“Estadísticamente hay más posibilidades de que una persona se gane la lotería, de que muera asesinada en un hecho delictivo”. Este análisis fue vertido por Raúl Bartolucci, delegado del Renar Rosario, al presentar el jueves último el programa de desarme voluntario al que adhirió la ciudad y que lleva adelante por segunda vez, ya que en 2007 determinó que en Rosario se recolectaran 5.200 armas de fuego. En la oportunidad estuvieron presentes el secretario de Seguridad y Prevención Ciudadana, Luis Baita, el delegado del Renar y Adrian y Mónica Marcenac, quienes perdieron a su hijo Alfredo a manos del llamado “tirador de Belgrano”, en Buenos Aires, y que hoy integran la Red Argentina contra el Desarme.
Los fundamentos con los que fue lanzada la campaña tienen que ver con la certeza de que las armas de fuego incrementan los niveles de violencia en la sociedad. Su proliferación en manos de civiles aumenta el número de muertes por accidentes, suicidios y homicidios. “La tenencia de armas por parte de la población civil se asocia a múltiples y complejos factores. Uno de ellos se relaciona con la creciente percepción de inseguridad y las reacciones sociales para proveerse herramientas de defensa, como las armas. Sin embargo, lejos de brindar protección las armas suelen representar un riesgo para quien las maneja con este fin y para todo su grupo familiar”, sostuvieron en la presentación.
Allí brindaron algunos datos interesantes a tener en cuenta. Según un estudio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sobre mortalidad por armas de fuego en la Argentina, los poseedores de armas tienen 43 veces más probabilidades de matarse o de matar a alguien de su familia que de disparar contra un delincuente.
Según datos del Ministerio de Seguridad de la provincia de Santa Fe, aproximadamente el 80 por ciento de las muertes por armas de fuego se producen a manos de personas conocidas, es decir, por conflictos interpersonales y accidentes sin que medie otro delito, por ejemplo, robo. Sólo el 15 por ciento de estas muertes están causadas en contexto de un hurto o asalto.
Otro de los riesgos sociales que conlleva la tenencia de armas en manos de la población civil, consiste en que si la misma es robada ingresa al mercado negro, reproduciendo y amplificando la espiral delictiva y de violencia.
Asimismo, las armas legales son tan peligrosas como las ilegales. El mercado ilegal de armas se nutre de las que provienen del mercado legal. Los expertos aseguran que las armas salen al mercado legal en un principio y luego pasan al mercado ilegal por robo, venta no registrada, herencia no declarada u otras causas.
El programa lanzado por el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación en 2007 constituye una política integral de control y prevención de la violencia armada e incluye medidas de control del mercado legal y de persecución del mercado ilegal de las armas de fuego. Sus principales objetivos son disminuir el uso y la proliferación de armas de fuego, reducir accidentes, hechos de violencia y delitos ocasionados por el acceso y uso de armas de fuego, sensibilizar acerca de los riesgos que conlleva la tenencia de armas, y promover una cultura de la no violencia y no uso de armas de fuego.
Durante la primera etapa en 2007, se entregaron 136 mil armas pertenecientes a la población civil. Rosario aportó 5.200 del total, según datos del Renar. En la segunda etapa, que comenzó el 4 de abril, la sede local del Renar recibe, según indicó Bartolucci, un promedio de 40 armas por día.
