Víctor Hugo Abeldaños, un albañil de 50 años, murió en la madrugada de ayer luego de caerse en una obra de construcción donde realizaba sus tareas. El hombre falleció en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) donde fue asistido tras llegar con severos politraumatismos al precipitarse de un segundo piso donde se estaba hormigoneando la losa de una vivienda familiar ubicada en Perú 2319, en barrio Belgrano, en la zona oeste de la ciudad. El titular de la ONG Manos a la Obra, Narciso Cantero, quien desde hace tiempo viene denunciando irregularidades en las obras en construcción, explicó que tanto el lugar como el propio obrero carecían de los elementos de seguridad reglamentarios. “Si hubiera existido un cerco perimetral o hubiese estado la bandeja de contención, esta muerte se evitaba”, aseguró. Con este hecho, suman tres los muertos en siniestros similares en lo que va del año.
Según explicaron fuentes policiales, el hecho se produjo en horas de la mañana del día viernes. Abeldaños se encontraba trabajando en el techo en un segundo piso de una vivienda familiar, a unos 8 metros de altura. El hecho se habría producido mientras el trabajador levantaba un material con una soga asomado sobre la medianera y, por motivos que aún se desconocen, perdió el equilibrio y cayó a sobre la vereda, bien en el frente de la casa. En poco tiempo, se hizo presente en el lugar una ambulancia del Sies, que lo trasladó al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), donde fue asistido. El hombre, que residía en Fraga 2278, también en barrio Belgrano, sufrió traumatismo de cráneo con pérdida de conocimiento, parálisis del lado derecho del cuerpo y politraumatismos varios. A pesar de la asistencia recibida, murió cerca de las dos de la mañana de ayer.
En diálogo con este medio, Cantero, que se hizo presente en la jornada de ayer en la obra, pudo constatar que se trata de una casa de familia donde se están efectuando ampliaciones: “El compañero estaba trabajando en el techo del segundo piso, en la losa, a unos 8 metros de altura. Si hubiera existido un vallado perimetral el accidente hubiera sido mínimo”, observó.
El dirigente sostuvo que desde la ONG están tratando de “averiguar” si existía un profesional de por medio que haya “puesto la firma y haya hecho los planos para que esa parte de la obra en la casa se construya”. Según la presunción de Cantero, el propietario del inmueble podría haber contratado a un profesional para que lo asesorara por un lado y, por otro (y con posterioridad), habría llamado a los albañiles por su propia cuenta para que ejecuten los trabajos. “Esto es algo común: muestra que la falta de autoprotección que existe. Es que muchas veces se toma a gente sin saber sobre su capacitación y en negro”, sostuvo, para luego agregar que “no había ningún cartel que anunciara que se estaba trabajando, por lo que dudamos que exista un permiso de edificación. Y estamos convencidos que el compañero no tenía arnés, ni casco ni cabo de vida”.
Cantero describió que “la obra debería haber tenido una bandeja de protección, es decir, un cerco que limite el espacio en altura pero eso no estaba”. El año pasado, según las cifras que contabilizan en la ONG, 17 hombres murieron en accidentes laborales dentro del mundo de la construcción. “Este año ya vamos por tres y si las cosas siguen así, superaremos el número de 2010”, advirtió.