Los últimos datos de empleo que publicó la secretaría de Trabajo de la Nación exhibieron una nueva caída que suma siete meses consecutivos de pérdidas netas de puestos de trabajo privado. El dato no discrimina sectores, aunque construcción e industria aparecen como los más perjudicados. En paralelo, quedó de manifiesto que la contratación de personal durante junio superó apenas los niveles de la crisis de 2002 y de la pandemia en 2020.
El equilibrio en las cuentas que intenta mostrar el gobierno nacional y la desaceleración inflacionaria que festejan en Casa Rosada, choca contra algunos datos que ponen de manifiesto cuál es hoy una de las mayores preocupaciones en la sociedad argentina. Más allá de la macroeconomía, existe una micro deprimida por la pérdida del poder adquisitivo acumulada y la caída de la demanda que golpea la producción y el empleo.
Santa Fe no es ajena a esta realidad y los números también lo ratifican. Los últimos datos oficiales del Sistema Integrado Previsional Argentino (Sipa), que para la región abarcan hasta mayo incluido, aseguran que desde diciembre se perdieron 14.700 puestos privados. Esto implica una contracción interanual del 2,5% y del 0,3% respecto al mes previo, con importantes pérdidas en construcción e industria y relativa estabilidad en comercio.
Desde el gobierno provincial consideran que todavía no se trata de una situación sin retorno, y hacen hincapié en que las firmas de la región que contienen la mayor cantidad de empleo están haciendo lo posible para retener a su personal. De hecho desde el Ministerio de Producción santafesino están llevando adelante políticas como la Mesa de Petróleo, Gas y Minería que intenta reconvertir la producción para aprovechar la implementación del Rigi y sortear la caída de la demanda interna.
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Números oficiales
En junio de 2024, de acuerdo a la información que brinda la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), el nivel de empleo privado registrado en empresas (de más de 10 personas ocupadas) del total de los aglomerados urbanos relevados presentó una contracción de 0,2% en relación con el mes de mayo. Con esta variación, se verifican —en los principales aglomerados del país— siete meses consecutivos de caída neta del empleo, y se acumula una reducción de 2,4% desde noviembre de 2023. A la vez, se consolida la tendencia de desaceleración de la caída que se observa en los últimos meses, ya que en marzo fue de -0,5%, en abril -0,4% y en mayo -0,3%.
Todos los sectores experimentaron contracción del empleo registrado, excepto Comercio, restaurantes y hoteles y Servicios comunales, sociales y personales, cuya dotación de personal se mantuvo constante en relación con el mes pasado. El empleo en la industria manufacturera mostró una contracción significativa (-0,5%), y registra el quinto mes consecutivo de caída. Por su parte, el sector de la Construcción continúa presentando la mayor contracción mensual (-0,7%), consolidando también la desaceleración de la caída en relación con los meses anteriores. El resto de los sectores tienen caídas de 0,2%, que también resultan menores a las del mes pasado.
A los datos de pérdida laborales, se le suma otro preocupante, que tiene que ver con el bajo nivel de contrataciones. Las incorporaciones de personal, medidas a través de la tasa de entrada, se redujeron en junio con relación al mes pasado y con respecto al mismo mes de 2023, acentuando la tendencia contractiva observada en meses anteriores. Solo en plena crisis en junio de 2002 (1%), y en junio de 2020 por influencia de la pandemia (0,7%), las incorporaciones tuvieron un nivel inferior al actual. En términos interanuales, la tasa de entrada tuvo una contracción de 0,7 puntos porcentuales.
Por su parte, las desvinculaciones de personal (desvinculaciones con relación a la dotación inicial) muestra también una caída en relación con el mes pasado (1,7%) y con el mismo mes del año anterior (1,8%). Al igual que la tasa de entrada, la de salida se encuentra en valores muy bajos en términos históricos.
Por último, los datos oficiales también expusieron un fenómeno creciente en empresas afectadas por la crisis. El porcentaje de empleo suspendido muestra una tendencia creciente en el último año. En junio de 2024 alcanza a 1 de cada 100 trabajadores, exhibiendo valores que resultan relativamente altos en relación a los meses de junio de años anteriores. Solo durante los meses de junio afectados por la pandemia las suspensiones tuvieron un mayor nivel al actual.
El porcentaje de empresas que aplicaron suspensiones fue del 5,9% en junio de 2024, el registro más alto del último año y similar a los años previos a la pandemia.