Por Paulo Menotti – Especial para El Ciudadano
Fotos: Andrea Zanin
Un grupo de italianos residentes en el extranjero, más precisamente en Rosario y ciudades de Santa Fe y de otras partes del Litoral se reunió ayer frente al Consulado General de Italia para protestar en contra la medida del gobierno de Giorgia Meloni que aprobó una reforma histórica a la ley de ciudadanía italiana. A través de un decreto-ley ya vigente, se limita el acceso por ius sanguinis a hijos y nietos de italianos nacidos en el extranjero, lo que representa un cambio drástico para miles de argentinos que buscaban acceder a la doble nacionalidad poniendo término a esa posibilidad. Los manifestantes expresaron su repudio a lo que consideran la eliminación de un derecho y porque pondría fin a los lazos italianos en Argentina. Además, propusieron votar por el si en el referendo que se realizará en los primeros días de junio para mostrar una señal al gobierno italiano y reclamar respeto por los italianos en el exterior.
“Soy ciudadano italiano al estero, al igual que toda mi familia. Las tradiciones y costumbres fueron un lugar común por tres generaciones, incluso más allá de mis hijos y mis nietos. Ellos viven en Italia y ya tienen su ciudadanía, pero mi vocación es mantener esta dualidad de nacionalidad, lucho por los que dejaron todo y no lo lograron. Por los que pensaron en el retorno a la tierra de sus antepasados, y por todos aquellos que sueñan con un mundo, mejor, con oportunidades y dignidad”, expresó uno de los manifestantes, Luis Palena.
En referencia al decreto de Meloni, Nora Laluce señaló: “Traiciona la memoria de mis antepasados”.
El decreto legislativo 36/2025, conocido como “Decreto Tajani” dispone que solamente se otorgará la ciudadanía italiana a personas cuyos padres o abuelos hayan nacido en Italia, cortando los lazos de parentesco de aquellos que empujados por la situación económica debieron irse del país a otros destinos como la Argentina.
“Mi bisabuelo vino con su familia, esposa y dos hijos. Uno de estos era mi abuelo que tenía seis años cuando llegó a la Argentina. Mi bisabuelo, junto a mi bisabuela, vinieron acá buscando una mejor vida. ¿Qué pasó? Acá pudieron afianzarse, pudieron darles una mejor vida a sus hijos, pero nunca dejaron de soñar con volver a su tierra madre”, afirmó Nora.
Entre 1870 y 1930 la Argentina recibió a cerca de seis millones de inmigrantes de los cuales permanecieron en nuestro suelo unos cuatro millones. Antes y después, siguió viniendo gente de todas partes. Alrededor de dos millones de personas vinieron de Italia. Tataranietos, bisnietos, nietos e hijos de estos inmigrantes que huyeron del hambre y buscaron una vida mejor se multiplicaron y ayudaron a forjar a la Argentina aunque entre ellos se mantuvieron los lazos de sangre y culturales.
“Nunca cortaron el vínculo con su tierra, nunca dejaron de soñar con volver a su tierra. Como ellos se sintieron argentinos e italianos, su aspiración era que sus hijos y nietos también lo fueran. No tengo ninguna duda. Ahora, cuando nosotros estamos impedidos de ser italianos, siento que traicionamos a nuestros antepasados”, explicó Laluce.
“Sería bueno que le demos una señal al gobierno de Meloni de que también somos italianos y que queremos que nuestros hijos y nietos lo sean. Por eso me parece oportuno que votemos por el Si en el referendo que se hará el 8 y 9 de junio para demostrar que estamos y que somos parte”, afirmó el profesor de italiano Marcos Di Salvo mostrando un cartel que decía: “Una mattina mi sono alzato e ho trovato… che mio figlio non era piu italiano” (Una mañana me desperté y me encontré con que mi hijo no era más italiano).