Días atrás, el portal Aire de Santa Fe se hizo eco de la denuncia de Diego Solís, reconocido docente de la localidad de Progreso, provincia de Santa Fe, quien contó que a su hija de 10 años le entregaron un libro de literatura erótica en la biblioteca de la Escuela N° 341 “José María Paz”. El caso llegó a la Legislatura provincial, desde donde pidieron explicaciones al Ministerio de Educación.
Según describió el papá, la situación fue tan traumática que generó severas consecuencias en el estado de salud físico y psíquico de la menor de edad. Crisis de llanto, insomnio y pérdida de control de esfínteres fueron algunos de los síntomas que describió. “Mi hija tuvo pesadillas. Volvía de la escuela llorando, sin ganas de comer, con dolores de cabeza y garganta. Hasta que le contó a una amiga que estaba triste porque ‘había leído un libro que no tenía leer”, explicó la semana pasada Diego Solis en diálogo con Aire de Santa Fe.
Al mismo tiempo, el papá aclaró que lo único que buscaba con la difusión del caso es que no se vuelva a repetir y evitar que otra niña o niño pueda vivir una situación tan desesperante. “Quiero aclarar que yo no estoy ensuciando a la escuela ni a ningún directivo. No quiero que echen a nadie, ni que suspendan a nadie. Solo quiero que la educación cambie, porque estas cosas no pueden pasar”, señaló.
El caso incluso alcanzó repercusión nacional y ahora la Legislatura de Santa Fe decidió intervenir a través de un pedido de informes. Pidieron se detalle si las autoridades de la escuela registraron quejas o cuestionamientos al material disponible en la biblioteca, y si ocurrió se informó a las autoridades del Ministerio de Educación.
El pedido de informes lo presentó la diputada Natalia Armas Belavi del bloque Vida y Familia, quien además solicitó conocer si se realiza de forma periódica un relevamiento preciso del material bibliográfico existente en las bibliotecas de los distintos institutos educativos y su pertinente clasificación según materia, edad o nivel de formación del niño, niña o adolescente; como así también, la existencia de un listado de las obras disponibles al que pueda acceder el público en general.
El pedido de informes se fundamenta “en el derecho que debe garantizarse a todos los niños de recibir educación respetuosa de su nivel de madurez, que lo forme y enriquezca, para llegar a ser adultos sanos y responsables; según lo establece la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, ratificada por ley en nuestro país desde el año 1990; actualmente de rango constitucional desde 1994”, completó la diputada.
Qué decía el libro erótico
La obra que sacó la pequeña de la biblioteca escolar fue el libro “Dos Monstruos”, del escritor Juan Revol, incluido en la colección “Leer es Futuro”, que fue distribuida por el Ministerio de Cultura durante la presidencia de Cristina Kirchner en escuelas, bibliotecas populares y organizaciones sociales.
Diego Solís contó que se enteró de la situación cuando un nene le advirtió que su hija estaba leyendo un libro con “malas palabras”. El hombre no le dio mayor importancia, pero esa misma tarde, en la plaza del pueblo, su hija le preguntó qué eran los ovarios. En ese momento, recordó lo que le había dicho el nene horas antes, le preguntó que estaba leyendo y la respuesta lo dejó pasmado.
“Me dijo que era sobre un nene que se arrodillaba, se puso un dedo en la boca y le dio vergüenza seguir hablando”, relató. “Le pedí que me lo trajera y decía cosas aberrantes, degeneradas, pervertidas, pornográficas. Algo gravísimo”, detalló Solís.
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