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Allanamientos en Jefatura

En el marco de la investigación por la muerte de Walter Cáceres, ocurrida en febrero de 2010, la jueza Raquel Cosgaya ordenó secuestrar documentación de distintas reparticiones de la Unidad Regional II.    

Personal de la Dirección General de Asuntos Internos realizó la semana pasada allanamientos en distintas reparticiones de la Unidad Regional II. El motivo: recolectar documentación relativa al accionar policial en torno a la investigación de la emboscada al colectivo de hinchas de Newell’s Old Boys en barrio Las Flores, ocurrida en febrero del año pasado, de la que resultara víctima fatal Walter Cáceres, de 14 años. Con orden de la jueza Raquel Cosgaya, que interviene en la causa, los procedimientos tuvieron lugar en dependencias que funcionan dentro de la Jefatura de Policía de Rosario, y en reparticiones con asiento en Arroyo Seco y Villa Gobernador Gálvez.

Según confirmaron altas fuentes de la investigación, entre los pasados 15 y 18 de abril, personal de la Dirección de Asuntos Internos realizó una serie de allanamientos. Ordenado por el Juzgado de Instrucción de la 6ª Nominación, a cargo de la magistrada Raquel Cosgaya, el operativo tuvo como objetivo recabar documentación relacionada con el accionar policial en la investigación por el homicidio del adolescente Walter Cáceres, ocurrido el 4 de febrero del año pasado en un ataque a un micro repleto de hinchas leprosos en barrio Las Flores.

De acuerdo con las fuentes consultadas, varios de los procedimientos tuvieron como escenario reparticiones de la Unidad Regional II que funcionan dentro de la Jefatura de Policía de Rosario, ubicada en Ovidio Lagos al 5200. Según se reveló, los allanamientos se practicaron en las instalaciones de Agrupación Cuerpos, y de dos dependencias que funcionan bajo su órbita: Comando Radioeléctrico y Cuerpo Guardia de Infantería.

Además, dentro del mismo predio se procedió a allanar las oficinas de la Agrupación Unidades de Orden Público.

Los voceros consultados explicaron a El Ciudadano que el objetivo del operativo fue secuestrar documental de interés para la causa, relativo al accionar de la Policía en la causa. Con este propósito, se incautaron los libros de actas, de órdenes y de constancias, así como los memorandums de guardia.

De acuerdo con las fuentes, también se realizaron secuestros de este tipo de documentos en Inspección 6ª Zona, con asiento en la localidad de Arroyo Seco; así como en Inspección 4ª Zona y Comando Radioeléctrico de Villa Gobernador Gálvez, que comparten edificio.

La emboscada

Walter Cáceres era uno de los tantos hinchas rojinegros que en la madrugada 4 de febrero de 2010 volvía en micro a Rosario luego de presenciar el partido que Ñuls había disputado la noche anterior contra Huracán en Parque Patricios. Dos colectivos venían en caravana por la autopista Aramburu, pero en el peaje de General Lagos uno de los rodados se demoró, por lo que el otro micro siguió adelante.

Al llegar a la altura de barrio Las Flores, la pinchadura de un neumático hizo que el colectivo que iba adelante, en el que se suponía que viajaba el Panadero Ochoa, líder de la banda, estacionara al costado de la calzada. En ese momento, una interminable ráfaga de disparos iluminó la zona: los pasajeros del micro habían sido emboscados por un grupo de personas que disparaba desde el costado de la ruta. Como consecuencia de los disparos, tres personas resultaron heridas: Walter Cáceres fue alcanzado por 3 proyectiles en la cabeza y otro en la espalda y falleció 36 horas después en el Heca. Otros dos hombres, Diego Malcovic y Carlos Muratovic, sufrieron heridas leves.

En un principio, la investigación se orientó a la banda delictiva de barrio Las Flores conocida como Los Monos; y su líder, Ariel Máximo Cantero, fue procesado como instigador del ataque, que según las pesquisas estaba orientado a dar muerte al Panadero.

Sin embargo, en febrero pasado las fiscales Ana Rabín y Nora Marull resolvieron “no formular acusaciones” contra “el Ariel” y otras tres personas, al considerar que no había pruebas suficientes para elevarlos a juicio, por lo que fueron sobreseídos. Los otros beneficiados con esta medida fueron Leonardo V., de 24 años, alias Pollo –procesado por homicidio agravado por precio o promesa remuneratoria, ya que estaba acusado de acompañar a Fernando Chino Fleitas (supuesto autor material) en la emboscada–; Juan Ramón P., alias Gordo Plin, de 31 años –acusado de guardar las armas de fuego que se utilizaron para cometer el ilícito a fin de impedir que fueran halladas–; y Rubén Ramón G., de 30 años –procesado por amenazas coactivas a la novia del Chino Fleitas, testigo clave del juicio–.

Con la desvinculación de la causa de Ariel Máximo Cantero (padre) como instigador del hecho, se modificaron también las figuras legales bajo las cuales irán a juicio los sindicados autores materiales del hecho: Carlos Fernando Fleitas, alias Chino, y Claudio Ariel Cantero, el hijo del líder de Los Monos conocido como Pájaro.

En un principio, ambos estaban imputados del delito de homicidio agravado por precio o promesa remuneratoria, instigados por “el Ariel”. Pero ahora, enfrentarán a la Justicia por los delitos de “homicidio calificado por el uso de arma de fuego en concurso real con los delitos de lesiones graves agravadas por el uso de armas de fuego y lesiones leves agravadas”.

La misma imputación pero en carácter de partícipe necesario recayó sobre Guillermo Dionisio Aguilera, mientras que Emilio Alejandro Cardozo y Jonatan David Cardozo quedaron enmarcados en la figura de encubrimiento agravado.

En tanto, Ariel Máximo Cantero hijo, quien también estaba imputado por el homicidio, fue sobreseído hace unas semanas por la juez Cosgaya al entender que no había sustento probatorio para enjuiciarlo por ese delito.

 

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