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Después de un flojo 2010, repunta el GNC en Rosario

La instalación de equipos creció un 20 por ciento, según indicaron desde la cámara de talleristas local.

Agustín Aranda.- Después de un 2010 flojo, que no se correspondió con las cifras que se registraron a nivel nacional, en los dos primeros meses del año repuntó en Rosario la cantidad de autos que convirtieron sus motores para funcionar con Gas Natural Comprimido (GNC). A las ventajas de años anteriores –amortización del costo del equipo en el plazo de un año por la diferencia de precio con la nafta y el diésel–, se le suma la posibilidad de convertir autos último modelo a este tipo de combustible.

De acuerdo con los registros del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), en Argentina durante 2010 más de 100 mil vehículos realizaron el pasaje de nafta o diésel a Gas Natural Vehicular (GNV), comúnmente conocido como GNC. De esta forma se elevó en un 50 por ciento los cambios con respecto a 2009. En un cálculo estimativo, esto significa que hubo un promedio de casi 9 conversiones diarias. Si bien el costo de ambos combustibles registró aumentos el año pasado, y también en lo que va de 2011, la brecha tarifaria es lo suficientemente amplia y atractiva para los automovilistas que desean abaratar los costos a la hora de pasar por la estación de servicio para llenar el tanque.

Sin embargo, en Rosario el fenómeno no se sintió durante gran parte del año pasado y hasta dos importantes talleres de instalación de la ciudad tuvieron que bajar las persianas a causa de la disminución en la demanda. Con todo, un incipiente repunte se empezó a experimentar sobre finales de 2010, y la tendencia se acentuó en los dos primeros meses de este año.

Rubro inestable

En diálogo con El Ciudadano, el presidente de la Cámara de Instaladores de GNC Rosario, Ricardo Ciavarro, indicó que, a pesar de no tener el número exacto, en la ciudad se registró un aumento cercano al 20 por ciento en la instalación de este sistema de combustible. Sin embargo, Ciavarro aclaró: “En términos de porcentajes, si bien ha tenido un repunte en enero y febrero, el rubro es muy inestable. Ocurre habitualmente que en una semana podés tener cinco clientes y otros colegas ninguno”.

Según el empresario, es poco habitual en el rubro que durante los primeros meses del año tengan un repunte en su actividad. “El año pasado fue malo pese a que la nafta subió y bajaron los precios de las conversiones en un 10 por ciento. Bajaron los precios de los equipos y, en vez de absorber el cambio como ganancia para nosotros, disminuimos el costo total. De esa manera recuperamos clientes. Esperemos que la tendencia continúe”, aseguró.

Consultado por las razones que motivaron el crecimiento, Ciavarro señaló que se debe a la rápida amortización del costo de equipo –el ahorro que se desprende de la utilización del GNC en comparación con la nafta– y menos faltante en las estaciones de servicio, a diferencia de lo que suele ocurrir con las naftas, que ha registrado picos de desabastecimiento.

“En algunos casos, en menos de un año se recupera lo gastado en el equipo. Hay que calcular que se gana un 75 por ciento de cada 100 pesos que se gastaría en nafta. Por eso, en muchos casos se trata de una inversión y no de un gasto”, detalló.

Por su parte, consultado por este diario, Daniel Giribone, de la Federación Argentina de Expendedores de Nafta del Interior, apuntó que la nafta subió durante 2010 entre un 17 y 18 por ciento, dependiendo de la estación. En tanto, según Enargás, en promedio, el gas subió un 15 por ciento. Sin embargo, la brecha entre ambos combustibles sigue siendo favorable al GNC, que es cuatro veces más barato.

Al tener en cuenta el boom que viene experimentando el sector automotor, con un crecimiento del 29 por ciento más que en 2009 en ventas de autos 0 kilómetro, el total de vehículos de gas se achicó al 18 por ciento del conjunto global de autos en la Argentina. De todos modos, los efectos del auge del GNC que se experimentó a nivel nacional el año pasado tardarían al menos dos años en notarse en la actividad como consecuencia de las condiciones de garantía que imponen las automotrices y retrasan, en muchos casos, las conversiones.

Nuevos autos y equipos

Como parte de las novedades del rubro, tanto a nivel local como nacional, se encuentra el fenómeno de la conversión a GNC de modelos de automóviles de alta gama y también de algunos vehículos de carga, históricamente impulsados por el gasoil. “Hemos realizado algunos trabajos con equipos de la quinta generación para autos de alta gama”, coincidió Ciavarro.

La quinta generación es un adelanto tecnológico de los modelos de equipos de GNC, cuya bondad es un menor consumo y mayor reacción. “En términos técnicos, la computadora cambia todo”, sintetizó el representante de la cámara local de instaladores de gas. Según hizo saber, la última línea de producción de la automotriz Ford recomienda en su manual de usuario que, en caso de que el comprador quiera ponerle GNC al vehículo, opte por un equipo de última tecnología.

“La gente intenta solucionar el aumento (de combustible) de otra manera. Hemos realizado las pruebas para los vehículos de gran porte a diésel. El tema es que no se absorbe el costo tan rápido como con los livianos”, agregó.

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