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Gema: la historia de una fábrica que marcó vidas y fue pionera en la industria agrícola

Funcionó en Córdoba 5856 hasta 1992, donde luego se instaló el complejo de cines Village. Fue una fábrica de cosechadoras que empleó a 500 trabajadores y hasta mantuvo una escuela técnica por la que obtuvo varios reconocimientos internacionales

Gema es el nombre de una fábrica de cosechadores que funcionó en Rosario hace algunos años. Una industria pionera en el país y reconocida a nivel mundial. A Gema, cuyas siglas continúan siendo Grandes Establecimientos Metalúrgicos Argentinos, la fundaron cuatro personas. Llegó a tener una escuela de oficios. La historia, contada a través de la nieta de uno de los precursores de la firma, está marcada por las emociones y las anécdotas.

Foto: Franco Trovato Fuoco

 

Carola Valenti es la nieta de don Luis Valenti. Un italiano que se vino de un pueblito de Sicilia a Rosario. Se estableció en la ciudad siempre vinculado con la mecánica y metalurgia. En 1910, junto con un socio español, Manuel Torres, fundaron un taller ubicado en el barrio Arroyito, muy cerca de la cancha de Rosario Central.

Foto: Franco Trovato Fuoco

 

Pasados los años ’40 y junto con otra firma, Baronio y Melquiot, fundaron Gema, una firma señera en el desarrollo agrícola en Argentina. Tan así, que fue merecedora de distinciones a Valenti de parte de los gobiernos italiano y argentino. “Él recibió la Orden del Libertador San Martín por su aporte a la industria y el gobierno de Italia lo condecoró con el título de Cavaliere y de Comendatore”, repasó Carola, quien atesora los diplomas junto a las insignias de cada reconocimiento.

La fábrica estaba instalada en Córdoba 5856, donde luego funcionó el complejo de cines Village y donde ahora está planteado un proyecto inmobiliario.

 

Luis tuvo tres hijos, una mujer profesora de piano y Osvaldo y Juan, que se recibieron de ingenieros y trabajaron en el departamento técnico de Gema. Uno de esos hijos fue el padre de Carola, que tiene 67 años. “Nací en 1957 y mi abuelo murió en 1974. Toda mi vida, desde que nací hasta que murieron mis abuelos, viví con ellos en una casa que hizo construir mi abuelo sobre bulevar Oroño”, relató la mujer.

Carola tiene otros dos hermanos, ella es la mayor y la memoria viva de la historia. Conserva todos los recortes de diarios, fotos y documentos de su pasado, de su historia familiar. Además, fue la única que conoció por dentro la fábrica, un paseo habitual durante su infancia.

¿Qué se hacía en la fábrica?

Llegaron a trabajar alrededor de 500 personas. Lo único que sobrevive del edificio de la fábrica es el tanque de agua, construido con un diseño moderno en los años ’60. De la misma época es la famosa sirena que identificaba el edificio y hoy está resguardada en un cuartel de bomberos de una localidad vecina.

Grandes Establecimientos Metalúrgicos Argentinos cuenta con una trayectoria cargada de innovaciones. Importaron las sembradoras Ribouleau, fabricadas por la empresa francesa Monosem.

Además, desarrolló máquinas que marcaron una época, como las desgranadoras de maíz modelo 8 T, las enfardadoras automotrices de paja de trigo para Celulosa Argentina y las cosechadoras automotrices modelo M40.

Las máquinas de Gema constituyeron creaciones de nivel internacional, especialmente en el rubro de recolección.

Operaban con plataforma recolectora para cosechar cereales cortados con hileradora, equipo girasolero con bandejas reforzadas y destroncador integral de 5,50 metros de ancho. También trabajaban con plataforma juntadora de maíz de 5 surcos para cosechar maíz sembrado en hilera a 70 centímetros.

