Ciudad

Avenida Colombres

Se derrumbó el espigón Maciel en la zona norte de la ciudad

El hecho ocurrió en la mañana de este martes. Se había convertido en un basurero clandestino


Gentileza: rosario3.com

Pese a las innumerables reclamos de los clubes de la costanera norte, una parte del deteriorado espigón “Maciel”, ubicado en avenida Colombres al 1200 y lindante con los clubes náuticos Yacht y Cirse (Asociación Mutual del Círculo de Suboficiales del Ejército), se derrumbó este martes por la mañana.

Pese a su privilegiada ubicación hace años que la zona está abandonada y sin mantenimiento de la infraestructura.

De manera irregular se estaba convirtiendo esa franja costera en un basural. Los residuos, en parte volcados por camiones, empezaron a presionar sobre la galería de sustentación sobre pilotes de hierro carcomidos, y por el peso empezaron a quebrar los caños.

Piden al municipio que también garantice la flora y fauna del Delta y las islas del Paraná

Se trata de un terraplén de aproximadamente 150 metros de largo por hasta cuatro de ancho pensado como paseo público que ya tiene historia respecto de su estructura en peligro. En la tarde del 4 de marzo de 2018, un domingo, se desplomó parte de su base y barandas, afectando a dos embarcaciones amarradas del Club de Velas. En ese momento, se alertó sobre posibles nuevos desprendimientos si no se apuntalaba la estructura.

Las autoridades de los tres clubes que tienen contacto con el espigón (Club de Velas, Amistad Marina y Cirse) amarran más de 200 embarcaciones en la caleta formada por el terraplén, levantado durante la última dictadura militar. El paseo estuvo abierto al público hasta comienzos de 2000, cuando fue clausurado por, precisamente, los problemas estructurales que ya eran evidentes. Desde entonces se sucedieron los reclamos y las consiguientes promesas de diferentes gestiones locales para recuperar ese privilegiado mirador sobre el río Paraná.

En 2014 el Ejecutivo municipal de entonces anunció una reparación con presupuesto entonces de 40 millones de pesos, pero las obras –previstas para el año siguiente– nunca comenzaron y el lugar se convirtió en una potencial trampa para quienes, a pesar de las rejas que obturan su ingreso por calle Maciel, se internan en el espigón para pescar y en algunos casos utilizarlo como provisoria morada.

 

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