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Descubren una tortuga de cabeza chata que vivió con los dinosaurios hace unos 70 millones de años

Hace unos días, investigadores de la Fundación Azara, Conicet y el Museo Argentino de Ciencias Naturales dieron a conocer el cráneo de una nueva especie llamada como Iaremys batrachomorpha, con el segundo nombre “batrachomorpha” que significa “forma de sapo”

Hace unos 70 millones de años antes del presente gran parte de la Patagonia se encontraba cubierta por parte del mar atlántico, y grandes extensiones de lo que hoy es tierra firme estaba salpicada por lagos y lagunas. En estos ambientes vivían una gran cantidad de animales, fundamentalmente dinosaurios de cuello largo conocidos como titanosaurios y carnívoros abelisaurios.

 

Entre esos gigantes convivieron también animales de menor tamaño, insectos, peces, pequeños mamíferos e incluso tortugas. Si bien el hallazgo de tortugas fósiles es muy frecuente, en general consisten en restos de caparazón. Debido a que son gruesos y compuestos por muchas placas, se osilizan fácilmente. Sin embargo, el cráneo de las tortugas es muy liviano y frágil, y en general no se preserva. Debido a la enorme cantidad de información que brinda, el hallazgo de un cráneo de tortuga fósil suele ser de gran importancia para los paleontólogos.

Hace unos días, investigadores de la Fundación Azara, Conicet y el Museo Argentino de Ciencias Naturales dieron a conocer el cráneo de una nueva especie de tortuga acuática que convivió con los dinosaurios hace unos 70 millones de años. El único ejemplar conocido de la especie fue descubierto por Raúl Ortiz, coautor del trabajo, en los alrededores de la ciudad de General Roca.

 

La especie fue llamada como Iaremys batrachomorpha, con el segundo nombre “batrachomorpha” que significa “forma de sapo”. Esto se debe a la forma particular del cráneo. En Iaremys era muy achatado, con los ojos apuntando hacia arriba y bien cerca de un hocico que era muy amplio y de contorno redondeado. Se trataba de una especie pequeña, cuyo caparazón habría alcanzado menos de 40 centímetros de largo.
Varios aspectos de su anatomía muestran que era una especie de tortuga depredadora que se alimentaba seguramente de pequeños vertebrados mediante un sistema de succión.

El único ejemplar conocido de esta especie se encuentra resguardado en las colecciones del Museo Patagónico de Ciencias Naturales, en la ciudad de General Roca.

La investigación se encuentra dentro del gran proyecto de National Geographic titulado como “Fin de la Era de los Dinosaurios”.

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