El Ciudadano
El Instituto Nacional de Estadística y Censos difundió este jueves los indicadores de pobreza e indigencia del primer semestre del año, el primer período que corresponde enteramente al gobierno del presidente Javier Milei, y los números son tan desastrosos como explosivos: el 42,5% de los hogares no cuenta con ingresos suficientes para acceder a una Canasta Básica Total. Esto se traduce en que el 52,9% de las y los argentinos están por debajo de la línea de pobreza. Pero una buena parte de ellos no accede siquiera a la Canasta Básica Alimentaria: ya a casi 2 de cada 10 argentinas y argentinos, (el 18,1) no les alcanza para comer. En la comparación con el último semestre de 2023, la caída en la ruina aumentó significativamente: “La incidencia de la pobreza registró un aumento tanto en los hogares como en las personas, de 10,7 y 11,2 puntos porcentuales”, dice el informe del Indec. Y completa: “En el caso de la indigencia, mostró un aumento de 4,9 puntos porcentuales en los hogares y de 6,2 puntos porcentuales en las personas”. En ese marco, el informe del Indec desglosado por región y aglomerado urbano, apunta que la situación en el Gran Rosario es mejor que el promedio nacional, salvo en pobreza extrema; pero el Gran Santa Fe, aun con menos indigencia, está al horno. A nivel local el 46,8 por ciento de la población está en la pobreza, y el 18,2 en la indigencia; en la capital provincial y su región la pobreza escala al 59,8%, con una indigencia menor, del 16,4%. De igual modo, la cifra impacta fuerte por población total: en Rosario y la región viven en la pobreza 632.212 personas, y 245.946 viven en la indigencia. Y en Santa Fe y su región, 329.123 personas viven en la pobreza y 90.326 en la indigencia.
El Indec difundió este jueves resultados de la Encuesta Permanente de Hogares, que abarca a los principales aglomerados urbanos del país. Son 31 en total, correspondientes a seis regiones: Gran Buenos Aires, Cuyo, Noreste (NEA), Noroeste (NOA), la Región Pampeana y la Patagonia. La muestra abarca a una población total 29.642.489 personas y está constituida en 10.154.679 hogares, pero sus resultados se extrapolan a todo el país, con sus 47 millones de habitantes. En el informe de Condiciones de vida, cada hogar tiene en promedio 3,64 integrantes entre quienes están en la pobreza, y más miembros entre quienes están en la indigencia, 3,9 personas, los números estadísticos que reflejan los hogares en la Argentina.
Así, a nivel nacional la Canasta Básica Total cuesta, en promedio de todas las regiones, 709.318 pesos, pero el ingreso familiar promedio para el 42,5% de los hogares $407.171. Alcanzan a cubrir un 57,4% de los bienes y servicios esenciales, en los que se incluyen vestimenta, educación y otros gastos. Pero para el 13,6% de los hogares el ingreso promedio es de $232.453, y no les alcanza para comprar la Canasta Básica Alimentaria, que sólo incluye comida: su costo promedio es de $349.073.
En ese contexto, el Indec explica que “la incidencia de la pobreza y la indigencia resultan de la capacidad de los hogares de acceder a la Canasta Básica Alimentaria y a la Canasta Básica Total mediante sus ingresos monetarios”. Y desde la medición del último semestre de 2023:
- En promedio, el ingreso total familiar aumentó un 87,8%.
- Las canastas regionales promedio aumentaron 115,3% (CBA) y 119,3% (CBT).
Por ello, los ingresos crecieron a un nivel inferior respecto al valor de ambas canastas. “Así, ambas tasas, pobreza e indigencia, presentan un incremento en el presente semestre, en relación al semestre anterior”.
Yo no fui
Con cifras categóricamente peores al último tramo del gobierno de Alberto Fernández y el entonces ministro de Economía, Sergio Massa, la gestión actual respondió con una maniobra evasiva y sin anuncio alguno de políticas específicas para atender la situación, que atribuyó a “consecuencia, por supuesto, de el populismo que ha sometido a la Argentina a tantos años de desgracias y devastación”, al decir del vocero presidencial, Manuel Adorni.
