Un conocido masajista y reikista de Villa Constitución es juzgado desde el viernes por una serie de hechos de abuso sexual donde las víctimas eran mujeres de distintas edades, incluso adolescentes, que iban a su consultorio en busca de ayuda. Según la investigación, el acusado se aprovechó de su poder y de la vulnerabilidad de las víctimas para ultrajarlas. Son cinco los casos que llegaron a debate y las acusaciones van desde abuso simple a gravemente ultrajante. Tras la audiencia previa al juicio el acusado reconoció los hechos por lo que en el debate se discute sólo la pena a imponer. La fiscalía pidió 25 años mientras que el Centro de Asistencia Judicial (CAJ) que acompaña a cuatro de las víctimas solicitó 28 años de prisión y la defensa el mínimo en la escala penal. El debate es presidido por los jueces Griselda Strologo, Dario Pangrazzi y Eugenio Romanini en los tribunales de Villa Constitución.
Una mujer y dos adolescentes presentaron una denuncia contra el masajista de 58 años en enero pasado lo que derivó en una investigación penal por delitos contra la integridad sexual de las víctimas: abuso simple, abuso sexual con acceso carnal y gravemente ultrajante.
Estas denuncias fueron visibilizadas y generaron un efecto en cadena que acarrearon nuevas denuncias contra el sospechoso identificado como Valentín B. En las declaraciones se narraron hechos de violencia sexual de distinto tipo contó Juliana Tagliatti del CAJ que representa a cuatro de las cinco víctimas a través de una querella que lleva adelante junto a Celina Ponti Marcucci.
A principios de febrero Valentín Benítez fue detenido e imputado por abuso sexual con acceso carnal respecto a la mujer y abuso simple respecto a las adolescentes que denunciaron en un primer momento, quedó preso en forma preventiva. El resto de los testimonios que fueron surgiendo dieron indicios de la mecánica que utilizaba el acusado y el tiempo que venía cometiendo este tipo de hechos contra víctimas que se acercaban a su consultorio en busca de ayuda, contó una fuente del caso.
Es así que cinco de las víctimas lograron llevar su caso a juicio. Tras la audiencia preliminar el acusado reconoció su responsabilidad por los hechos y en el debate la discusión gira en relación a la discusión vinculada a la pena a imponer.
La fiscal Analía Saravalli pidió este viernes una sanción de 25 años de cárcel mientras que las querellantes solicitaron 28 años de prisión y la defensa del masajista la pena mínima. Luego declararon las víctimas y este lunes fue el turno de distintos profesionales y de los testigos propuestos por la defensa. El próximo viernes tendrá lugar la exposición de alegatos finales.
Tagliatti explicó que además de las abogadas del CAJ intervienen en el caso un equipo interdisciplinario compuesto por la trabajadora social Cecilia Andreucci y las psicólogas Mariela Pinchetti y Eugenia De Loredo en el abordaje del caso previo al juicio y ahora hacen un acompañamiento judicial, refirió.
Vulnerabilidad
Nos parece importante estar presente como Estado, acompañando a estas mujeres aportando prueba, «poder contarle al tribunal que estos hechos se enmarcarn en un contexto de violencia de género», dijo y explicó que las víctimas son mujeres jóvenes, algunas adolescentes y los ataques se dieron en “un marco de violencia sexual y en un contexto de mucha vulnerabilidad”.
Y aclaró, más allá de resultado importa visibilizar este tipo de casos “pensando en las diferentes vulnerabilidades que tienen las personas cuando van a estos espacios de terapia ya sea profesional o la iglesia o terapias alternativas …” y subrayó que una sanación posible no es bajo la promesa de este avasallamiento hacia el cuerpo. La letrada dijo que en este tipo de casos «.. los cuerpos de las mujeres está a disposición, como mercancía, como objeto de consumo, totalmente avasallado por personas que se arrogan tener un cierto poder. Hay una asimetría que está muy clara y utilizan métodos de manipulación y sometimiento donde le es muy difícil a estas mujeres poner en palabras y denunciar”
Dijo que en un contexto de mucha vulnerabilidad social, donde se va a estos espacios en busca de cierta sanación o pronta recuperación se encuentra con estos hombres que tienen un poder muy grande. Además tienen mucha información que se maneja en esos espacios y con esa información manipulan y se llega al extremo de violencias sexuales, concluyó.