Tenía que ser él, quien sino. El máximo goleador del equipo, de la categoría y del fútbol argentino. Ezequiel Petrovelli marcó el único tanto en el triunfo de Central Córdoba sobre Luján, para que el conjunto de Marcelo Vaquero festeje luego de seis partidos sin victorias.
Será por eso que sufrió tanto para quedarse con los tres puntos. Y no porque el rival lo haya complicado mucho. Todo lo contrario. Tal como viene sucediendo en lo últimos compromisos que disputó, el Matador se las ingenia para meterse solito en problemas.
Porque en la vereda de enfrente estaba uno de los peores equipos del campeonato, que actualmente pelea por abandonar la zona de promoción. Pero a pesar de las innumerables limitaciones del rival, a Córdoba le costó horrores generar situaciones de peligro y durante varios pasajes del encuentro lució desordenado y sin ideas.
Pero por suerte los de Tablada lo tienen a Petrovelli. El artillero metió un cabezazo bárbaro a los 25 minutos del primer tiempo, tras un gran centro de Villagra desde la izquierda. Sin hacer grandes méritos, el Charrúa se ponía en ventaja gracias al goleador del campeonato, que ahora acumula 19 conquistas.
El travesaño le impidió a Petrovelli gritar su segundo gol al minuto de juego del complemento, en la que sería la última jugada de peligro para Córdoba, por lo menos hasta los minutos finales.
Es que después el equipo de Vaquero se refugió todo atrás apostando al contragolpe y así fueron pasando los minutos, con Luján buscando el gol del empate con más voluntad que inteligencia y con el Charrúa esperando de contra. A los 41 minutos falló increíblemente Chiquito González delante del arquero y en tiempo cumplido, Petrovelli le erró al arco tras eludir al portero. De todas maneras no importaba de mucho.
Había que ganar como sea para terminar el año con una sonrisa. Y Petrovelli se encargó de darle esa alegría.