“Lo que yo te voy a decir es que la vida está hecha para que sea una fiesta. Hay momentos fuertes en los cuales todo ser humano necesita algo especial, sea cumpleaños, un aniversario, las Pascuas. Son momentos fuertes, pero toda la vida, todos los días tendrían que ser una fiesta”, dijo el padre Edgardo Montaldo apenas se enteró de que iba a ser entrevistado sobre las Pascuas. Para él, todo es una celebración, como su trabajo en barrio Ludueña que ya lleva más de 43 años y que, afirma, se gestó a partir de fiestas. Y de esta manera invita a celebrar las Pascuas, hablando de Jesús como un gran revolucionario y de su tarea diaria como salesiano, como docente y alumno a la vez. El del padre Montaldo no es un análisis común, es un análisis crítico a los poderes religiosos y políticos, legitimizado por lo que todos los días ve en la pobreza de los barrios.
Montaldo tenía un micrófono en mano y le decía a los chicos del comedor Betania (allí fue donde se lo entrevistó) que después de comer iban a poder elegir entre huevo de pascua de chocolate blanco o negro: “Hoy celebramos las Pascuas. Hay pollo con puré. Les cuento que podrán elegir un huevito de pascua de chocolate blanco o chocolate negro. ¡Que lo disfruten!”.
Divididos en tres turnos, son aproximadamente 380 los chicos que comen en Betania. “Los chicos no sólo están excluidos con la comida”, reflexionó el religioso. “Se viven situaciones tan tremendas, y más ahora que la infancia y adolescencia están como en las películas de terror. Todos los noticieros, todo lo que dicen los periodistas son sobre qué hicieron anoche, y todas las noticias que ofrecemos desde las instituciones son sobre cómo nos podemos defender de los menores.
—Como si fueran un peligro…
—¡Son un peligro! Pero hay que buscar las causas. Los convertimos nosotros en peligro y después lo único que hacemos es inventar formas para defendernos de ellos. Es tremendo. Es terrible. Por eso, aquí están Mari y Patricia que tienen el grupo “Desde el pie”.
—¿Y qué hacen ellas?
—Mari lleva 27 años trabajando conmigo. Ella puso al comedor toda esta parte de la salud, con la violencia, con el abuso de menores, la sexualidad; y para este año tienen preparado trabajar con los profesionales de otros espacios del barrio.
—¿No quiere explicar qué se está celebrando?
—Bueno, Pascuas ya se celebraba en el Antiguo Testamento, antes de Jesús. Jesús, cuando se despide de sus apóstoles, celebra la Pascua. Y Pascua quiere decir el “Paso del Señor”, liberación. De modo que es una fiesta que debería preocuparnos, ya que seguimos con tanta gente excluida en la fiesta de cada día, la fiesta de la vida. Entonces, Pascuas fue la liberación, celebrada por el pueblo judío después de la esclavitud en Egipto.
—¿Qué pasa durante Semana Santa? ¿Qué significan el jueves, el viernes, sábado y domingo de pascuas?
—Bueno, hoy jueves (por ayer) se recuerda la última cena, el viernes la muerte de Jesús. Al tercer día, el sábado, no se trabajaba, quedó el sepulcro custodiado. El día siguiente al sábado, Jesús deja el sepulcro. No existía el domingo, se lo llamó así por ser el día del señor. Una cosa que sería lindo subrayar es que Jesús existió, nadie está obligado a creer que es el hijo de Dios o no. Pero existió y fue un personaje tan importante que tenemos un antes y un después de Cristo en la historia. Y a ese Jesús lo mataron los tres poderes que siguen matando a los seres humanos: el poder religioso, el poder político y el poder económico, encabezado por el primero.
—Alguien dijo que Jesús fue el primer revolucionario. ¿En qué le hace pensar eso a usted?
—Yo llevo 43 años en la villa, y mi revolución tuvo que ver con enfrentarme a los tres poderes.
—Y entonces, ¿cuál es su papel como religioso y revolucionario?
—Te respondo de esta manera: yo soy maestro, porque soy salesiano. El año 67 fue mi último año de maestro, en el San José. Y en el 68 comencé acá, en el Ludueña, y comencé a ser alumno. Todos los días recibo una lección más.
—¿Qué es ser salesiano?
—El fundador es Don Bosco, y lo creó en Italia, cuando comenzaba el problema de la gente que venía del campo a las ciudades. No había drogas, pero sí delincuencia, violencia. Cuando Don Bosco llegó a sacerdote se dedicó a los niños, a esos niños en riesgo, en exclusión. Todos estos (haciendo referencia a los que estaban almorzando) son niños en situación de riesgo y exclusión. Y el salesiano, cuando comenzó realmente fue con el fin de Don Bosco, dedicarse a los niños; pero la institución a medida que crece va quedándose con lo mejor. El peligro de las instituciones es el de correr ese riesgo, de que cuanto más se perfeccionan más dejan afuera a los que pueden traer problemas.
—Usted dijo que a Jesús lo mataron los tres poderes… ¿Por qué?
—¡Porque él molestó a los tres! El poder como tal es peligroso. El ACV que yo tengo es por actitudes de poder internas, no solamente el poder del Papa, del Vaticano o el político…
—Una última pregunta, ¿qué es una fiesta para usted?
—Una fiesta nos llena de alegría, está unida a eso. Nos produce eso, y placer, y satisfacción. No son todos los días para el asado, entendemos por fiesta una comida especial, la cena pascual que celebró Jesús fue una fiesta para recordar la liberación. Aunque haya momentos fuertes, no se va a poder hacer asados todo el año.