Un tiempo para cada uno y las cosas quedaron a mano. Argentino y Central Córdoba se repartieron protagonismo y puntos, ya que el Clásico del Ascenso terminó 1-1 en barrio Sarmiento, en el marco de la quinta fecha del Torneo Clausura de la Primera C.
En un José Martín Olaeta colmado por casi tres mil fanáticos, la paridad se dio desde el principio porque los dos tenían la obligación de ganar para mejorar este magro inicio de certamen, luego de haber sido protagonistas en la primera parte de la temporada.
Con relación al juego en sí, las primeras aproximaciones fueron al arco visitante con centros y pelota parada, que complicaron al portero Nacho Colombo y a la defensa azul.
Sin embargo, la llegada más riesgosa fue para el Charrúa, con un remate de Facundo Marín desde fuera del área, que tapó el arquero Gastón Fernández y en el rebote, Agustín Príncipe cabeceó afuera.
Pero minutos después llegó el primer grito de la tarde. A los 31 minutos, Marín agarró la pelota y encaró para el arco, disparó y tras un leve desvío en la marca, la pelota se coló por encima del 1 albo. Ventaja para la visita y delirio en la tribuna de calle Mazzini.
En el complemento, la acción siguió siendo pareja pero con dos posturas muy claras. El Salaíto yendo con todo por el empate y el Charrúa, parado atrás y listo para salir de contra a liquidar la historia.
Tuvo alguna chance el Matador, pero falló en la puntada final. Los albos, por su parte, llegaron al empate con una pelota parada aunque el mismo fue anulado por posición adelantada, una jugada muy protestada por el banco y toda la afición local.
Sin embargo, cuando el local ya estaba todo arriba con los cambios que lo adelantaron en la cancha y la visita no podía estar más atrás, llegó la paridad al marcador.
Otra pelota parada, la precisa ejecución de Juan Cruz Vega y por el segundo palo apareció Lucas Zapata para empujarla y decretar el 1-1 final.
Los dos quisieron pero no pudieron quedarse con el triunfo. Fue parda en barrio Sarmiento, que deja a los dos con la bronca que pudieron ganarlo, aunque al Salaíto le permite cerrar la temporada de regreso a la C sin perder el Clásico, luego de ganar 2-0 la ida en el Gabino Sosa y con este 1-1 como local.
El marco fue espectacular
Los hinchas demostraron ser lo mejor de este Clásico. Sin inconvenientes ni en la previa o post partido, las dos parcialidades le brindaron al Olaeta una de esas tardes que se recordarán por mucho tiempo.
Con mucho colorido desde temprano y las dos hinchadas cantando todo el cotejo, el Clásico que no tuvo tantas emociones dentro de la cancha se brindó por completo afuera.
Además, el fútbol rosarino le demostró a todos que puede darse una fiesta con las tribunas llenas y sin incidentes. Un ejemplo para imitar en el ascenso y en Primera División.
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