Por: Pablo Moscatello
La tendencia a nivel general se mantiene. Con algunos matices, año tras año, los números se repiten. Según surge de la comparación de datos estadísticos brindados por la Policía y “borradores” preliminares de la Agencia de Seguridad Vial de Santa Fe, el año pasado los fallecimientos en siniestros de tránsito volvieron a duplicar a los homicidios. En concreto, a lo largo de toda la “bota” se cometieron 270 crímenes con víctimas fatales, mientras que según información de la repartición que encabeza Hebe Marcogliese, en 2010 –las cifras finales se conocerán en marzo próximo– en las rutas y calles quedaron no menos de 550 cadáveres. La diferencia también resulta notoria si se coteja la cifra de muertos en ocasión de robo –delito que suele replicarse en medios con valoraciones como “ola de inseguridad”– con la cantidad total de homicidios: los primeros representan sólo el 15 por ciento.
A pesar de que en el imaginario colectivo suele asociarse con más frecuencia la muerte a situaciones de inseguridad (o al menos, estos son en general los hechos que más impacto generan en la opinión pública), el año pasado por cada muerto en un robo fallecieron 13 personas en siniestros de tránsito. De hecho este flagelo volvió a ser en 2010 la principal causa de fallecimiento en la población más joven, es decir en los menores de 30 años.
Según un trabajo realizado por la diputada provincial Mónica Peralta, que tiene como fuente datos de la Policía de la provincia, en Santa Fe ocurrieron 270 hechos violentos con víctimas fatales durante 2010. En rigor, ese número final también incluye a quienes fallecieron en enfrentamientos con la Policía, o como consecuencia de reyertas en penales y comisarías. Lo cierto es que los motivos de los crímenes en un 85 por ciento se encuadran en cuestiones personales, conflictos familiares y problemas entre vecinos. “En su mayoría son ajustes de cuentas, que se dan en general por problemas pasionales, reparto de un botín, violencia de pareja y casos de drogas”, sostuvo en diálogo con este medio la legisladora, que encabeza la comisión de Derechos y Garantías de la Cámara baja provincial.
Así, en 2010 volvió a repetirse una tendencia que se mantiene desde hace años: sólo un 15 por ciento (41 casos) de los crímenes perpetrados en la provincia se produjo en ocasión de robo. “A veces por el impacto que generan en la sociedad estos hechos se cree que este tipo de homicidios suele darse con más frecuencia. Pero no es así. A lo sumo pueden llegar a ser el 20 por ciento de los casos, pero nunca supera esos guarismos”, sostuvo Javier Leiva, a cargo de la División Homicidios de la Policía santafesina en Rosario.
En el departamento Rosario el número final de homicidios el año pasado marcó un retroceso en relación a 2008 y 2009. En concreto, se produjeron 115 crímenes fatales, la misma cifra que en 2007. En 2008 habían sido 121 y en 2009 llegaron a 130. En tanto, Leiva relató que en 2010 fueron 5 los policías asesinados en el departamento y profundizó que de los 115 asesinatos, alrededor de 60 fueron por ajuste de cuentas y 10 estuvieron vinculados con hechos pasionales.
Según el trabajo de Peralta, de los datos totales se desprende que en Rosario se comete un promedio cercano a un homicidio cada tres días. En tanto, en la ciudad de Santa Fe la media de muertes es de 1 cada 4 días. “Hay que destacar que allí hay un 50 por ciento menos de habitantes”, agregó.
La violencia del asfalto
Lo cierto es que para comprender la magnitud de determinados fenómenos a veces es necesario ubicarlos cerca de otros. A pesar de que los crímenes violentos cometidos fundamentalmente en ocasión de robo –basta repasar cualquier encuesta para comprender que la inseguridad, sobre todo en época de bonanza económica, es siempre uno de los mayores reclamos de la “opinión pública”– son los que más impacto e indignación generan en la población. Pero cuando se coteja la cifra de víctimas con la de los siniestros viales, el contraste es notorio. En la provincia de Santa Fe, las tragedias de tránsito siguieron siendo en 2010 la principal causa de muerte en ciudadanos jóvenes. Ninguna otra causa se lleva tantas vidas de escasa edad. Según cifras oficiales, en los últimos tres años casi la mitad de los fallecidos tenía menos de 30 años. Y la mayoría eran varones de entre 15 y 18.
A nivel global, si bien los resultados de 2010 todavía están siendo procesados y se darán a conocer recién a mediados de marzo, la titular de la Agencia Provincial de Seguridad Vial de la Provincia, Hebe Marcogliese, estimó con borradores y datos preliminares en mano que los fallecidos rondarán los 550, cien casos menos que los dados a conocer hace 10 días por la ONG Luchemos por la Vida.
El número final de víctimas fatales había descendido entre 2008 y 2009 un 16,9 por ciento, mientras que la cantidad de hechos de tránsito con muertos lo hizo un 21,13. En concreto, según datos del Observatorio Vial de dicho organismo, el año 2009 se habían registrado en la provincia 443 accidentes (un promedio mensual de 37 hechos) en los que fallecieron 522 personas, con un promedio de 44 víctimas por mes, siendo el segundo semestre del año el que presentó menor cantidad de decesos.
Si bien los datos preliminares de 2010 marcan que las muertes en rutas y calles que atraviesan la provincia volvieron a crecer, para Marcogliese la tendencia marca que se mantienen estables. “Hay que tener en cuenta el crecimiento del parque automotor, sobre todo en las motos, y que el año pasado fue muy bueno en términos económicos, cuando 2009 no lo había sido tanto. Eso se vio en las rutas con una cantidad de camiones que circularon, mucho más importante que en años anteriores”, resaltó la funcionaria.
A la hora de comparar el fenómeno de los homicidios con los siniestros de tránsito, Marcogliese remarcó que la diferencia entre una y otra causa de muerte es un hecho que se repite en todo el mundo, aunque admitió que en la provincia de Santa Fe el contraste es algo más marcado. La titular de la Agencia Provincial de Seguridad Vial explicó que el fenómeno se produce porque el riesgo es mayor, más abarcativo.
“Son escenarios sociales diferentes. A un accidente de tránsito está expuesta en riesgo toda la sociedad: quien conduce, el peatón, un pasajero. En cambio los homicidios en general están más vinculados a un medio social más especifico y marginal”, sostuvo finalmente.
