciones justo el día de mi cumpleaños. Este 25 de abril dije: «Celebro los 50 con una suelta de canciones» y así fue”, contó el músico acerca de un material que abre con el referido e iniciático rasguido doble “Chamán”, de su autoría y que da nombre al disco, y cierra con “Anvers”, que de una introducción afrancesada se vuelca deliberadamente de regreso a la selva misionera en tono de galopa, pasando por otras bellas piezas como una versión de “El último Cachapé” (Adolfo Barboza-Heraclio Pérez), a la que además presta su voz; el chamamé “Granja San Antonio”, la ranchera “La Mentirosa”, otro chamamé de su autoría, “Isla El Pablito” y más chamamé, esta vez de la mano del maestro Barboza, con el clásico “Allá por Monte Caseros”.
“Este es un disco muy conceptual que está dedicado al arte de Raúl Barbosa, en gratitud a su producción artística. Yo abracé este instrumento, primero por ver a un músico de mi pueblo que se llama Armando Martino, que lo veía de chico, y desde ese momento quedé fascinado, incluso con cada agrupación, con cada orquesta que llegaba al pueblo para tocar. Tendría 8 o 9 años y siempre estaba parado en el borde del escenario mirando cómo tocaban el acordeón. Con esa fascinación de niño, viendo ese abrazo de los músicos, con el tiempo descubrí que ese instrumento fue el pionero mundial del estereofonía entre muchas otras cosas, pero el niño aquél fue el que me trajo hasta acá”, contó el creador.
“Con el correr de los años, mis viejos me regalaron el acordeón, y casi al mismo tiempo, mi madre me regala un casete de Raúl Barboza y ahí lo escucho y lo descubro cuando aún era Raulito, cuando aún vivía acá, antes de que se radicara en Francia. Y en la fantasía, dado que en ese momento no existía en YouTube ni toda la tecnología con la que contamos ahora, me preguntaba cómo hacía para tocar de ese modo. A la vuelta de los años, le dedico este disco, lo nombro como el «Chamán», como el protector de esta región suramericana, porque trasciende a una provincia, al Litoral, a ése río Paraná por el que viene navegando su música desde otros países, hermanando. Al tomar contacto con acordeonistas de otras regiones, incluso de otros países, me doy cuenta de la siembra que ha hecho Raúl, todo lo que generó con su enorme apertura para el chamamé en Europa, además de Rudi y Niní Flores o Chango Spasiuk. Pero Barboza, que ya había llevado el chamamé a Japón, fue de algún modo el que lo dio a conocer al mundo, por eso le rendimos este homenaje”, dijo finalmente el creador.
Para agendar
Thito Amantte presenta Chamán en Rosario, este sábado 22, desde las 21, en el Gran Salón de Plataforma Lavardén (Mendoza 1085). Las entradas anticipadas están disponibles en https://entradaslavarden.com/Thito-Amantte-presenta-Chaman/ y en la boletería del multiespacio provincial de Sarmiento y Mendoza, en horarios habituales.