La congresista estadounidense baleada el sábado en la cabeza por un agresor en un tiroteo, sigue grave pero dando señales positivas, dijeron los médicos mientras la fiscalía presentó cargos de asesinato contra el joven que dejó seis muertos y 14 heridos.
Gabrielle Giffords, de 40 años, se encuentra en un coma inducido pero respondía a órdenes verbales básicas, dijeron los médicos en el Centro Médico de la Universidad de Arizona en Tucson, donde se manifestaron «cautelosamente optimistas» sobre su posibilidades de recuperación.
Jared Lee Loughner, de 22 años y bajo custodia de las autoridades, fue acusado formalmente del asesinato del juez federal John M. Roll, y de Gabriel Zimmerman, asistente de la legisladora demócrata Giffords, así como de otros cargos por intento de asesinato, anunció el fiscal de Arizona.
Una niña de 9 años -nacida el 11 de septiembre de 2001-, también figuraba entre los seis muertos y al menos 14 heridos que dejó el tiroteo en un acto político llamado «El Congreso en tu esquina», al que convocó Giffords el sábado en la mañana en Tucson, 185 km al sur de Phoenix, la capital del estado, cuando el joven Loughner abrió fuego con una pistola Glock 9mm.
Entre los heridos destacan Pamela Simon y Ron Barber, ambos miembros de la comitiva de la legisladora, precisó en un comunicado Dennis K. Burke, fiscal federal de Arizona.
El acusado comparecerá ante la corte hoy en Phoenix, dijo el fiscal.
La tragedia conmocionó a Estados Unidos y la izquierda estadounidense denunció el virulento clima político en el país así como la «retórica envenenada» de los ultraconservadores, a quienes señalaron como instigadores de actos violentos.
El presidente estadounidense Barack Obama llamó a los ciudadanos a hacer «un minuto de silencio» por las víctimas del tiroteo.
«Mañana (lunes) a las 11 hora local de Washington pido a los estadounidenses que hagan un minuto de silencio para honrar a las víctimas de la tragedia absurda en Tucson, Arizona, y para los que siguen luchando por sobrevivir», dijo Obama en un comunicado.
Entretanto, las autoridades dieron a conocer que una mujer no identificada se enfrentó al agresor, y le arrebató el cargador de su arma cuando éste intentaba volver a cargarla.
La mujer resultó herida en la lucha, pero habría sido «una catástrofe enorme si él hubiera tenido éxito», dijo Clarence Dupnik, comisario del condado de Pima en Tucson, Arizona (suroeste), donde ocurrió el tiroteo.
El hombre había disparado ya un cargador completo de 31 balas de una Glock 9 mm ante una multitud reunida en el estacionamiento de un centro comercial en Tucson, para asistir al mitin de Giffords.
Dupnik dijo que después de que la mujer arrebató el cargador de la mano del atacante, éste sacó otro y logró recargar el arma.
El director nacional de la policía federal de investigaciones (FBI) viajó a Arizona para realizar una exhaustiva indagatoria del crimen.
Dupnik no dio ningún indicio sobre el motivo de la balacera, pero arremetió contra lo que llamó un clima «virulento que ha permeado la escena política y dejó a los funcionarios públicos enfrentando constantes amenazas».
Giffords, una demócrata de centro, es una de las principales defensoras de la reforma migratoria. Y aunque se ha mostrado favorable a reforzar la seguridad en la frontera, también tomó distancia a mediados de 2010 de la controvertida ley de la gobernadora Jan Brewer, que buscaba criminalizar a los indocumentados.
La legisladora votó el año pasado por la reforma de salud de Obama, repudiada por el ala conservadora republicana. Y durante la última campaña para la reelección a su tercer mandato, se impuso sobre el candidato Jesse Kelly, respaldado por el movimiento republicano ultraconservador Tea Party.
La ex candidata republicana a la vicepresidencia, Sarah Palin, una de las favoritas del Tea Party, había puesto el nombre de Giffords en lo que ella llamó una «lista negra» -publicada en Internet-, debido en gran parte al apoyo de la congresista a la reforma de salud de Obama.