El futbolista de Facundo Imboden fue víctima hoy de un secuestro exprés que arrancó en el barrio porteño de San Cristóbal, siguió en Castelar y finalizó en el partido de Florencio Varela.
El actual defensor fue interceptado este mediodía por dos delincuentes armados que lo obligaron a recorrer varios cajeros automáticos y le sustrajeron dinero.
Posteriormente, le exigieron que los llevara hasta su casa en Castelar, en el partido de Morón, donde en presencia de su suegra y sus dos hijos de 2 y 4 años le sacaron más dinero, electrodomésticos y otros objetos de valor que fueron cargados en el mismo vehículo del ex defensor de Boca.
Sin embargo, la pesadilla para Imboden no terminó allí, porque los delincuentes le quitaron la tarjeta de débito a la suegra del futbolista y se lo volvieron a llevar a distintos cajeros automáticos, a toda velocidad y sin ser detectados por algún control de seguridad.
Caterina, esposa del jugador, explicó que los delincuentes «lo metieron dentro del baúl y de ahí se lo llevaron a recorrer nuevamente los cajeros».
Asimismo, reveló que hace un mes ya habían sido víctimas de la inseguridad, dado que les habían entrado a robar en su casa de Castelar.
El ex jugador de Boca, Belgrano y Gimnasia fue liberado sano y salvo, luego de más de cuatro horas, en la denominada «Rotonda de Alpargatas», en el partido de Florencio Varela.
El vehículo apareció un rato después dentro de esa comuna, aunque los delincuentes escaparon sin ser localizados por las fuerzas de seguridad.
Caterina relató en declaraciones a TN que los delincuentes se llevaron «varios televisores, reproductores de DVD, una consola de videojuegos, y dinero en efectivo, todo cargado en el auto».
«Teníamos que encontrarnos en Capital Federal cuando él salía de entrenar, pero me llamó y me dijo que no podía ir porque se le había pinchado una rueda. Él no quería que yo fuera. En casa se robaron todo y uno de ellos discutió con el otro porque quería atar a mis hijos y el restante se oponía», indicó.
«Gracias a Dios se encuentra bien, no le pasó nada, pero fue un momento terrible porque le decían en todo momento que lo iban a matar si no entregaba la plata y los objetos», concluyó.