Al menos 88 personas murieron ayer y más de 140 resultaron heridas en un doble atentado suicida perpetrado contra un centro paramilitar de la Policía en el noroeste de Pakistán y reivindicado por los talibanes como su “primer ataque” para vengar la muerte de Osama Bin Laden.
Estos insurgentes islámicos, afiliados a Al Qaeda y autores de una campaña de atentados muy sangrientos en Pakistán, ya habían amenazado con represalias contra el gobierno de Islamabad y sus fuerzas de seguridad, a los que acusan de complicidad en el ataque del comando estadounidense que mató a Bin Laden hace doce días en el norte del país.
Ayer al alba, en Shabqadar, una aldea del noroeste del país, un hombre que circulaba en motocicleta hizo estallar la bomba que llevaba encima en el momento en el que los cadetes, vestidos ya de civil, se disponían a subir a los colectivos que los llevarían para diez días de permiso, explicó Nisar Marwat, jefe de la Policía del distrito de Charsada. El atentado iba dirigido contra un centro de entrenamiento de la Frontier Constabulary, una unidad paramilitar de la Policía encargada de vigilar las fronteras.
Luego, cuando los policías y los socorristas se habían congregado para ayudar a los heridos, otro suicida que iba en moto causó otra carnicería.
“Al menos 88 personas murieron, 77 de ellas de la Frontier Constabulary y 11 civiles”, afirmó Bashir Ahmed Bilur, ministro sin cartera de la provincia de Jiber-Pajtunjwa, donde se produjo el drama. Más de 140 personas resultaron heridas, y unas 40 de ellas se debatían entre la vida y la muerte, según fuentes médicas.
“Estaba sentado en un minibús y esperaba a mis colegas”, contó Ahmad Ali, un cadete contactado en el hospital por teléfono. “Estábamos contentos de ir a ver a nuestras familias y escuché a alguien gritar Allahu Akbar (Dios es grande) antes de una potente explosión”, recordó. Es el atentado más sangriento del año en Pakistán.
“Es una primera acción para vengar el martirio de Osama, fue perpetrada por dos de nuestros combatientes”, declaró por teléfono a la prensa Ehsanulá Ehsan, portavoz del Movimiento de los Talibanes de Pakistán (TTP). “Cuenten con ataques más masivos en Pakistán y en Afganistán”, amenazó.
El TTP, que juró lealtad a Al Qaeda en 2007, es el principal responsable de los más de 450 atentados que acabaron con la vida de más de 4.300 personas en todo el país en casi cuatro años. En 2007, el TTP decretó la jihad (“guerra santa”) a Islamabad por su apoyo a Washington en su “guerra contra el terrorismo”.