El portavoz Adorni se apuró a adelantar, en conferencia de prensa horas antes de la difusión del informe del organismo estadístico, que “seguramente” los números iban a ser tétricos. Pero no por las políticas aplicadas por la gestión que integra: “El gobierno heredó –lo he dicho muchas veces– una situación desastrosa. La peor herencia que recibió un gobierno en democracia”, dijo Adorni. No conforme, se fue “un poquito más para atrás”, y concluyó: “Probablemente sea de las peores herencias recibidas en la historia argentina”.
La explicación del vocero Adorni muestra, en el mejor de los casos, la dificultad de la gestión de Milei, para revertir la situación que recibió. En cuanto a resultados, ya que el rumbo lo cambió en todos sus órdenes. Pero en el peor de los casos, fueron precisamente esos golpes de timón en cuanto a devaluación de la moneda, aumento de bienes servicios, suba de transportes, anclaje a las jubilaciones, topes salariales, clausura de la obra pública, cierres de áreas y programas estatales, y más, lo que precipitaron el salto de pobreza en indigencia.
La evolución del indicador muestra una aceleración a espejo del derrumbe de la actividad económica: en los 31 aglomerados urbanos la pobreza midió 40,1% en el primer semestre de 2023, 41,7 por ciento en el segundo semestre del año pasado y 52,9% en el primer semestre de 2024. Un derrumbe sideral.
Y entre primer semestre de 2023 y primer semestre de este año, la indigencia prácticamente se duplicó: pasó de 9,3% a 11,9% en los dos semestres del año pasado, y de ahí saltó al 18,1% en los primeros seis meses de 2024.
El Gran Rosario reflejó el mismo comportamiento: 33,5% de los habitantes en la pobreza en el primer semestre de 2023; 36,6% en el segundo semestre de 2023 y derrape al 46,8% en este año. Y en el Gran Santa Fe, en los mismos períodos, del 43%, al 48,9% y de ahí al inviable 59,8% de pobreza.
En tanto, la pobreza extrema (indigencia) en el Gran Rosario en un año se triplicó: pasó del 6,2% al 13,2% en 2023, y de ahí al 18,2% actual.
Y en el Gran Santa Fe la caída estrepitosa, al igual que en Rosario, se dio entre el primer y el segundo semestre del año pasado: pasó de 10% de los habitantes, al 15,3% y al actual 16,4%.
Los únicos privilegiados
Las distintas situaciones de pobreza se reflejan con más agudeza en niños y niñas: la población de entre 0 y 14 años representa un 22,7% del total. Y de ellos, el 27% son pobres indigentes, y el 39,1% pobres no indigentes. En total, el 66,1% de los más chicos está en la pobreza o directamente en el hambre. Sólo uno de cada tres niños y niñas (33,9%) no es pobre en la Argentina.
Y en cuanto a adolescentes y jóvenes, la franja etaria de 15 a 29 años, el 60,7 por ciento está en la pobreza; con 39,4% de pobres no indigentes y 21,2% en la indigencia.
Ambas franjas suman casi la mitad de la población del país, el 45%, la mayor franja, con adultos de 30 a 64 años representando el 42,6% de los habitantes y la quienes tienen 65 años o más, el 12,3 por ciento.
Frente a la situación, no hay ningún indicio de elaboración de políticas públicas a nivel nacional destinadas a las infancias para remediar la situación. El vocero Adorni se excusó sosteniendo que la mejora viene en camino por lo ya hecho y lo que va a continuar haciendo la gestión de La Libertad Avanza. “La gente votó al presidente diciendo que su principal objetivo era bajar la inflación ordenando la macroeconomía. Y siempre dijimos que 2024 iba a ser peor que 2023”, consideró el portavoz.
Agregó que el gobierno “hace todo para que cambie”, la situación. “De hecho hace cuatro períodos que el salario comenzó a recuperarse”, insistió con una realidad impalpable, para volver a cargar tintas sobre la gestión anterior: “Nos dejaron implantadas un montón de bombas que iban a afectar la actividad y también a los salarios reales y a la inflación”. Así, la fórmula es: “A la Argentina la han despedazado y reconstruirla lleva tiempo”.
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