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Más que palabras

Implementar modelos pedagógicos inclusivos no sólo estimula la innovación y democratización de los saberes, sino que se adapta a las necesidades individuales sin desoír las colectivas

Especial para El Ciudadano

La educación pública es una herramienta de transformación por antonomasia. Garantiza que todas las personas, más allá de las particularidades y/o condiciones que la atraviesen, accedan al ejercicio y cumplimiento de unos de sus derechos fundamentales. Esto no sólo estimula la igualdad de oportunidades, sino que reconoce en la diversidad, propia de la humanidad, como un aspecto enriquecedor para el proceso educativo. Este posicionamiento es esencial para contribuir a la construcción de una sociedad más equitativa y justa, sobre todo en tiempos tan convulsionados como los actuales. Implementar modelos pedagógicos inclusivos no sólo estimula la innovación y democratización de los saberes, sino que se adapta a las necesidades individuales sin desoír las colectivas.

En contextos donde parece que los derechos fueran privilegios, las acciones concretas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) en función de la educación inclusiva, se enfocan en acciones puntuales que alojan a distintos colectivos. Es en este sentido que, desde hace más de un año, la Universidad Pública cuenta con un plantel de intérpretes de Lenguas de Señas Argentina (LSA). El objetivo, que va en consonancia con los principios rectores de la UNR, es accesibilizar los trayectos formativos para estudiantes sordos usuarios de LSA. La gestión de la incorporación de los y las intérpretes dependió del Programa de acompañamiento institucional para estudiantes con discapacidad, Coordinado por la Ps. Ana Balbo, que depende de la Dirección de Inclusión y Accesibilidad, a cargo de la Lic. Miriam Bidyeran, anclada en el área de Derechos Humanos, cuya Secretaria es la Lic. Paula Contino.

Contino nos comparte sus reflexiones en función de esta acción puntual: «Asumiendo el compromiso de su misión histórica y contemporánea frente a la comunidad que nos da sentido a nuestro quehacer, la Universidad Nacional de Rosario reconoce que la educación superior es un derecho humano y un bien público y social, y en consecuencia su tarea se orienta a garantizar ese derecho desde una mirada plural, diversa e inclusiva”. Hospedar esa diversidad, que nos constituye en tanto familia humana, requiere una mirada atenta y sensible en los procesos de enseñanza-aprendizaje para alojar a las personas que decidan ser estudiantes universitarios. En este sentido, es vital seguir orientando nuestras políticas académicas e institucionales hacia respuestas flexibles, imaginativas y de calidad, que sean receptivas de la población universitaria en términos colectivos y singulares.

Ana Balbo nos explica sobre los orígenes del proyecto: “comenzó desde la Dirección de Inclusión y Accesibilidad a partir del relevamiento de barreras que encontraban los estudiantes sordos, lo cual es central al momento de pensar en inclusión. Muchos actores conjugaron para poder hacer realidad este hecho histórico para la Universidad. Se destinaron fondos, se articuló con diferentes áreas de nuestra casa de estudios, con las unidades académicas, en definitiva, se implementó como una política educativa para que la universidad sea más accesible.” La Coordinadora del programa asume que aún hay muchas barreras por superar y eliminar, y resalta “a un año de la aprobación de la Ley 27710, Lengua de Señas, la Universidad ya cuenta con intérpretes de lengua de señas dentro de su de su staff profesionales, esa es una conquista enorme”. (ver texto completo ley)

Actualmente cursan 6 estudiantes sordos usuarios de lengua de señas, en las carreras de Bellas Artes, Administración de Empresas, Derecho y el Programa “Segunda Vuelta” (secundaria virtual). Continúa Balbo, “hay más estudiantes con discapacidad auditiva en el resto de la universidad, pero usuarios de lengua de señas que necesitan del acompañamiento intérprete son estos seis alumnos”. La articulación e implementación no ha sido fácil, sin embargo, los desafíos se fueron superando al tener en claro el objetivo de los diferentes equipos de trabajo, tanto personal de gestión, funcionarios, docentes y no docentes. Por último, la Coordinadora del Programa nos cuenta: “tenemos el privilegio de estar frente a un proyecto novedoso para la UNR, es una primera experiencia y es una alegría garantizar derechos. Se han abierto las puertas de la universidad Pública para para la comunidad sorda y pretendemos seguir trabajando y construyendo desde este punto como base. Me encantaría que cada vez haya más estudiantes sordos, que cada vez podamos generar más posibilidades de acceso. Sabemos que solo con la presencia de intérpretes no derribamos todas las barreras que se le presentan a las personas sordas en la vida Universitaria, pero mí es una enorme satisfacción comenzar a dar estos pasos cruciales, ya que estamos frente un momento histórico”.

La universidad pública desempeña un papel fundamental en la consolidación y el desarrollo de la democracia. Es un espacio de encuentro, debate y producción de conocimiento que contribuye a formar ciudadanos críticos, responsables y participativos. Aloja a la diversidad, contribuye en los trayectos de vida, da un sentido individual y colectivo. Su relevancia social impacta en lo diario, en lo subjetivo, pero también en lo macro y colectivo. “En el caso particular de los estudiantes con discapacidad, reflexiona Paula Contino, los desafíos asumidos y, los que vendrán, nos señalan que la tarea es enorme y permanente en términos de aprendizaje institucional a fin de consolidar y profundizar las políticas de convivencia en múltiples sentidos. Estamos convencidos que la democratización del conocimiento es el umbral necesario para el desarrollo de nuestra comunidad; porque sin dudas la educación nos hace libres y nos ofrece la extraordinaria posibilidad de elegir y de escribir otras biografías que corran el margen de lo posible hacia lo deseable».

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*Licenciada en Ciencia Política (UNR), militante por la diversidad corporal, anticapacitista, docente universitaria en UGR, trabajadora en la Secretaría de DDHH de la UNR. IG: @romina.sarti

 

 

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