La realidad que atraviesa Central sólo podía quedar algo maquillada con un triunfo. Pero el mismo no se dio y no pasó del empate ante el último equipo de la tabla de los promedios. Y si bien la tarea no la hizo, por cómo se dio el partido el punto ante Independiente Rivadavia de Mendoza no fue malo. Es que el equipo de Matías Lequi fue superado en gran parte del primer tiempo y Jorge Broun fue el mejor jugador auriazul de la noche.
Lejos de colmar expectativas el Canalla pudo sumar. ¿Alcanza? Claro que no. Pero una nueva derrota hubiera significado el desarrollo de una gran tormenta por Arroyito.
La noche empezó de la peor manera para el Canalla. Es que antes de los tres minutos Ramis dejó a Sández en la marca y convirtió el 1-0. Con los recuerdos recientes de goles sufridos de manera temprana Central fue por empate. Y esta vez lo consiguió, a los 11 de juego, gracias a la cabeza de Quintana tras la gran pegada de Malcorra.
Luego de las tempraneras emociones el partido siguió con alta intensidad. Fue el local quien pudo ampliar la ventaja, pero Broun se lució y descolgó del ángulo un tiro libre de Villa y más tarde el palo hizo lo suyo para desviar un envío de Sequeira. El equipo de Berti impuso condiciones en gran parte de los primeros 45, ya sea por los costados o por el centro zonas en las que el Canalla tuvo muy poca contención. ¿Y Central? Poco de mitad de cancha hacia adelante, algo que ya parece una costumbre.
Para salir a jugar el complemento Lequi dejó en el vestuario al Beltrán y mandó a la cancha a Jonatan Gómez, toda una muestra de que su apuesta por el juvenil no funcionó. Más tarde, el técnico metió tres variantes y para colmo instantes después tuvo que hacer una modificación más por la lesión de Mallo. De esta manera se quedó de manera temprana sin la posibilidad de realizar variantes cuando tenía dos jugadores tocados como Ocampo y Malcorra.
Las jugadas de riesgo en el complemento escasearon y en las más claras se lucieron los arqueros, la de Centurión a Ruben fue una excelente respuesta. Central continuó sin ideas y solo tuvo como argumentos las pinceladas de Segovia, poco para un equipo que debía ganar.
El punto no fue malo por lo poco que hizo el Canalla. Porque le sigue faltando en todas las líneas, porque demuestra poco juego, porque tiene decisiones del cuerpo técnico poco entendibles, porque en varios puestos no se sabe quiénes son los titulares. La clasificación a la Sudamericana ya suena como una utopía y el interrogante sobre el futuro de Lequi cada vez es más grande.
