“Entendemos que la prohibición de la marihuana no tiene nada que ver con sus propiedades farmacológicas sino con las políticas”. Así se presenta una movilización por la despenalización de la marihuana hoy, desde las 15, partió de la plaza Pringles hacia la plaza 25 de mayo, ubicada en Córdoba y Dorrego. La Asociación Rosarina de Estudios Culturales (Arec), convocante de la marcha, exhortó a senadores y diputados a debatir modificaciones a la normativa vigente para no criminalizar al usuario sino perseguir a las redes de narcotráfico. A su vez, aseguraron que existen usos medicinales probados en otros países del mundo, pero que en la Argentina no se incentiva su investigación.
2009 significó para muchos militantes de la despenalización de los estupefacientes un comienzo auspicioso para sus luchas en Argentina. En agosto de ese año, la Corte Suprema consideró inconstitucional condenar a un adulto por la tenencia mínima de marihuana mientras su conducta no ponga en riesgo a terceros. El fallo, según se analizó por entonces, tuvo un alcance limitado aunque abrió una nueva puerta de discusión sobre el consumo personal: ¿de dónde se obtiene la marihuana para el consumo personal? Por ello, en 2010, el Congreso Nacional alojó cuatro proyectos de modificatoria de la ley 23.727, que tipifica los delitos de cultivar plantas, guardar semillas utilizables para producir estupefacientes, transportar o comercializar drogas bajo penas que incluyen “prisión de quince años y multa de 6 mil a 500 mil australes”, reza el artículo 5º. Sin embargo, en el caso del cultivo, se incorporó mediante la ley 24.424 que “cuando por la escasa cantidad sembrada o cultivada y demás circunstancias, surja inequívocamente que ella está destinada para consumo personal, la pena será de un mes a dos años de prisión y serán aplicables los artículos 17, 18 y 21”, relacionados a lo procesal y al tratamiento contra las adicciones.
Los cuatro proyectos de modificación, de diferentes autorías políticas, prevén cambios a las penas y hasta la derogación de ciertas figuras tipificadas del crimen, como el cultivo para consumo personal.
En este marco se realizará la marcha anual de mañana, en la que participarán la Asociación de Reducción de Daños de la Argentina (Arda), la Red Argentina por Derechos y Asistencias de los y las Usuarias (Rarus). A diferencia de años anteriores, la movilización contará con la adhesión de la Secretaría de Derechos Humanos de la Municipalidad de Rosario y el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi). En diálogo con El Ciudadano, Guchy, periodista de profesión e integrante de la Asociación Rosarina de Estudios Culturales (Arec), que convoca a la movilización, consideró que la militancia por los derechos de usuarios de drogas en los últimos dos años fue creciendo a partir de fallos y dictámenes del Poder Judicial.
Ley verde
“Planteamos que se debe debatir una ley que no persiga usuarios, en particular, de cannabis. El cultivo personal evita el narcotráfico, no al nivel del cartel colombiano sino con respecto al negocio de la Policía argentina. Quienes entienden sobre narcotráfico saben que no es rentable la venta de marihuana para un minorista, sino que muchas veces es el complemento del comercio de otras drogas. Por otro lado, se estigmatiza la villa como lugar, ¡cómo sino no se vendiera en otros lugares!”, reflexionó el joven. Según Guchy, en la actualidad la sociedad rosarina vivencia una gran proliferación de autocultivadores de distintas extracciones sociales, “de los más humildes hasta profesionales”. Por ello, aseguró el joven, no debe malgastarse el dinero del Estado en la persecución del usuario sino de los grandes circuitos del narcotráfico. “Hoy abrir una causa por tenencia simple cuesta entre 5 y 10 mil pesos del dinero estatal. Existen cientos de causas que sustraen dinero al Poder Judicial, que podría ser utilizado en otras causas más importantes. La estadística que manejamos es que 90 por ciento de las causas judiciales en la actualidad no son por comercialización sino por uso”, explicó Guchy.
En el Congreso hay varios proyectos que plantean la despenalización de la tenencia para consumo personal y el cultivo con el mismo fin. Fueron realizados por los diputados Victoria Donda, titular de la comisión de Derechos Humanos (Libres del Sur); Fabián Peralta, presidente de la comisión de Prevención de las Adicciones y Lucha contra el Narcotráfico (GEN); los radicales Ricardo Alfonsín y Ricardo Gil Lavedra, y la diputada kirchnerista Diana Conti, respectivamente. “Veremos si se puede buscar un consenso en las propuestas, pero debe darse en el marco de una discusión parlamentaria en forma. Creemos que es posible al recordar que la actual gestión de la presidenta Cristina Kirchner ha puesto especial atención en la problemática sobre el marco jurídico hasta crear la comisión del Sedronar, el primer ente oficial en tratar las adicciones a nivel nacional”, explicó Guchy. Sin embargo, agregó el joven, la postura del ente todavía no se diferencia de aquella que persigue a los usuarios. Cabe recordar que el debate tuvo un impulso importante a partir de los fallos y declaraciones del juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, que sostenía que “la Policía debía ser más flexible frente a los usuarios”.
Medicina verde
“Desde nuestra asociación, a partir del trabajo de kinesiólogos, psicólogos y otros profesionales, abogamos también por el uso medicinal de la marihuana, que según estudios relacionados ayuda a paliar el dolor, el glaucoma y revierte la falta de apetito que deviene de los tratamientos contra el cáncer”, indicó Guchy.
En diálogo con El Ciudadano, otro de los integrantes de Arec, el kinesiólogo Pablo Ascolani, indicó que la marihuana en bruto, esto es, la flor hembra del cannabis sativa, está probada en distintos países como efectiva para el tratamiento de síndromes relacionados con el cáncer, el HIV, la esclerosis múltiple, entre otras enfermedades: “Ya sea el tratamiento de náuseas o pérdida de apetito y, por consiguiente, de peso asociadas a la quimioterapia. Canadá, 15 estados de Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, España y los Países Bajos han experimentado y aprobado los usos del material bruto con fines medicinales”, detalló.
Según Ascolani, además de los usos probados existen aquellos potenciales del cannabis sobre los que existen evidencia preclínica que se desprende de la variada experimentación en animales. “Habría usos aplicados a la neurología y la prevención del avance del Alzheimer o la diabetes. Sin embargo, todavía no se ha estudiado en humanos. Nadie quiere poner plata para una planta políticamente polémica que podría competir con medicamentos que forman parte de negocios millonarios”.
La marcha, aseguró el kinesiólogo, también solicitará que el Estado habilite la investigación que se merece la marihuana. “Entendemos que la prohibición de las drogas no tiene nada que ver con sus propiedades farmacológicas sino con las políticas”, reflexionó Ascolani. De acuerdo con el profesional y militante, no existe registro de investigaciones médicas sobre la marihuana medicinal en Argentina. “La única que corresponde a un acercamiento académico es mi tesina de grado que presenté para recibirme de kinesiólogo. Allí realicé una revisión de las características de la cannabis medicinal como paliativo de dolores neuropáticos”, explicó.