La escuela técnica para formar a los hijos de sus empleados

El abuelo de Carola fundó además una escuela técnica que brindaba una capacitación de tres años. “Era gratuita para todos los hijos de los operarios y cualquier otro chico que quisiera aprender un oficio desde los 14 años. Había profesores de excelencia y mi abuelo había organizado que las clases se dicten después de los horarios de las escuelas, para que los chicos puedan asistir a la empresa y hacer allí sus prácticas, que eran remuneradas”, relató.

Cuando Gema cambio de dueños

La fábrica Gema dejó de funcionar en 1992, pero don Luis Valenti y sus hijos ya en la década de los ’70 se habían desvinculado. “Después lo tomó la empresa Perkins, de capitales ingleses”, explicó. Seguía bajo el nombre de Gema, pero según la nieta de su fundador, sin la misma esencia.

La edificación fue demolida para dar paso al complejo de cines Village, el Carrefour y un local de comidas rápidas.

En 2020, Gema renació en Córdoba con una nueva línea de equipos viales y agrícolas adaptados tecnológicamente para el uso industrial, vial y agropecuario. En su web institucional se puede leer la historia de cómo comenzó, su lugar en Rosario y lo importante que llegó a ser.

Avión propio

La fábrica, cuando estaba gestionada por Luis Valenti y los otros socios, compró un avión Cessna que se guardaba en un hangar no muy lejos de donde estaba la industria. El avión y también un piloto estaban disponibles para acudir a los lugares donde hiciera falta el servicio técnico.

El manejo de la fábrica por Luis Valenti

“Mi abuelo era un ser excepcional”, se enorgullece Carola y explica: “De una generosidad, de una bondad y de un carácter que no he vuelto a ver en mi vida”.

“Estaba con los obreros si había algún problema, por ejemplo con un torno o una fresadora, que son máquinas complejas de manejar, mi abuelo se sacaba el saco se arremangaba la camisa y se ponía con el torno. Trabajó hasta el último día”, abundó sobre el perfil del fundador.

Carola fue descubriendo la generosidad de su abuelo con el tiempo, y recuerda que era muy querido por los obreros. Recuerda un caso particular: “Había un obrero que venía y arreglaba cosas en nuestra casa, era como parte de la familia. Con el tiempo, me enteré que ese hombre había quedado viudo y con hijos a cargo. Mi abuelo lo ayudó dándole más trabajo. Yo tuve el placer de conocer a uno de los hijos de aquel obrero. Hace unos años, tocó el timbre de mi casa y me preguntó si todavía era la casa de Luis Valenti, me contó su historia y quién era él. Nos abrazamos y lloramos juntos”, dijo emocionada Carola.

Valenti murió en 1974 y lo velaron en su propia casa. “Nunca ví tal cantidad de personas, no faltó un obrero de Gema de la época de mi abuelo”, recordó la nieta.

“Era un desfile interminable, mi abuelo había dejado la fábrica ya hacía unos años y de todos modos continuaba siendo recordado y muy querido allí dentro, fue impresionante”.

Carola agregó que su abuelo colaboró con instituciones de beneficencia. Pero todo esto ella lo descubrió sola. “Yo siempre iba con él a todas partes y muchas veces íbamos a hogares, a asilos de huérfanos, etc” y con el tiempo conectó que aquellas visitas eran ayudas solidarias.

El relato de Marina, bisnieta de Luis Valenti

Marina es bisnieta de Luis Valenti, su abuela fue la hija mujer, la profesora de piano, Nélida. Por relatos de su abuela Marina relató que Luis, apodado en la familia como «El Lito», nombre que se lo puso su prmera nieta (madre de Marina) cuando aprendió a hablar.

«Su saber era técnico, todos dicen que su esposa –María Argentina Brizzi– lo retaba por mancharse los trajes, ya que prefería estar en la planta con los operarios y no en la coqueta e impoluta  oficina que le correspondía por su cargo», agregó la bisnieta, otorgando en sus palabras la emoción de formar parte de una familia con un legado tan importante para la ciudad y el país.

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