Un acuerdo nacional con la UCR, que incluya el manejo del Ministerio de Seguridad de la Nación, es la nueva apuesta del peronista Francisco De Narváez. El mensaje ya llegó a la mesa de Ricardo Alfonsín, quien intenta hacer equilibrio en su relación con el socialista Hermes Binner, cada vez más convencido de pelear por la presidencia más allá del resultado de la primaria santafesina del domingo 22.
Las últimas encuestas que aterrizaron en el escritorio de Alfonsín, tras su regreso a la actividad política luego de una internación para dejar de fumar en una clínica adventista, regaron de intranquilidad las filas radicales. La masa de potenciales votantes del alfonsinismo no parece haber asimilado el acuerdo bonaerense con De Narváez, quien tras la reclusión de Mauricio Macri en la Capital Federal ahora se propone extender el acuerdo con la UCR a todo el país.
El diputado-empresario de Unión PRO no sólo avisó que pretende el control de un sector de un eventual gabinete alfonsinista, sino que también planteó exigencias a la hora del armado de listas de intendentes en el principal distrito electoral del país. Avellaneda, Lomas de Zamora y La Plata, donde postula a Gonzalo Atanasof (hijo de Alfredo, diputado nacional), son las plazas que más le interesan a esta porción del Peronismo Federal. Pero la retirada del jefe de Gobierno porteño del escenario nacional también dejó huérfanos a dirigentes bonaerenses del PRO, quienes de la mano de De Narváez apuntan a capturar intendencias, como Ramiro Tagliaferro en Morón y hasta Guillermo Montenegro en Vicente López.
Atanasof padre negocia directamente con el secretario del comité bonaerense de la UCR, Carlos Pérez Grecia. La osadía radical, frente a la cuasi certeza de que Binner será candidato a presidente más allá del duelo socialista por la gobernación entre su delfín Antonio Bonfatti y el senador Rubén Giustiniani, habría cruzado límites insospechados. El martes, un operador de la peronista Graciela Camaño deslizó que la diputada fue sondeada por entornistas radicales como potencial compañera de fórmula presidencial de Alfonsín. El rechazo fue absoluto; Camaño es una de las principales detractoras del acuerdo Alfonsín-De Narváez bajo el argumento de que el hijo del ex presidente espanta votos peronistas en todo el país. El pararradicalismo habría buscado en vano asegurarse así gobernabilidad, la estructura de los gremios de Luis Barrionuevo y hasta poder de financiamiento para la campaña.
La diputada, presidenta de la estratégica comisión de Asuntos Constitucionales, se mostró con Eduardo Duhalde en Bahía Blanca, donde se volvió a condenar la alianza UCR-De Narváez. “No creo en el candidato único porque no conviene amontonarnos porque sí. Cada uno hará sus alianzas y el 14 de agosto estaremos nosotros, la UCR, el oficialismo y Carrió”, explicó Duhalde.
