Después de participar de una extensa entrevista con el troll libertario Gordo Dan, en la que dijo que al senador Edgardo Kueider había que “echarlo a patadas”, el presidente Javier Milei descalificó la sesión en la que por abrumadora mayoría las y los senadores votaron la expulsión del legislador por Entre Ríos, quien está detenido junto con su secretaria en Paraguay tras haber ingresado ilegalmente más de 200 mil dólares en efectivo. Ahora, desde Italia, donde está de visita, el jefe del Estado sostuvo que la sesión de la Cámara alta fue «inválida». Y sostuvo que debería “repetirse”.
Milei sostuvo que la presidencia de Victoria Villarruel en la sesión no solo fue inapropiada, sino que también «violentó la división de poderes». Según explicó el presidente, la vicepresidenta asumió un rol dentro del Poder Legislativo cuando al mismo tiempo ocupaba el máximo cargo del Ejecutivo al relevarlo a él. “Si la vicepresidenta preside una sesión del Congreso, está trabajando en el Poder Legislativo y ocupando dos cargos a la vez, lo que es un claro conflicto de intereses”, marcó.
La sesión en cuestión, que resultó en la expulsión de Kueider por su implicación en un escándalo de dinero no declarado –además está cumpliendo prisión domiciliaria en un lujoso apart, tras haber comprometido 300 mil dólares de fianza– fue blanco de cuestonamientos por parte del bloque oficialista, que busca dar marcha atrás tras haber acompañado la votación, que resultó en 61 votos a favor de la expulsión, 5 en contra, con una abstención.
Ahora Milei dice que la notificación de la sesión fue recibida con antelación por Villarruel, pero no su presencia posterior. “La doctora Villarruel fue notificada 48 horas antes de la sesión. La Escribanía General de la Nación interactuó con su secretaria y confirmaron que la vicepresidenta estaba al tanto de lo que sucedería”, indicó Milei. Sin embargo, para él, el proceso carece de legitimidad.
De igual modo la opinión de Milei no es vinculante en modo alguno, y su sola expresión puede interpretarse –en este caso– como un conflicto de poderes por la injerencia del Ejecutivo en el Legislativo.
Con todo, aunque Milei reconoció que las acusaciones contra Kueider por corrupción son graves –de hecho la jueza Sandra Arroyo Salgado, ex pareja del fallecido fiscal Alberto Nisman, ordenó allanar propiedades en Entre Ríos que serían de Kueider y también su ex despacho en el Senado– sostuvo que los procedimientos para su expulsión deben seguir los canales legales correspondientes.
Tal y como fue tomada, la jugada del presidente parece tener un doble sentido: deslegitimar a su vicepreidenta, con la que mantiene creciente enfrentamiento, y poner a salvo a Kueider, cuyo voto fue fundamental para la aprobación de la ley Bases, con un denso manto de sospecha sobre un entramado de coimas.
Por lo pronto, la respuesta de Villarruel ya se hizo conocida y fue contundente: “Hasta que no me traspasan el poder, soy vicepresidente».
La titular del Senado fue puntillosa y explicó: “Firmé el acta dando el conforme a las 19″. Es decir, asumió la titularidad del Poder Ejecutivo después de terminada la sesión en la Cámara alta, en la que estuvo al frente.