Este lunes el espacio Orgullo Rosario confirmó la fecha de realización de la histórica marcha del Orgullo: como todos los años será el primer sábado de octubre. En 2024 cae 5 de octubre, será la 18ª edición. El punto de partida es la Plaza Libertad (Pasco y Mitre) y estarán presentes las conocidas carrozas y las 40 organizaciones que forman parte de la mesa coordinadora.
Michelle Vargas, militante travesti y miembro de Orgullo Rosairo, habló con El Ciudadano sobre el anuncio: «Marchamos y celebramos y este año esperamos una mega marcha, esperamos miles y miles de personas. Necesitamos que la gente salga a la calles, necesitamos visibilizarnos y reconstruir el tejido social»
Vargas subrayó la importancia para el colectivo LGBTIQ+ (lesbianas, gays, travestis, intersex, queers, personas no binarias) de hacer una tarea de reorganización: «Necesitamos volver a hablar entre nosotres, volver a saldar esos puntos de diferencias para poder empezar a construir nuevas estrategias ante este gobierno que en los últimos siete meses arrasó de un plumazo con todas las políticas públicas e instituciones que tienen que ver con los derechos humanos, género y diversidad. Necesitamos reorganizarnos para poder atender a las necesidades de los pobres y la gente que vive en los barrios sin condiciones dignas».
«La política es una herramienta que cambia la vida de las personas y si esa herramienta no la usamos nosotras vienen otras personas y la usan por nosotras»
La militante estableció que son las tareas de «promoción de derechos y prevención de la violencia» las más afectadas a nivel estatal, por medio de la disolución de carteras y equipos de trabajo de ministerios, secretarías y direcciones.
En lo particular, le preocupa mucho el no cumplimiento del cupo laboral travesti trans, establecido por ley desde junio de 2021. En un país donde esta población tiene una expectativa de vida que no supera los 45 años y cuyo acceso a empleos formales es mínimo, esta política pública tenía esencialmente un carácter inclusivo y reparador para una parte de la ciudadanía que siempre estuvo excluida. «El cupo laboral salva vidas, tiene que restituirse», planteó.
Otro tema que convoca a la movilización de este año tiene que ver con el triple lesbicidio de Barracas ocurrido el pasado mayo: en realidad el ataque salvaje fue contra cuatro mujeres lesbianas que vivían en una pensión en el barrio porteño, tres de ellas murieron. El crimen no generó suficiente condena y no mereció la atención de ningún alto funcionario nacional.
Además, Argentina está registrando su peor récord en femicidios: hasta mayo, uno por día. Es en este contexto que preocupa a enormes sectores de la población el desmantelamiento y recortes de áreas que se ocupaban específicamente de atender a personas expuestas a estas violencias.
Esta semana se oficializó el despido del 85 por ciento de la planta del Ministerio de la Mujer. Según informó el gobierno nacional, esta cartera quedará absorbida por el Ministerio de Justicia y será una subsecretaría. Los casos que hasta hace días tomaba la Línea 144 ahora serán tomados por la Línea 149 del Centro de Asistencia a las Víctimas de Delitos.
«Necesitamos salir a la calle por todas las compañeras que se están muriendo por consumos problemáticos y que el Estado no está dando respuesta en cuestiones de salud, no hace ningún abordaje de salud mental. Tenemos que marchar por todas las personas que van al sistema de salud y no tienen su terapia retroviral ni su medicación oncológica ni para la diabetes. Tenemos que marchar por todas las personas que no tienen para comer y porque el Estado dejó de entregar medicamentos» enumeró Vargas en una lista de demandas que incluyen problemas que afectan a la comunidad toda, más allá de la población LGBTIQ+.
VI Encuentro Nacional LGTBIQNB+: poner el cuerpo contra la violencia y el odio oficial
De hecho, puntualizó que «si algo caracteriza al colectivo de la diversidad es que sus luchas son transversales a toda la sociedad»: «No marchamos solo por nuestros problemas. Pero otra cosa que nos caracteriza a nosotras, las disidencias, las pobres, es la organización, el entramado y saber pensar qué necesitamos para nosotres porque entendemos que la política es una herramienta que cambia la vida de las personas y si esa herramienta no la usamos nosotras vienen otras personas y la usan por nosotras«.
Vargas también se hizo eco de la enorme dificultad para pagar los alquileres que tienen cada vez más personas, «muchas tuvieron que volver a vivir con sus mamás y otras terminan en la calle»: «Necesitamos tener salarios que estén acordes a la calidad de vida y la inflación».
Sostuvo que para el colectivo de organizaciones que integran Orgullo Rosario es necesario marchar «para volver a humanizar la politica, humanizar la sociedad, humanizar la lucha. Este gobierno se ocupó de terminar de destruir el tejido social que tanto nos costó armar en los últimos años, la pandemia vino y destrozó, el gobierno vino a terminar de destrozar todo lo que quedaba en pie, instaló miedo, odio y discursos negacionistas y discriminatorios hacia nosotras».
«Hoy las disidencias, las diversidades, las mujeres y la población más pobre estamos sufriendo un montón de situaciones de precariedad y vulneración. Necesitamos pensar estrategias y repensar la política: ¿cómo la vamos a usar para que de una vez por todas empiece a cambiar este paradigma que nos va llevando a una crisis total donde cada vez hay más malaria, más pobreza y más hambre? Tenemos un sistema totalmente quebrado y roto por donde se lo mire».
Marcha del Orgullo Rosario: un espacio político y de resistencia
Finalmente, Vargas se refiriró al sexto Encuentro Nacional LGTBIQNB que tuvo lugar en la ciudad a mediados de junio. «En Rosario tenemos una organización sólida y siempre de alguna manera estamos en la agenda política del gobierno. Para el Encuentro vinieron miles de personas de todo el país. Pensamos y discutimos estrategias, compartimos cómo están viviendo la crisis en todas las provincias, tuvimos un mapeo más federal de lo que está pasando. Y se notaba que necesitábamos encontrarnos y reencontrarnos. Necesitamos darle continuidad a esta línea de organización ante este gobierno nacional que nos violenta, nos discrimina y nos deja sin trabajo«.
«Por los maestros, los abuelos, los niños, trabajadores, pobres y villeras: por todo el mundo vamos a salir a la calle», desafió.
Historia de las movilizaciones
Las marchas por el Orgullo existen desde el 28 de junio de 1970 en Nueva York, Estados Unidos, cuando se cumplió un año de una represión policial en el bar Stonewall Inn en el que hubo una resistencia masiva de parte de gays, lesbianas, travestis y drag queens. Poco a poco se fueron extendiendo a otras ciudades del mundo, sobre todo capitales.
En Argentina se hizo por primera vez en el invierno de 1992, en Buenos Aires, y más tarde se determinó que por las bajas temperaturas de junio esa movilización por el Orgullo se haría siempre en primavera, entre octubre y noviembre.
El año pasado en Rosario entre 70 y 80 mil personas marcharon y bailaron por las calles del centro rosarino. La marcha del Orgullo arranca en la Plaza Libertad —parte de la histórica zona roja donde muchas travestis sufrían hostigamiento de la policía— y termina con un festival musical en el Parque a la Bandera frente al Monumento.
