Por: Pablo Moscatello
Según estimaciones de distintos actores vinculados con el sector inmobiliario, alquilar una casa o un departamento en Rosario costará este año en promedio un 20 y un 30 por ciento más que en 2010. En rigor, la diferencia en el porcentaje varía de acuerdo con la fuente consultada y, claro está, a qué tipo de vivienda de trate y dónde esté ubicada. Pero de igual modo los operadores intermediarios locales del rubro hacen hincapié en que el incremento está en el orden del primero de los porcentajes y destacan que la cifra está “atada” a la suba del resto de los bienes y servicios de la economía doméstica, y que es “acorde” con la “inflación”. Pero desde la Concejalía Popular, una ONG que desde hace tiempo viene atendiendo reclamos y denuncias de inquilinos, sostuvieron que tanto a nuevos ocupantes como a quienes buscan renovar sus contratos con los propietarios, en varios casos, se les pide hasta un 30 por ciento más. Y también insistieron en que la gran mayoría de los contratos tiene “cláusulas abusivas” que permiten reajustes en la renta dentro del período pactado, algo que está prohibido por ley.
En tanto, si bien Rosario siempre estuvo por debajo en el mercado inmobiliario respecto de la ciudad de Córdoba en cuanto a los costos de alquiler, al menos en el último tiempo la cuestión parece haberse equiparado. Según un reporte de una inmobiliaria de la vecina provincia –y corroborado por las fuentes locales– en la actualidad alquilar un departamento en Nueva Córdoba, barrio termómetro del mercado inmobiliario mediterráneo, cuesta lo mismo que en el micro y macrocentro de Rosario (ver aparte).
El antes y 2011
Según la visión de distintos operadores inmobiliarios de la ciudad relevados por este diario, el 2010 fue un año “tranquilo” y sin sobresaltos en torno de los costos de alquiler de una propiedad. En concreto, todos los consultados explicaron que los aumentos rondaron el 20 por ciento, número que acompañó a la “inflación”
Quien hasta hace poco fuera el titular de la Corporación de Empresas Inmobiliarias de la ciudad, Enrique Badaloni, destacó que los precios “no se recalentaron” e insistió en que los ajustes “estuvieron atados a los incrementos del conjunto de bienes y servicios”. Igualmente el operador sostuvo que, si bien los niveles inflacionarios se tienen en cuenta a la hora de la renovación de un contrato, el alquiler de viviendas va encontrando un techo en los ingresos generales de los habitantes, hecho que “va más allá de la suba de precios que vive el país”.
Lo cierto es que, como sucede año tras año, los ajustes más importantes suelen darse al inicio de cada ciclo. Y es aquí donde comienzan a vislumbrarse algunas diferencias a la hora de describir lo que ocurre en el mercado. Para Badaloni, en 2011 vuelve a repetirse la tendencia de 2010. Con el promedio actual del 20 por ciento de incremento en las renovaciones y nuevos contratos se “está un poco por debajo de los salarios que se están negociando”, reflexiona Badaloni, para luego agregar que “esto no quiere decir que los alquileres sean bajos en relación al sueldo, pero hoy se llega fácilmente al acuerdo, sobre todo a la hora de renovar”.
“La gente en general no cambia de locación –afirma el empresario–. El que alquila ve como razonable el incremento”. Para Badaloni, en la actualidad la oferta responde a la demanda. “Lo ideal sería una mayor oferta para equilibrar, pero igual es aceptable”, dice.
Si embargo, otra es la visión de la realidad que tienen desde la Concejalía Popular, donde realizan relevamientos permanentes del mercado inmobiliario. Según el titular de esa entidad, el ex concejal Nire Roldán, el techo es más alto y los incrementos por estas horas pueden llegar hasta un 30 por ciento. Si bien es difícil establecer parámetros exactos, todos los consultados por El Ciudadano coinciden en que el costo promedio del alquiler de un departamento de un dormitorio en el micro y macro centro de la ciudad alcanzaba hasta el inicio de este año una media de 1.200 pesos mensuales, con valores que en líneas generales se extienden desde los 900 a los 1.500 pesos, dependiendo de la antigüedad, superficie y ubicación concreta del inmueble.
Por su parte, los valores que el mercado ofrece para los departamentos de dos dormitorios marcaban hasta el comienzo del 2011 un promedio de entre 1.300 y 2.000 pesos.
Para graficar lo que está aconteciendo por estas horas, Roldán explicó que los contratos que se estaban pagando 900 pesos de renta mensual por un departamento se están renovando en febrero en 1.200 pesos y quien venía pagando mil este año deberá abonar cada mes unos 1.300 pesos promedio. Al mismo tiempo, por estas horas es casi una utopía encontrar un dos ambientes por menos de 1.500 pesos.
En rigor, en la Concejalía Popular tienen estudios que enfocan el fenómeno desde una perspectiva más amplia. Según Roldán, desde el año 2003 a esta parte el costo de alquilar una vivienda –ya sea siempre una casa o un departamento– en Rosario subió un 200 por ciento. En concreto, hace siete años un contrato promedio era de 327 pesos mensuales, pero hoy ese monto asciende a los 1.100.
Según el estudio de la organización que defiende los derechos de los inquilinos, el salto más importante se dio al comienzo: entre los períodos 2003/2004 y 2005/2006 los incrementos fueron cercanos al 85 por ciento; en tanto que entre 2005/2006 y 2007/2008 el aumento promedio fue del 60 por ciento. Por último en los períodos 2007/2008 al 2009/2010 los costos de las rentas mensuales han crecido alrededor de un 50 por ciento. “Como se observa, lejos de amesetarse o detenerse, los números nunca dejaron de crecer, aun en períodos de crisis”, explicó el ex edil haciendo un poco de historia.
En tanto, el referente social insistió en que la gran mayoría de los contratos tiene cláusulas abusivas. Gran parte de las quejas que reciben en la ONG están vinculadas a los “famosos” reajustes por la “inflación”.
“Se exige la bonificación, cuando hay una ley que prohíbe la indexación. Es la necesidad la que lleva al inquilino a aceptar esas cláusulas. La ley es clara y dice que el valor del alquiler debe ser fijo por dos años”, subrayó Roldán.
Desde el sector inmobiliario, en tanto, insistieron en justificar este tipo de reajustes, ya que alegan que no es más que un “sinceramiento” de la evolución que sufren todos precios en la economía. “En general en estos momentos se está acordando para el segundo año otro 20 por ciento de incremento, que queda preestablecido por contrato. Es un hecho generalizado y no es ilegal. No es indexar el precio porque acá yo sé lo que voy a pagar de antemano. Es un acuerdo que las partes hacen y reconoce que tiene que haber un sinceramiento del valor”, concluyó Badaloni.