Enrique Genovar
Este 2 de agosto de 2024 será recordado como uno de los días más tristes para los hinchas de Central. Es que el ídolo dijo ¡basta! Miguel Ángel Russo cerró su quinta y, seguramente, última etapa en el club. Y lo hizo con grandeza, sin ventilar los verdaderos motivos de su renuncia, sin endilgar responsabilidades en otros, haciéndose cargo del presente. Lo que sí debe quedar en claro es que este final nada tiene que ver con problemas en su salud. Una muestra clara de que está de pie es que cuando habló con el departamento de prensa del club lo hizo sin boina, aquella que comenzó a utilizar cuando por el tratamiento a raíz de su enfermedad perdió el cabello. El técnico dejó ver sus canas, esas que muchos tratan de ocultar, pero que él las lució orgulloso porque volvieron a aparecer.
Russo, aquel que siempre le dijo que sí a Central y entendió como nadie la idiosincrasia del hincha canalla hoy dijo adiós.
Hay que entender que los procesos se terminan y que las relaciones se desgastan. Que en el fútbol mandan los resultados y los mismos no son contemplativos con nadie. Por eso es este adiós, sólo por eso.
Más allá de los octavos de final de Sudamericana, en lo que va del año Central perdió mucho más de lo que ganó. Y no hay que ponerse colorado a la hora de analizar de que Russo no le encontró la vuelta al equipo. Vuelta que sí pudo dar en diciembre pasado, en aquella noche calurosa de Santiago donde Miguelo tuvo su gran premio y se consagró como ídolo eterno.
Miguel siempre dio todo, incluso cuando su salud más deteriorada estuvo. El técnico, aquel que no se cansa de decir que tiene un “vínculo sobrenatural” con el fútbol dijo adiós. Pero no fue una etapa más la que culminó. Es que más allá del campeonato que logró en 2023, su participación en este proceso fue fundamental. Russo se la jugó y cuando Gonzalo Belloso lo fue a buscar le dijo sí. Y sin dudas su nombre hizo que las urnas, el día que la selección se consagró en Qatar, hayan rebalsado de votos de Raza Canalla.
Se fue Russo. Se fue uno de los técnicos más influyentes en la historia del club. Un tipo sabio, inteligente y pícaro. Un entrenador que siempre estuvo y nunca le dio la espalda a Central. Que en 2013 lo devolvió a primera y que en 2023 le dio una nueva estrella. A pesar de que es un hijo futbolístico de Estudiantes, Miguel adoptó al Canalla como un gran amor. Un amor que con el correr de los años fue recíproco, un amor que desde hace ya un tiempo se transformó en eterno.
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