Elvira González Fraga, su compañera de los últimos años en su casa de Santos Lugares explicó que el escritor falleció tras una bronquitos que sufrió en los últimos días y que le impedía respirar.
«Ernesto pasó momentos buenos, el último tiempo estuvo con bronquitis y murió a la 1.30 de la mañana. Le costaba respirar pero tuvo muy buenos momentos», contó la mujer en declaraciones radiales. Al tiempo que rescató «su compromiso con la gente, su capacidad creadora y el sufrimiento que sentía por quienes sufrían».
Por su parte, la escritora María Vázquez conoció al autor hace 40 años y destacó que las novelas «Sobre héroes y tumbas» «Uno y el Universo» fueron los libros que más la marcaron. También rememoró que compartió «algunos viajes y tenía carácter», señaló que «era un hombre noble con el que se podía tener conversaciones y más allá de su carácter como malhumorado, siempre parecía muy apasionado».
En tanto, en declaraciones televisivas, la biógrafa del escritor Julia Constenla remarcó que el ejemplo que dejó Sabato es que «hay que hacer lo que uno sabe».
«Conocí a Sábato cuando tenía 20 años. Lo llamé para decirle que lo admiraba y me propuso encontrarnos. Crecí, como buenas parte de mi generación, a la sombra de las novelas de Sábato». «Sus novelas se editan en todo el mundo. Le daba importancia a las cosas serias. Nos va a faltar Ernesto Sábato», señaló Constenla.
Mario Muchnik, amigo del escritor confesó que Sabato fue «una universidad» para él.
«Nunca entendía por qué dejo la física. La vida lo llevó por caminos que quizá ya no compartimos. Cada vez que venía a Madrid nos veíamos y nos reíamos con su sentido del humor, así me demostraba su cariño. Era un tipo maravilloso. Se me murió un gran amigo, casi era un pariente», concluyó.