Este viernes 9 de agosto, a las 20.30, en el Teatro Príncipe de Asturias del Centro Cultural Parque de España, se estrenará Anatomía del tango (danza-teatro), que contó con la Beca a la Creación Grupal del Fondo Nacional de las Artes. La puesta de la obra es de Tiemblan las Baldosas, un grupo rosarino independiente dirigido por Eugenia Calligaro desde 1998. A la obra la componen cuatro historias y el tango constituye el eje: el mito del compadrito en un texto de Borges; la danza del abrazo; las mujeres del tango y la esencia humana de lo diverso en lo que hace a la cuestión de género; y finalmente, una visión, en el canto y en ciertas imágenes, sobre el paso del tiempo, la locura y la muerte.
Es un transcurrir en que se tensan el drama y el humor. Lo popular y lo contemporáneo conviven en sus especificidades y por momentos se entrelazan. Los artistas participantes provienen de diferentes lenguajes como el teatro, el tango, la danza contemporánea, el flamenco, el canto. Las mencionadas trayectorias artísticas tiñen de una estética particular las características y conflictos vividos por los personajes.
Una estética onírica atraviesa las escenas, en un crescendo que culmina en coro final. En los últimos 30 años el tango está viviendo un proceso de resurgimiento en Argentina y a nivel internacional. A tono con el devenir histórico de revalorización de esta expresión popular (el tango fue declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2009) surge la instancia creativa de Anatomía del tango, en un proceso de elaboración de su estructura narrativa y propuesta estética que llevó siete años de maduración. A continuación su directora –también bailarina y coreógrafa– Eugenia Calligaro detalla, entre otras cuestiones, la génesis, intenciones y características de Anatomía del tango.
Sobre cómo surge esta obra, si es un trabajo grupal y por qué el título de “Anatomía del tango”, Calligaro apunta: “Esta obra surge como modo de aferrarme a la vida, a lo creativo, en un momento muy difícil en que yo estaba atravesando una enfermedad grave, con varias cirugías de por medio. Pero tuve el buen tino de poner el foco en la creación de la estructura narrativa de Anatomía del tango, actividad que me apasionaba y que implicaba poner toda mi atención en algo ajeno a la enfermedad. Y creo que fue un buen camino que acompañó el proceso de cura. Recién ahora me doy cuenta de la relación de esta situación con la palabra “anatomía” presente en el título de la obra. Entonces, si bien el guion me pertenece, la creación que encaramos desde hace más de un año con los artistas del grupo de danza-teatro Tiemblan las baldosas, es grupal, es un verdadero trabajo en equipo”.
Es evidente entonces que “Anatomía del tango” tiene una elaborada estructura narrativa y una clara propuesta estética, ¿Cuáles serían? “La obra tiene una introducción –que es un pequeño homenaje a las pioneras de la danza-teatro en nuestro país como fueron Marta Subiela y Ana Itelman– y un final, ambos corales; entre estos dos puntos hay cuatro escenas bien puntuales: la narración del cuento de Borges “Hombre de la esquina rosada”; una escena que transcurre en el contexto de la milonga, donde el encuentro amoroso que significa la danza del abrazo contrasta con un personaje que transita la soledad más profunda; una visión particular sobre las mujeres del tango; y finalmente el canto con guitarra que se sitúa metafóricamente en el encuentro de dos amigos en el patio de una casa de barrio”, señaló la también bailarina.
La obra se apoya en uno de los relatos más emblemáticos de Borges, que justamente hace hincapié en el mito del compadrito, ¿qué se trabaja del cuento y cómo en la puesta? “El cuento de Borges está plasmado en un títere sobredimensionado –aludiendo al carácter mítico del compadrito– que se relaciona con el texto desde lo rítmico del relato, pero también con una relación de sentido con lo narrado, que intenta evocarlo sin ser literal. El personaje del compadrito va mutando, saliendo de su cáscara, deviniendo en otro personaje, que por ahora no vamos a develar”, destaca Calligaro.
En “Anatomía del tango” se mencionan la esencia humana, el paso del tiempo, la locura y la muerte, ¿habría una intención de integralidad en trabajar las problemáticas de la existencia? La directora responde que “tal vez esa intención vaya de la mano con las temáticas presentes en las letras de tango, a lo largo de su historia, que sin duda han plasmado esas problemáticas”.
Los artistas participantes de la puesta provienen del teatro, el tango, la danza contemporánea, el flamenco, el canto. Acerca de cómo fue ensamblar esos lenguajes en un objetivo común y qué riqueza le aportó a la puesta, Calligaro lo precisa del siguiente modo: “Los lenguajes de base de los personajes –teatro, tango, danza contemporánea, flamenco, canto– no constituyen un eclecticismo arbitrario, sino que son una decisión estética vinculada a las necesidades de los conflictos vividos por los personajes, actores-bailarines que se mueven como les demandan los estados transcurridos por cada uno de ellos. Así, por ejemplo, «la milonguera valiente que se arriesga a planchar toda la noche todas las noches», expresa la rebelión producida por la angustia de su soledad golpeando fuertemente el piso con sus pies, y esos golpes se multiplican y devienen en una danza, en que la técnica flamenca es una herramienta al servicio de la poesía”.
Seguidamente, la coreógrafa expresó que “sin haber sido mi intención primera, la exploración de la problemática de género está presente a lo largo de toda la obra, desde el tratamiento de la figura masculina del mítico compadrito de Borges, en un planteo de lo hegemónico heteronormativo; hacia una revisión del rol femenino que deviene empoderado por el tratamiento de las mujeres del tango y «la novia ausente». Finalmente, la diversidad de género es planteada hacia el final de la obra, en el triángulo amoroso, en una danza guiada por el hermoso tema «Kicho» de Piazzolla, que modifica el repetido modelo de dos hombres que se disputan el amor de una mujer. Aquí, tanto lo narrativo de los vínculos como el aspecto formal de la danza –hombre que «lleva» a la mujer transformado en la práctica del «cambio de roles»– se presenta como propuesta discursiva y fundamentalmente como práctica corporal que abre todo un campo de material simbólico sobre relaciones sociales igualitarias e inclusivas”.
Los intérpretes-creadores de Anatomía del tango son Florencia Alonso, Cecilia Benzoni, Patricia Ghisoli, Germán Ruiz Díaz y Paula Valdés; el cantautor es Juan Iriarte, quien también hace la música original; el texto “Hombre de la esquina rosada” es de Jorge Luis Borges y está narrado por Carlos Resta; la música pertenece a Armando Pontier y Astor Piazzolla; del vestuario estuvo a cargo Lorena Fenoglio; de los objetos escénicos, Guillermo Haddad; la edición sonora es de Tristán Sarrabayrouse y Santino Resta y el diseño de luces de Helena Vittar. Anatomía del tango es una creación grupal de Tiemblan las baldosas. Como coreógrafos invitados trabajaron Nuria Lazo y Federico Ibáñez (premiados en el Festival Internacional de Tango de Buenos Aires), y el guion y la dirección es de Eugenia Calligaro. La obra cuenta con el apoyo del Fondo Nacional de las Artes, del C. C. La Casa del Tango, del C. C. Casona y del C. C. Parque de España.