Sin estridencias, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial siguen manteniendo una sorda pelea en Santa Fe que este jueves tuvo como uno de sus picos la aprobación de la reforma judicial, que aumenta a siete –una poltrona más– el número de jueces y juezas de la Corte Suprema de Justicia de la provincia y establece el retiro de ministros y procuradores al cumplir 75 años de edad, entre otras modificaciones. «Los legisladores son ellos y para eso están, espero que sea para bien. No puedo opinar de este tema porque me toca personalmente, pero hay que tener en cuenta que la legislación siempre es mirando al futuro y no hacia atrás», dijo con prudencia –y advertencia– el titular del máximo tribunal, Rafael Gutiérrez, quien tiene 76 años, al ser consultado sobre su salida. La lectura obvia es que él mismo está exento de acatar la normativa, ya que las legislaciones no son retroactivas, y si así lo plantean, en última instancia define –precisamente– la Justicia. Y también se expresó, aunque en forma más directa, el gobernador Maximiliano Pullaro. “Nosotros damos discusiones que nos llevan a un lugar de incomodidad. Para mí sería más fácil, como muchos me dijeron, «Te conviene arreglar con la Corte». Esta Corte no es una Corte que ha obstruido ni que molesta, pero es una Corte que no ha hecho las reformas que necesitamos para tener una Justicia ágil, ordenada, más barata, que dé más respuestas”, refirió el jefe de la Casa Gris, también con prudencia, y advertencia.
El juez Gutiérrez no dio pistas sobre qué definición tomará, aunque refirió estar sopesando el tema. «Estoy pensando la decisión, pero yo me debo fundamentalmente a mi gente, que son los magistrados, los funcionarios y los empleados del Poder Judicial, con quienes comparto hace 49 años dado que ingresé como funcionario judicial en el año 1975”, desplegó. “Fui representante de los jueces, fui representante de las cortes provinciales y estoy defendiendo los principios que siempre defendí”, completó.
La reforma aprobada por la Legislatura esta semana plantea, respecto de los ministros y el procurador de la Corte Suprema, que cesarán automáticamente en sus funciones al alcanzar los 75 años de edad, aunque tendrán la chance de permanecer cinco años más en funciones, pero con previa aprobación del correspondiente pliego por parte del Poder Legislativo.
A nivel nacional, los ministros de la Corte Suprema que cumplen 75 años deben pedir, un año antes, al presidente de la Nación, a través del Ministerio de Justicia, un nuevo nombramiento para seguir en funciones. Este nuevo nombramiento debe tener el acuerdo del Senado de la Nación. Hay contadas excepciones, y una de ellas es una sentencia judicial que los mantiene en el ejercicio de su función. A ese recurso apeló quien probablemente haya ostentado un record mundial, el salteño Carlos Fayt, quien permaneció mientras el resto de la Corte iba teniendo distintas composiciones. Ejerció como ministro del máximo tribunal durante 32 años, desde 1983 hasta 2015, cuando se retiró con 97 años. Falleció al año siguiente.
Así las cosas, la cuestión en Santa Fe podría tener cualquier tipo de salida, y su tránsito por aguas agitadas o calmas es netamente político.
Ahora parece lo segundo: «Más allá del punto de vista distinto que podamos tener en algunas cosas hay una postura de respeto como corresponde entre los tres poderes», refirió Gutiérrez sobre su relación con el gobernador Pullaro. Pero de nuevo, la frase elogiosa esconde una advertencia.
El jefe de la Casa Gris, en tanto, defendió la reforma con la figura de “modernizar la Justicia”.
“No es porque sean gente mala, es gente buena. Yo tengo buena relación personal con ellos. Pero hace más de 30 años que están en ese lugar. Necesitamos pensar en una Justicia moderna”, dijo.
Y puntualmente sobre Gutiérrez, el titular del alto tribunal, marcó: “Yo valoro y respeto lo que dijo, pero vine para cambiar las cosas. Necesitamos una Justicia moderna, que dé respuestas y que gaste menos. Y claramente esta Corte no lo logra hacer, porque hace 30 años que viene haciendo lo mismo”.
Pullaro fue también consultado por los medios de la capital provincial sobre la reforma constitucional, pero insistió en que no es “una prioridad” para su gestión: “La reforma constitucional es algo que toman los partidos políticos que tienen peso en nuestro frente político. Nosotros somos un gobierno constituido por diez partidos y, si Dios quiere, habrá más el año que viene. Pero no estoy empujando la reforma constitucional. Tenemos problemas graves como la seguridad y la educación que necesitan nuestra atención inmediata”, se desmarcó Pullaro.
De igual modo es un tema que toca íntimamente a Pullaro. La reforma constitucional, de concretarse, seguramente incluirá la hoy vedada reelección de gobernador. Y también una nueva composición proporcional para la Cámara baja, que hoy otorga una mayoría automática con solo un voto de ventaja. Pero para ello se deberá hacer una elección de convencionales constituyentes, cuya composición puede ser sustancialmente diferente a las holgadas mayorías que hoy ostenta el oficialismo en ambas Cámaras.
Hay seis proyectos para reformar la Constitución de Santa Fe, que lleva más de 60 años de existencia. Y se sabe que la intención es llegar a un proyecto de consenso que se trate antes de la finalización del período ordinario de sesiones y el receso de la Legislatura. Pero un proyecto de reforma requiere el voto de dos tercios, mayoría especial que el oficialismo puede lograr en el Senado, aunque no tan fácilmente en Diputados.