Luciano Benjamín Menéndez, alias “Cachorro”, fue comandante del III Cuerpo del Ejército desde septiembre de 1975 hasta septiembre de 1979, tuvo el control operativo de las Fuerzas Armadas y de Seguridad de la zona 3 y fue responsable de todos los centros clandestino de detención que funcionaron en las provincias que abarcaba el sector. Hoy en día es el represor con más condenas a “prisión perpetua” en los juicios pro delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar en Argentina.
El represor no fue beneficiado por la Ley de Obediencia Debida y se hallaba inculpado en cerca de 800 causas, en 1988 fue procesado por 47 casos de homicidio, 76 de tormentos, 4 de ellos seguido de muerte y 4 sustracciones de menores, pero la Corte Suprema lo desprocesó entonces en conformidad con la Ley de Punto Final. En 1990, el entonces presidente Carlos Menem lo indultó días antes de que se iniciara el juicio en su contra.
A mediados de 1998, se reabrió una causa penal por 30 fusilamientos y asesinatos de presos políticos cometidos en 1976 y Menéndez fue detenido por unos días, por negarse a declarar en esta causa, pero fue dejado en libertad a los pocos días.
La justicia finalmente llegó, diez años después, al ser sentenciado en Córdoba, el 24 de julio de 2008, por los secuestros, torturas y asesinatos de Hilda Flora Palacios, Humberto Horacio Brandalisis, Carlos Lajas y Raúl Osvaldo Cardozo, miembros del Partido Revolucionario de los Trabajadores abatidos en un operativo montado por efectivos militares del Tercer Cuerpo en diciembre de 1977.
En el mismo año, le llegó el turno a la justicia tucumana, cuando el 28 de agosto fue condenado por la desaparición del ex senador provincial justicialista Guillermo Vargas Aignasse, ocurrido en 1976, en la madrugada del golpe de Estado.
Menéndez recibió reiteradas condenas en los años sucesivos por secuestros, torturas, asesinatos, lesiones de gravedad, privación ilegítima de la libertad, y otra serie de atrocidades.
La última condena –hasta el momento- la recibió el 23 de marzo de 2011, un día antes de recordarse los 35 años del golpe militar, cuando la justicia tucumana lo sentenció por considerarlo responsable de «homicidios doblemente agravados y violación de domicilio», en la denominada causa Romero Niklison, en la que se investigan los homicidios de cinco personas. Las víctimas de ese hecho fueron María Alejandra Niklison, Fernando Saavedra, Juan Carlos Meneses, Eduardo González Paz y Atilio Bransen.
El represor tuvo la posibilidad de hablar antes de conocerse el fallo y desde el country de Yerba Buena, donde permanece alojado por razones de salud, defendió por videoconferencia la tesis de «una guerra» que viene sosteniendo en cada juicio que afronta.
Esta semana comienza un nuevo juicio en el que está imputado Menéndez. Esta vez será en Salta, donde será enjuiciado por el secuestro y desaparición de Miguel Ragone, ex gobernador de esa provincia. En octubre comienza otro juicio en Tucumán y continúa uno en Mendoza.