Un trámite. Barcelona, con una gran actuación de Lionel Messi y de Javier Mascherano, consiguió ayer el pasaje a la final de la Liga de Campeones de Europa tras igualar 1-1 con Real Madrid, que tuvo a Ángel Di María y a Gonzalo Higuaín de titulares.
El partido, un clásico mundial, se jugó en el Camp Nou, donde los azulgranas saborearon la gloria y confirmaron que son los amos del fútbol moderno. Pedro, en el minuto 9 de la segunda parte, adelantó a Barcelona con un disparo imparable para Iker Casillas, quien fue la gran figura del Madrid, pero diez minutos después, Marcelo empató el duelo tras recibir una asistencia de Di María, quien había probado con un disparo que pegó en el poste derecho de Víctor Valdés.
A pesar del empate, Barcelona fue mucho más que Real Madrid, ya que dominó el encuentro y pudo sentenciar la eliminatoria con las muchas ocasiones de gol que tuvieron sus delanteros.
La gran actuación de Casillas le permitió al Real Madrid retirarse ileso en el primer tiempo y que no volviera a sufrir una humillación a manos de su archirival, al que apenas pudo hacerle sombra en el Camp Nou.
El Merengue salió a la cancha con un equipo ofensivo, que tuvo a Gonzalo Higuaín y a Kaká como sorpresa en la delantera, en busca de una histórica remontada tras el 0-2 de la ida en el Santiago Bernabeu. El conjunto blanco llegó tocado porque había perdido a Pepe –expulsado–, fundamental en la contención de Messi, y a Sergio Ramos. En cambio, Barcelona recuperó al genial y creativo Andrés Iniesta.
A la presión inicial de Real Madrid, Barcelona respondió haciendo ancho el campo, con Pedro y Villa por las puntas, creando el espacio para Messi. La primera ocasión de gol fue para el local, con un disparo desviado de Iniesta. En el curso del primer tiempo, el Madrid bajó la presión y, al jugar con más comodidad, el local tuvo nuevas ocasiones de gol.
En el segundo tiempo, Barcelona siguió dominando y con paciencia obtuvo lo que buscaba. Un genial pase de Iniesta dejó solo a Pedro delante de Casillas, al que batió para colocar el 1-0. Pero Real Madrid aprovechó una imprecisión de la defensa blaugrana, Di María se escapó, remató, la pelota pegó en el poste, el rebote cayó en sus pies y habilitó a Marcelo, que empató el partido.
El partido siguió controlado por Barcelona y cada vez que Messi intentaba escaparse era cortado con dureza por la defensa rival. A pesar de la igualdad, el conjunto de Guardiola festejó en el centro del campo, como la culminación de una etapa, de un enfrentamiento histórico del que fue claro ganador.
