La Justicia condenó a un hombre de 40 años domiciliado en la ciudad de Santa Fe que durante al menos dos años simuló, incluso ante su familia, ser agente de Policía. Ernesto Gustavo Espíndola recibió la pena de 3 años de prisión y el pago de una multa en el marco de un juicio abreviado por distintos hechos, entre ellos el de haber causado lesiones en la salud psíquica de su pareja, un cargo inédito en el fuero Penal de la provincia.
La jueza Celeste Minitti convalidó el proceso por el que Espíndola admitió su responsabilidad en los cargos de robo, por la sustracción de un teléfono celular de un local comercial; estelionato, por haber ofrecido a la venta el aparato y otros objetos que pertenecían a su pareja y a la hermana de ella en sitios de venta de redes sociales, y usurpación de título por uso indebido de insignias o distintivos del cargo por la utilización de un uniforme e insignias de la Policía de Santa Fe.
Según informó el sitio Aire de Santa Fe, la causa se inició a partir la denunció de una mujer que había sufrido un robo de su teléfono el pasado 27 de junio en la plaza España, a una cuadra de la Terminal de Ómnibus de la capital provincial. La víctima relató que había pactado la compra de una celular de alta gama a cambio de un teléfono de menor valor, una bicicleta y dinero. Para ello se encontró ese jueves en una de las esquinas de la plaza con un hombre que vestía ropa de policía, quien se llevó su bicicleta y su teléfono sin darle nada y amenazándola con un arma.
Tras la denuncia del hecho se inició una pesquisa a cargo de detectives de la Policía de Investigaciones que hallaron en Marketplace el celular robado y pactaron una entrega controlada al día siguiente del hecho y con punto de encuentro en la misma plaza donde el falso policía cometió el robo. Se montó un operativo y agentes encubiertos capturaron a Espíndola, a quien le incautaron vestimentas con escudos de la Policía provincial, cuatro teléfonos celulares –uno de ellos propiedad de la víctima– y 300 dólares.
Puesto a disposición de la Justicia, los fiscales Ezequiel Hernández y Laura Urquiza detectaron que Espíndola durante por lo menos dos años se había hecho pasar por policía ante su pareja, con quien tiene una hija en común, y que además también le había robado un teléfono celular a quien era su cuñada.
El acuerdo alcanzado por el fiscal del caso, Ezequiel Hernández, del área de Violencia Institucional, y la defensora pública Virginia Balanda condenó a Espindola a una pena en suspenso, que se convertirá en prisión efectiva si comete otro delito.
