Hernán Florentín y su paso por el fútbol
Florentín comenzó su carrera en Paraguay, debutando a los 16 años en la Primera División del Sport Colombia. Su talento no pasó desapercibido, y rápidamente fue convocado para la selección juvenil, participando en el Sudamericano Sub-20 de Chile en 1997. Su destacada actuación en el torneo atrajo la atención de Boca Juniors.
A los 17 años, Florentín llegó a Argentina y tuvo la oportunidad de compartir el vestuario con íconos como Maradona, Riquelme y Claudio Caniggia.
Florentín debutó en Boca bajo la dirección técnica del «Bambino» Veira.
Debutó en el Xeneize bajo la dirección de Héctor «Bambino» Veira, aunque su tiempo en el club se vio interrumpido por una grave lesión en el tobillo que lo mantuvo alejado de las canchas durante nueve meses.
Después de recuperarse, llegó a Ferro, donde recuperó su ritmo de juego. Luego intentó hacer carrera en Europa, pasando por Alemania e Italia, pero finalmente regresó a Sudamérica para jugar en Cerro Porteño y All Boys. Su carrera dio un giro dramático el 28 de octubre de 2000, cuando sufrió un fuerte golpe en la cabeza durante un partido contra Central Córdoba de Rosario.
Este accidente le causó tres paros cardíacos y un derrame cerebral, dejándolo en coma durante 17 días. Gracias a la intervención del médico del club, logró sobrevivir, aunque tuvo que someterse a una operación de urgencia y enfrentar una larga rehabilitación de tres años.
Lamentablemente, las secuelas permanentes en su lado izquierdo impidieron su regreso al fútbol profesional, forzándolo a retirarse de las canchas de manera definitiva.
Su vida después del retiro
Tras su retiro forzado, Florentín regresó a Paraguay, más precisamente en Ypané, a 30 kilómetros de Asunción, donde comenzó a trabajar como empleado administrativo en la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), una entidad estatal dedicada a los servicios eléctricos.