Temperley festejó este martes a lo grande la obtención de su primer título rosarino en una jornada que reunió al plantel campeón con glorias de la institución, con los chicos y chicas de las inferiores, con el femenino, con los Leones, y con toda la familia del Negro. El equipo que conduce Mariano Junco se regaló la noche de alegría en el rectángulo que esperaba pero que no pudo tener tras la suspensión de la jornada de cierre del cuadrangular final.
Sin dudas los jugadores y el cuerpo técnico del Negro hicieron todo lo que estuvo a su alcance deportivamente para ganar el título y lejos estuvieron de ser responsables de todo lo lamentable que rodeó la definición local, por lo que merecían un festejo acorde.

La noche se abrió con el espectacular recibimiento a los campeones y una fiesta de colores y humos al compás de la hinchada. Con el Colo en la conducción, hubo tiempo para homenajear en cancha al Pelado Silva, el hombre que tiene su camiseta colgada en el Morosano, para recordar a Luisito, y para que dirigentes, entrenadores y jugadores expresen su alegría uno por uno. Augusto Moresco, llegado desde Formosa no pudo contener la emoción, mientras que Goyo Traglia reconoció a «todos los que intentaron, pero no se les dio» el éxito. A su turno, Mariano Junco también se acordó de Hernán Corte, quien estuvo a cargo durante la Liga Federal y el inicio de la Superliga, y que siguió los festejos desde la tribuna.

Llegó el tiempo de jugar, con pasado, presente, futuro del femenino y masculino en cancha, y el Chino Ariel Bernardini como enorme estrella del picado, pero con muchos que supieron mezclar el talento, la personalidad y el amor por el Negro en un rectángulo. Aunque en este caso no jugó, Gonzalo Zorrilla recibió el «Huevo, Huevo» de su gente.

Y tras los videos con las palabras emotivas de Leo Hiriart desde Brasil, Matías Bernardini desde Mar del Plata y Marco Giordano desde Italia, el capitán Luca Amigo fue quien ayudó a colocar la estrella, la primera, sobre el escudo en el centro de cancha.
Después llegaron los cortes de redes, las medallas, la Copa, la vuelta y el festejo en la pileta para coronar otra noche de alegría. Es verdad que el cierre del torneo no fue el que soñaron como ideal, pero los festejos fueron a lo grande, para poner en valor lo conseguido y una campaña con números y rendimiento de campeón. La primera ya está en el Morosano.
