La derrota ante Tigre, con un rendimiento colectivo alarmante, obliga a Roberto Sensini a replantear algunas cuestiones tácticas en busca de una mejoría que debería verse reflejada este fin de semana cuando la Lepra reciba a Huracán en el Coloso para evitar una crisis en el futuro cercano.
Los opacos desempeños de varios futbolistas provocaron inmediatamente el clamor de los hinchas pidiendo que el entrenador produzca cambios nominales, más allá de que no se analiza que no son tantas las variantes con las que cuenta el entrenador para modificar aquellos puntos donde el equipo muestra grietas.
El primer problema de difícil resolución es encontrarle un reemplazante a Mauro Formica. Pocos imaginaban que el Gato se iba a extrañar tanto y hoy Sensini no tiene tantas alternativas para solucionar el problema.
Tras los dos últimos partidos está claro que ubicar a Lucas Bernardi como “enganche mentiroso” no es la solución al problema. Es más, este adelantamiento del ex Mónaco provocó un bajón en su rendimiento y también en el de su socio Diego Mateo. Y al final el remedio fue peor que la enfermedad.
Con muy poco el pibe Martín Tonso parece haberse ganado un lugar. A pesar de que Sensini es reticente a utilizar juveniles como “salvadores”, el rendimiento apático de Dolci no soporta un partido más con Tonso en el banco y el ex Chacarita como titular.
La pregunta es: ¿será Tonso la solución a todos los problemas? Obviamente la respuesta es “no”. El pibe de Godeken puede permitirle al equipo tener mayor posesión de la pelota y además le dará una nueva alternativa táctica, para que no se repita en el desborde sistemático de Sperduti o Estigarribia. Pero sería desmedido pensar que un juvenil de 21 años puede solucionar todos los problemas de la Lepra.
Extrañamente el punto que más preocupa al entrenador es lo endeble que se muestra el sistema defensivo, justamente una de las patas fuertes donde se sostuvo este equipo en los últimos torneos.
Quedó claro que la línea de cuatro no era solución de nada. Con tres o con cuatro la última línea mostró las mismas grietas, en especial ante Estudiantes y Tigre, y hoy ninguno de los dos sistema garantiza solidez.
Lo cierto es que si Sensini decide mantener la línea de cuatro, no tiene otro lateral izquierdo que pueda ocupar el lugar de Gabriel Cichero, uno de los rendimientos más bajos en los últimos cotejos. Hoy el único “tres” que hay en el plantel profesional es el venezolano y Sensini ni siquiera tiene un juvenil para probar en ese lugar.
La alternativa sería volver a defender con tres, abriendo una chance para Cristian Lema o Ignacio Fideleff. La pata débil de volver al esquema que tan buenos resultados le dio siempre al entrenador es el bajo nivel físico-futbolístico que muestra Fabricio Fuentes. El ex Atlas aún no está en su mejor forma (mejoró algo ante Tigre) y exponerlo a una línea de tres podría ser una arma de doble filo.
De todas maneras no sería extraño que el técnico vuelva todo a foja cero y retorne al esquema que mejores resultados le dio. A esta altura parece más lógico acomodar cada pieza en el lugar correcto antes que trastocar posiciones tácticas sólo para proteger a uno o dos futbolistas.
Que Bernardi vuelva a jugar de Bernardi será mejor para él y también para Mateo. Y si la fórmula no funciona Hernán Villalba ya demostró que está capacitado para responder. Si Tonso es la mejor opción como enganche, al menos hasta que el paraguayo Néstor Camacho se muestre en cancha, será hora que Sensini apueste por el pibe y no amague en ponerlo como en las dos últimas semanas para después confirmar a Dolci.
Y a partir de estas movidas, no tan complicadas ni traumáticas, tal vez el equipo recupere su solidez atrás y tenga algo más de vuelo. Huracán en el Coloso parece una prueba ideal para intentar algo distinto.
Todavía hay tiempo para cambiar un rumbo que viene bastante torcido, aunque tampoco es tan dramático como para pedir la cabeza de nadie.
