Luego del multitudinario velatorio que comenzó el martes y se extendió hasta media mañana de este miércoles, los restos del ídolo canalla fueron trasladados al cementerio de Granadero Baigorria para su eterno descanso.
Pero antes, el féretro fue llevado al rectángulo de juego donde se inició el recorrido del cortejo fúnebre.
Los últimos minutos que se vivieron en el estadio fueron muy emotivos. Es que una vez finalizado el velatorio el féretro fue trasladado al campo de juego del Gigante mientras de fondo un grupo de percusión y trompetas entonaba los acordes de la marcha de Rosario Central.
En la mitad de la cancha lo esperaba la Copa Conmebol que obtuvo Central con el Negro como estandarte en 1995. Luego de permanecer unos minutos en el campo que lo vio hacer sus mejores hazañas y mientras los hinchas que estaban en la platea del río entonaron el tradicional “olé, olé, olé, Negro, Negro…”.
El féretro fue ubicado en un vehículo de la casa mortuoria y tras dar un recorrido por el césped del Gigante comenzó el trasladado a la ciudad vecina y para su eterno descanso. Los restos fueron despedidos del estadio con un cerrado aplauso a modo de despedida de todos los presentes.