Miguel Passarini
A lo largo de la historia del teatro, que en gran medida comprende los últimos cuatro siglos y algo más en los que Shakespeare ocupa un lugar de preponderancia dentro de ese universo, mucho se dijo, se analizó y se escribió acerca de los personajes femeninos en las obras del gran dramaturgo inglés, en el que cada uno encuentra lo que necesita, lo que busca o lo que quiere ver o escuchar.
Debate eterno entre los que piensan que su obra encierra veladamente ciertos rasgos de misoginia y otros que opinan radicalmente lo contrario, incluso destacando el “empoderamiento” de algunas de las mujeres de sus obras más allá de que en las tragedias terminen casi todas muertas, desde hace unos días, con la intención de reivindicar a algunas de ellas, se puede ver en Rosario Hijas de Shakespeare, donde se cruzan Julieta de Romeo y Julieta, Ofelia de Hamlet y Desdémona de Otelo, quienes se encuentran “para hacer de sus tragedias un acto de rebeldía y audacia; desenmascarando verdades ocultas, valentías reprimidas y amores vencidos”, según adelantan.
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Y suman: “Se trata de una obra teñida de humor, música y recuerdos clásicos entrelazados con la actualidad”, en la que actúan Luz Battagliotti, Ana Salinas, María Laura Silva y el actor, músico y payaso Ilya Miljevic, con dramaturgia y dirección de Julieta Pretelli y vestuario (homenaje al isabelino) del siempre genial Ramiro Sorrequieta, que se presenta en Espacio Bravo.
“Este proyecto nació como tal hace un año; me senté a pensar en un nuevo trabajo desde la dirección y en principio aparecieron las mujeres de Moliere autor de quien ya había estrenado El médico a palos en 2017. Y si bien siempre me interesaron los clásicos y la Comedia del Arte, finalmente en Shakespeare hay otro potencial para trabajar con los personajes femeninos de algunas de sus obras”, contó Julieta Pretelli, dramaturga y directora quien destacó que en la obra “todo está puesto en la actuación y a nivel estético-visual, en el vestuario que es de época pero con una serie de intervenciones contemporáneas, que son muy potentes, con unos mínimos objetos escenográficos que son apenas unos bancos”.
“La idea partió del concepto de poner en duda y poner la lupa en la escritura de semejante autor respecto de cómo contó a las mujeres que es algo muy propio de un época, entonces la pregunta que apareció a continuación fue qué pasa hoy con las mujeres de Shakespeare. Y esa fue un poco la premisa para plantearnos que estas tres mujeres, Julieta, Ofelia y Desdémona, se encuentran para demandar a Shakespeare por daños y perjuicios. Esa es la idea y el motor de la obra, por lo tanto son estos personajes clásicos pero desde el presente”, contó la autora y directora quien también destacó que aparecen dos personajes masculinos que son Romeo y Otelo trabajados desde las máscaras de la Comedia del Arte lo que indica que quizás algo de Moliere quedó dando vueltas en el imaginario de este equipo artístico.
“Si pensamos a estas mujeres en este presente, se vuelve ineludible considerar esta era del feminismo que habilita poner algunos límites frente a determinadas cuestiones que en cada una de sus tragedias, aunque aquí vistas desde el humor, le toca enfrentar a estos personajes. Allí aparece esta idea de la rebeldía, de oponerse a sus propias historias, de ponerle un freno a este «padre» que es Shakespeare porque en definitiva es su creador, para que dejen de hablar de ellas como lo vienen haciendo hace siglos, porque ellas son bastante más de lo que Shakespeare escribió. Y el humor es el motor, que me gusta diferenciarlo de la comedia porque el humor maneja unas especies de sombras que terminan de fundamentar y de darle más peso a eso que visto de ese modo nos lleva a la risa”, dijo la directora.
Y cerró: “En ese sentido, siempre pienso en Chaplin: ¿es gracioso que alguien se esté comiendo un par de zapatos? Seguramente lo absurdo de esa escena nos haga reír pero por debajo, como una sombra, están la miseria y la pobreza. Con esa misma lógica trabajamos esta obra, donde lo que subyace es la verdadera problemática que atraviesan estas mujeres más allá de que nos podamos reír de eso incluso por el modo en el que lo contamos. Y a la vez, el público está puesto en el lugar de juez, dado que vivimos una era donde todos podemos opinar de todos. Es así como estos tres personajes demandan ser juzgadas por el público todo el tiempo como un modo de defensa y para que digan la verdad acerca de lo que piensan de ellas”.
Para agendar
Hijas de Shakespeare se presenta los viernes de noviembre, a las 21, en Espacio Bravo (Catamarca 3624), al tiempo que el primer viernes de diciembre ofrecerá la última función del año en La Orilla Infinita (Colón 2148). Reserva de entradas a través del WhatsApp +549- 341-3132606. IG: https://www.instagram.com/hijasdeshakespeare/
